Alain Schnapp*
El próximo 1 de diciembre se presenta en la Universidad de La Sorbona (Paris 1, Panthéon Sorbonne) el último libro de José Farrujia, En busca del pasado guanche, una obra en la que se analiza el estereotipo que se ha creado del guanche desde el siglo XIX y el papel que la Arqueología ha desempeñado en la consolidación de ciertos discursos nacionalistas en las Islas Canarias.
Hacia mediados del siglo XIX un nuevo dominio entró en el espacio del conocimiento científico: los estudios prehistóricos. Desde esas fechas los científicos se interesaron por la posibilidad de conocer un pasado que sobrepasara los límites de la historia. El problema radicaba en cómo aproximarse al estudio de los restos materiales que, por definición, eran anteriores a las fuentes escritas. El descubrimiento de osamentas de animales –generalmente de especies desconocidas– en cuevas o en terrazas fluviales, en ocasiones asociadas a objetos de fabricación humana o a restos humanos, planteó la posibilidad de que el hombre hubiese vivido junto a especies animales extinguidas. Paralelamente, el conocimiento de estas evidencias arqueológicas puso en tela de juicio el relato del Diluvio contenido en la Biblia. Esta toma de conciencia progresiva demandó pronto contar con un modelo que permitiera organizar en el tiempo los hallazgos arqueológicos, y fue precisamente en las por entonces incipientes Geología y Paleontología donde la Arqueología encontró un campo de conocimiento propicio.
Los estudios arqueológicos fueron definiéndose a partir del día a día en el trabajo de campo y de laboratorio, a partir de las discusiones en los congresos científicos nacionales o regionales, a partir de los interrogantes planteados por descubrimientos puntuales o a partir de la publicación de monografías consagradas a los estudios prehistóricos.
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