Carmelo Ramos Rodríguez(*) / Artículo de opinión.- No cabe la menor duda que los procesos históricos que se producen en el seno de las organizaciones políticas de izquierda y en concreto en los Partidos Comunistas, están íntimamente ligadas a las posiciones tanto ideológicas, como políticas y estratégicas, que éstos adopten en respuesta a la situación política, económica y social del momento histórico de las sociedades, así como de la clase trabajadora que dicen representar.
El proceso que desde 2010 ha venido existiendo en el Partido Comunista de Canarias y que ha finalizado con la ruptura con el PCE, tiene sus orígenes en dos elementos centrales y primordiales:
El primero de ellos, viene determinado por la situación surgida en Izquierda Unida Canaria tras el golpe de estado dado por la Dirección Federal de IU, en el que se llegaron a alcanzar acuerdos electorales con formaciones políticas nacionalista de derecha (Nueva Canaria), y la posición política de convivencia desempeñada por la Dirección Federal del PCE en todo este proceso. Una Izquierda Unida, que se encuentra sumida cada vez más, en un proceso de involución marcado por el tácticismo electoral puro y duro.
En un segundo plano, no por ello menos importante, por la posición política y organizativa de la Dirección Federal del PCE de confrontación permanente con el Partido Comunista de Canarias.
En lo político, hoy la principal tarea que debemos asumir los/as comunistas en todo el mundo es explicar la verdadera naturaleza de la crisis que golpea al conjunto del sistema capitalista mundial desde el 2007. Una crisis que se encuentra cimentada: en el propio método del modelo de producción capitalista y su sobreproducción; en las políticas estructurales desarrolladas tanto por el neoliberalismo, como por la socialdemocracia desde la década de los años 70; y la espiral especulativa del capitalismo financiero a principios del siglo XXI.
Las llamadas "burbujas financieras" son el reflejo de esta crisis en la esfera de la circulación, y que tras su estallido, han puesto de manifiesto la contradicción entre el poder adquisitivo real de las masas empobrecidas y las capacidades de producción súper-desarrolladas, que se hace cada vez más evidente.
Hoy podemos afirmar que El Capitalismo no está en crisis; El Capitalismo es crisis en sí mismo. Como demostró Marx cuando afirmaba correctamente en sus análisis que, “la causa fundamental de cada crisis se encuentra en la contradicción entre el carácter social de la producción y la apropiación privada de las ganancias”.
Desde esta objetiva realidad, tenemos que luchar contra cualquier delirio sobre la existencia de una "salida a la crisis" en el marco del sistema capitalista. Las tendencias reformistas de izquierdas que defiende que una política keynesiana puede abrir el camino hacia una economía de mercado sin crisis y sin explotación, es cuanto menos una falacia o quimera, y constituye en definitiva negar cualquier proceso emancipador que realmente sirva a los intereses de la clase trabajadora.
Oír las declaraciones de dirigentes de Izquierda Unida en las que manifiestan; “queremos gestionar el Boletín Oficial del Estado (BOE)” (Cayo Lara); “acataremos por imperativo legal la política de recortes y consolidación fiscal” (Diego Valderas), ponen de manifiesto la posición política al respecto y su gravedad, máxime cuando éstos forman parte de la Dirección Federal del PCE.
Alguien puede imaginar al Consejo de Obreros de la fábrica de Putilov, uno de los principales núcleos revolucionarios de la Revolución de Octubre, o al Partido Bolchevique liderado por Lenin, gestionar y acatar por imperativo legal los “ucases” (decreto), dictado por el Zar Imperial de toda Rusia. Si esto hubiese ocurrido, ¿Dónde nos encontraríamos hoy en día?.
Como en su día afirmó Lenin, las reformas tienen un anverso y un reverso: por una parte, una reforma es una conquista desde la perspectiva de la clase obrera. Por otro lado, la reforma puede ser un instrumento para mantener a la clase obrera en el sistema capitalista:
"Los reformistas pretenden dividir y engañar con algunas dádivas a los obreros, pretenden apartarlos de su lucha de clase. Los obreros, que han comprendido la falsedad del reformismo, utilizan las reformas para desarrollar y ampliar su lucha de clase”.
En lo que se refiere al capítulo organizativo, decir que éste ha estado marcado por un proceso persistente y constante de acoso y derribo de la Dirección Nacional del Partido Comunista de Canarias por parte de la Dirección Federal del PCE.
Nos encontramos ante un proceso semejante y de idénticas características al promovido en IUC en 2010, en el que los actores sólo cambian en función de los ámbitos en los que se producen, pero con idénticas señas de identidad que les son congénitas, sustentadas en prácticas antidemocráticas y antiestatutarias, nada honestas y con un claro componente de despotismo, en las que se llega a mantener reuniones fraccionales por parte del Secretario General del PCE (José Luis Centella)como del Secretario de Organización Federal (Fernando Sánchez), con personas o grupos a espaldas tanto de la Dirección Nacional del PCC, como de su militancia, violentando y contraviniendo el marco Estatutario, sustentadas en decisiones unilaterales que quebrantan tanto el Principio de Federalidad, como la Soberanía del Partido Comunista de Canarias.
En esta situación es en la que se produce una calculada y premeditada convocatoria de Congreso Extraordinario del PCC, ilegal y antiestatutario sin lugar a dudas, por parte de la Dirección Federal del PCE.
Un Congreso que permite la participación de personas que militan en otras organizaciones políticas Por Tenerife (XTF), organización adherida en Izquierda Abierta (IA) e Iniciativa por El Hierro, ambas inscritas en el Registro de Partidos Políticos.
Ante este cúmulo de despropósito en los que nos ha situado de Dirección Federal del PCE, el Partido Comunista de Canarias desde su Personalidad Jurídica propia y desde su Soberanía, ha decidido no formar parte del PCE.
Este es el marco jurídico del PCC, podrá gustar más o menos, se podrá estar de acuerdo o no con él pero es el que es, y esa norma jurídica es a la que debemos respetar y acatar tod@s, asumiendo las responsabilidades Políticas, Organizativas y Estatutarias de cada una de las partes que le son propias, de esa realidad jurídica.
Desde nuestra firme e inequívoca voluntad de seguir con muestra militancia y actividad política en el Partido Comunista de Canarias, para que sea el instrumento político fuerte y coherente, desde el punto de vista ideológico y organizativo, que necesita la clase trabajadora Canaria, para hacer frente a la ofensiva capitalista, en la construcción del Socialismo y el Comunismo.
(*) Carmelo Ramos Rodríguez, militante del Partido Comunista de Canarias (PCC).
Canarias a 22 de julio de 2013
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