Memoria colectiva / Canarias Insurgente.- El 12 de diciembre de 1977, en las escaleras de la Universidad de La Laguna con 22 años caía vilmente asesinado el compañero Javier Fernández Quesada. La Guardía Civil había disparado a quemarropa. Esta muerte no fue casual, se incribía dentro de la escala fascista, la provocación fascista que unos días antes segó la vida en Málaga de un trabajador, cuando el pueblo andaluz se manifestaba por la autonomía.
La ofensiva fascista posteriormente seguiría avanzando y asesinando, dispararían contra el pueblo en Pamplona, en los Sanfermines, y seguirían en Rentería, San Sebastián...
El asesinato de Javier no fue un hecho aislado los fascistas, amparándose en que ni el Gobierno ni el Parlamento tomaban medidas para acabar con la impunidad de los asesinatos fascistas, medían sus fuerzas no renunciando a restaurar de nuevo la dictadura en España.
En el número nº 5 del periódico Brega (enero - marzo 1998) Javier Fernández Quesada y la huelga general, podíamos leer:
"Los antidisturbios nos disparaban con balas de goma y botes de humo, nosotros respondíamos tirando piedras. En un momento determinado un grupo atravesó un camión cisterna fuera del campus. La Policía Armada lo quitó y, a partir de aquel momento, remitieron los incidentes. La mayor parte de los estudiantes se marcharon. En ese momento, se produce la retirada de las fuerzas de la Policía Armada e hicieron su aparición un grupo de Guardias Civiles, quienes desde las calles próximas al Campus comenzaron a disparar. Cuatro o cinco de ellos entraron en el Campus, mientras seguían disparando. Se desplegaron frente al edificio principal y, sin que fueran hostigados por nadie, disparaban hacia la fachada principal y hacia uno de los laterales. No dieron aviso alguno, ni disparaban al aire, a veces apuntaban con el arma al hombro. Al principio no pensábamos que fuesen balas de verdad, pero los impactos nos convencieron de la gravedad de la situación".
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