Domingo Garí Hayek (*) / Artículo de opinión.- En la literatura económica referida a Canarias se ha usado de forma recurrente una frase que pretende definir en el enunciado su particularidad, en el contexto de la estatal y la mundial. Tal frase (hecho económico diferencial canario) fue acuñada en 1934 por el economista grancanario José Mateo Díaz. Luego fue usada profusamente por historiadores de la economía en los años de la tardo transición, y ha quedado como patrimonio conceptual para los estudiosos sobre los asuntos canarios. Tal conceptualización se ha mostrado elástica y susceptible de ser utilizada indistintamente por diversas escuelas económicas, y por tendencias política de orientación diversa. Sirve para nacionalistas, estatalistas y hasta para los españolistas porque cada uno la adapta y define en función de sus propios criterios. La realidad objetiva particulariza de manera fuerte la economía isleña.
En la política no ha ocurrido lo mismo aunque exista igualmente un hecho político diferencial canario, y esto ha sido motivado porque las clases dirigentes canarias no han tenido un proyecto político autónomo sino hasta época muy tardía y, aún hoy, con evidentes taras conceptuales e ideológicas. La geopolítica ha jugado un rol en el Archipiélago que no se ha querido ver, no se ha visto, o no se ha sabido qué hacer con él. La publicitada dimensión tricontinental fue muestra de querer hacer un reconocimiento, sin molestar a nadie, sobre la especificidad canaria, en la que primaban más los aspectos económicos que los políticos.
Pero el hecho político diferencial canario ha existido, existe y existirá, porque su naturaleza está asociada a la geopolítica. Aunque los aviones vuelen más rápido y nos conecten mejor con el centro político al que estamos adscritos, y las redes de comunicación por cable y satélite modifiquen la velocidad de la información, no hay que olvidar que lo hacen para todos por igual, de tal forma que hoy Canarias está más cerca de Europa y del resto del estado que hace 100 años, pero África y América también los están, y físicamente, sin embargo, todos seguimos estando en el mismo sitio.
El hecho político diferencial canario es insuprimible y como tal debe ser contemplado. El aspecto del territorio es para el Archipiélago el verdadero potencial político diferenciado en el contexto del Estado y de la UE, y no surge de una intención voluntarista o de una invención histórico o política, sino que es fiel reflejo del mapa físico y político mundial. El Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional, think tank, del Ministerio de Defensa lo define así: “El Archipiélago canario fue ayer un trampolín; hoy debería continuar siéndolo. La historia nos demuestra el valor posicional del Archipiélago (...) con una simple observación del mapa se deduce la importancia de la posición geoestratégica del Archipiélago”.
Obvio es que la clase política canaria no ha estado a la altura de las circunstancias, y no sabremos si lo estará en el futuro, para hacer del hecho político diferencial canario una política proactiva que dote a las islas de personalidad propia, al menos en los asuntos de interés estratégico para las mismas, tales como el de la soberanía energética, alimentaria y de relaciones con los países vecinos, en el marco de un desarrollo basado en la cooperación y el intercambio cultural y científico, que beneficie a toda la zona geográfica de la cual formamos parte.
El marco político de la UE y las demás instancias asociadas al mismo, excluyendo a la OTAN, ofrecen las condiciones idóneas para explorar y profundizar de verdad en esa particularidad que la geografía nos ha regalado.
(*) Domingo Garí Hayek. Profesor y militante de Alternativa Si Se Puede.
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