Áurea Gutiérrez / Artículo de opinión.- El panda o panda gigante (Ailuropoda melanoleuca) es una especie de mamífero del orden de los carnívoros y, aunque hay una gran controversia al respecto, los últimos estudios de su ADN lo engloban entre los miembros de la familia de los osos (Ursidae), siendo el oso de anteojos su pariente más cercano, si bien este pertenece a la subfamilia de los tremarctinos. Por otro lado, el panda rojo pertenece a una familia propia e independiente; Ailuridae. Nativo de China central, el panda gigante habita en regiones montañosas como Sichuan y el Tíbet, hasta una altura de 3500 msnm. Está en peligro de extinción; la especie está muy localizada. Con 1600 viviendo en las selvas y 188 en cautiverio (estadísticas 2004 - 2005), informes demuestran que la cifra de pandas viviendo en libertad va en aumento. El oso panda es el símbolo de WWF (Fondo mundial para la protección de la naturaleza) desde 1961. El principal alimento del panda es el bambú (en torno al 99% de su dieta), aunque también se alimenta de frutos, pequeños mamíferos, peces, e insectos. Es un buen trepador, aunque rara vez se le ve en los árboles. Se adapta a la cautividad y gracias a su pelaje soporta fácilmente las condiciones invernales de su hábitat.
Ahora, los pandas gigantes Ya Ya y Le Le, del Zoológico de Memphis, en Tennessee, Estados Unidos, están contribuyendo a cambiar la producción de biocombustibles con mazorcas de maíz, tallos y otros materiales vegetales no alimentarios. "Hemos descubierto microbios en las heces de panda que podrían ser una solución a la búsqueda de nuevas fuentes de energía sostenibles", explicó Ashli Brown, director de una nueva investigación. Brown y sus estudiantes, con sede en la Universidad Estatal de Mississippi, en Estados Unidos, han identificado más de 40 microbios que viven en los intestinos de los pandas gigantes en el Zoológico de Memphis que podrían hacer que la producción de biocombustibles a partir de residuos vegetales sea más fácil y más barata. Esa investigación, según agrega Brown, también puede proporcionar nueva información importante para proteger a los pandas gigantes. El etanol hecho de maíz es el carburante alternativo más común en Estados Unidos. Sin embargo, ha crecido la preocupación de que el uso de maíz, soja y otros cultivos alimentarios para la producción de combustible puede aumentar los precios de los alimentos o dar lugar a escasez de este tipo de alimentos. Brown señala que los tallos de maíz, las mazorcas y otros materiales vegetales no destinados a la producción de alimentos serían mejores fuentes de etanol.
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