Introducción. La primeras organizaciones netamente obreras y ya con claro carácter político y sindical procedían en gran medida del campo de los obreros especializados de la ciudad y más concretamente del mundo de los trabajadores de las imprentas, los tipógrafos, cuyo papel promotor tanto del socialismo y el anarquismo como del sindicalismo, ha sido estudiado en toda Europa.
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La conciencia y orgullo de su oficio y su elevado grado de alfabetización, poco frecuente entre los trabajadores en territorio español, les hizo prácticamente imprescindibles en sus organizaciones. El trabajo de este obrero es manual pero al mismo tiempo intelectual. Viviendo entre libros y periódicos está en contacto con los autores y al corriente de nuevas ideas, antes que nadie, gustaba del razonamiento y frecuentemente se rebelaba contra su condición social.
La socialista “Asociación General del Arte de Imprimir”, que tomó forma entre 1871 y 1874 era más antigua incluso que el propio PSOE, y fue una sociedad obrera a la que las demás sociedades de oficio tendían a imitar. Tipógrafos eran el propio Pablo Iglesias y 16 de los 25 fundadores del PSOE. Tipógrafos serán hombres básicos del movimiento obrero español procedentes de la anarquista “Federación de la Regional Española” (FRE) como Juan José Morato, Farga pellicer, Anselmo Lorenzo... y muchos otros.
El empuje dado por la internacional obrera (AIT)[1] fundada en el año 1864 e introducida en territorio español por el discípulo de Bakunín, Guiuseppe Fanelli, contando con Anselmo Lorenzo como una de la cabezas visibles y promotor de la misma, fue determinante para el desarrollo de la numerosas publicaciones obreras. Sin olvidar, que la primera publicación de este carácter en territorio español data del año 1855[2]. Es también durante esta segunda mitad de siglo cuando se entabla una gran discusión ideológica interna del anarquismo, donde estas publicaciones actúan como portavoces de las diferentes tendencias dentro del pensamiento y teorías sociales libertarias inmersas en ese momento en un amplio y profundo debate que de alguna manera concluiría con la fundación de la CNT en el año 1910. En 1906 aparece en Barcelona el portavoz de anarquismo obrerista por excelencia “Solidaridad Obrera”.
La creencia en que la revolución social libertaria era inevitable y que el ser humano estaba degenerado por la sociedad capitalista llevó a los anarquistas a centrar su acción en la tarea propagandística que ayudara a la humanidad a “quitarse el velo que tapa sus ojos”. Fueron numerosas sus publicaciones, actos, conferencias y mítines, que a menudo tomaban el carácter de controversia. La prioridad ideológica y práctica dada por los anarcosindicalistas al sentido de autonomía y mayoritariamente de negación respecto al ejercicio de la acción política, complementada con la necesidad de la autosuficiencia material y económica para encauzar de manera efectiva el cercano proceso de transformación de la sociedad. Así como de la autogestión de la producción a través de la expropiación y colectivización de tierras, fábricas y talleres, también tiene su reflejo en el importante sector que históricamente constituía para los anarquistas las Artes Gráficas. En general, la prensa obrera cumplía simultáneamente distintas funciones. Por un lado, actuaba como vehículo de información y de expresión crítico y alternativo a la prensa mercantilista y burguesa. Por otro lado, proporcionaban una plataforma organizativa al movimiento. Sindicatos, grupos y militantes en general contaban así con un medio de comunicación, noticias, e intercambio de ideas. De esta manera actuaba de canales de comunicación para la “lucha social”, de propaganda de los principios revolucionarios y de una cultura propia.
Canarias, no era ajena a este fenómeno de edición obrera sumando junto a otras áreas geográficas publicaciones obreras fundadas en las primeras luces del siglo XX como es el caso del periódico obrerista y anarquista “El Obrero”. En el año 1910 culmina el fenómeno social de edición obrera a nivel estatal iniciado durante la segunda mitad del siglo XIX por el obrerismo socialista y anarquista. Dando comienzo al periodo del importante periódico anarco-comunista y portavoz más adelante de a “Federación Anarquista Ibérica “Tierra y libertad”.
Intentar analizar desde la actualidad el periodo de la historia contemporánea del movimiento obrero de Canarias en la década de los treinta hasta el año 1936, significa considerar en gran medida la “prensa obrera” teniendo en cuenta la gran cantidad de información contenida en estos medios y en relación al casi actualmente imposible recurso de los testimonios orales. Vía de gran importancia para esta labor. En este sentido destaca el periódico “En Marcha”, reconocido por distintos historiadores/as como el primer y más significativo órgano anarcosindicalista de Canarias, especialmente, durante la intensa y prolífera en números editados “segunda época” iniciada por la Federación Obrera de Santa Cruz de Tenerife y comprendida entre los años 1930 y 1936. Periodo (1932-1936), en el que pasaría a actuar como órgano portavoz de la “Confederación Regional del Trabajo de Canarias” adherida a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), contando esta época con más de 189 números editados. El último ejemplar conservado conocido corresponde al 8 de febrero de 1936. Es el único periódico anarcosindicalista que tuvo la voluntad y también la posibilidad de subsistir durante un largo ciclo que duró alrededor de seis años, sin obviar algunos periodos de represión, que lo llego a convertir en el eje fundamental y nexo básico de los grupos anarquistas en el archipiélago durante este periodo. Los periódicos conocidos que en su totalidad suman unos cincuenta y tres, han logrado ser conservados en diversos archivos y hemerotecas, lo que nos permite adentrarnos en su análisis con la profundidad necesaria para el conocimiento de la realidad empírica del anarquismo de aquellos momentos.
Debemos señalar la ingente labor de divagación cultural y pedagógica significativa de la prensa obrera libertaria e inherente a las tesis de emancipación integral que propagaban. Inicialmente con gran énfasis en el objetivo de la erradicación del estigma del analfabetismo entre los trabajadores.
Como anexo final del presente trabajo se ha desarrollado un “vaciado” e inventario general del periódico que nos sirve para adentrarnos en lo que es el “cuerpo básico” del semanario “En Marcha”. Se trata de un trabajo de sistematización cronológica por fecha, título, autor, que nos puede servir para identificar la diversidad temática del semanario obrero y asimismo la gran nómina de autores del espectro libertario canario y peninsular que colaboran en él mismo. Podemos llegar a vislumbrar la influencia que tuvo el anarquismo y el anarcosindicalismo en este periodo. Fruto de esta labor nos da una idea aproximada de la diversidad y amplitud que el periodismo ácrata llegó a desarrollar durante este ciclo en general. Es probablemente uno de los aspectos más sorprendentes del trabajo de “vaciado” realizado, por la cantidad de textos que se nos presentan.
Quisiera señalar de todas maneras, para que nadie llegara a conclusiones apresuradas, que esta no es ni pretende ser la “guía” definitiva del periódico. En cualquier caso sí que me gustaría destacar, como uno de los elementos característicos de los anarcosindicalistas que se nos muestran en “En Marcha”, la voluntad propagandística, sin ningún tipo de complejo, ni cortapisas.
La odisea existencial y de continuidad editorial del portavoz obrero viene contextualizada en la controvertida situación política y social vivida durante los distintos periodos en los que apareció y en su compromiso ideológico. Así como en la referencia del arraigo y popularidad de la que gozaban entre la clase trabajadora la “Federación Obrera” y la CNT, especialmente durante el periodo republicano en la capital de la isla de Tenerife. En la primera época (1909) se anticipa a la constitución de la anarcosindical, y más tarde en 1930 a la proclamación de la 2ª República. En el inicio de la III época en diciembre de 1976 se adelanta nuevamente a la legalización de la CNT acaecida en 1977.
En el marco de alta conflictividad política y social y de incipiente activismo obrerista fue su despertar social.
1. Siglas de a Asociación Internacional de los Trabajadores.
2. “El Eco de la Clase Obrera”. Aparece en Madrid el 5 de agosto de 1955, redactado por el obrero Ramón Simó i Badia, de Barcelona.
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