Podcast / Planeta Musical Sur.- Si bien en Argentina, y en la mayor parte del hemisferio occidental se da por sentado que el año nuevo se celebra el 1° de enero, sólo una tercera parte del mundo lo hace en esta fecha. Chinos, hindúes, musulmanes, judíos, y pueblos originarios, entre otros, saludan el nuevo año en fechas diferentes. Aunque aparentemente inocente, la celebración de año nuevo es una muestra más de la imposición de la cultura occidental sobre el resto del mundo. Miles de millones de personas en el planeta (las dos terceras partes aproximadamente) adhieren a culturas o religiones que celebran el comienzo de año en fechas distintas al 1° de enero. Como los pueblos aymara y quechua, que lo celebran el 21 de junio. Por ellos, abrimos el programa con una oración ancestral y actual al Padre Sol.
Duración aproximada: 58:00
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Producción: Radio Calf-Universidad FM 103.7
Desde hace miles de años que la humanidad celebra el fin de un ciclo y el comienzo de otro. Originalmente, la “fiesta de año nuevo” refería a la necesidad de los seres humanos de medir el tiempo y marcar hechos relevantes para su vida. Algunos pueblos lo hacían guiándose por el calendario solar. Otros, se remitían a la luna y sus ciclos de 28 días. Y otros a combinaciones de ambos. Las evidencias históricas más antiguas indican que el primer calendario solar fue creado en el Antiguo Egipto, a principios del tercer milenio a.C., cuando surgió la necesidad de predecir con exactitud el momento del inicio de la crecida del río Nilo, que tiene una periodicidad anual, acontecimiento fundamental en una sociedad que vivía de la agricultura. Este calendario tenía un año de 365 días, meses de 30 días y decanos de diez días. Fue Julio César quién cambió el carácter de la celebración y le dio un criterio más político. Durante el mes de enero asumían los cónsules de la Antigua Roma. Además, en ese año, Roma debió sofocar una rebelión en la región que hoy es España. A comienzo de cada año se planeaban las batallas y conquistas, pero en el 47 a.C no se pudo esperar a marzo y hubo que adelantarlo.
Por este motivo y para resolver los desfasajes de tiempo, se instaló el calendario Juliano. Desde entonces se acordó que todos los años constaran de 365 días, y cada cuatro años se contarían 366 iniciando el año el 1° de enero (que luego la tradición judeo-cristiana lo justificó por ser la fecha de la supuesta circuncisión de Cristo). Bien, hasta acá el calendario que conocemos. Sin embargo otras culturas, que sumadas dan más de 4500 millones de habitantes, festejan el año nuevo en otra fecha. Los chinos celebran el año nuevo basados en su tradicional calendario lunisolar. Este año se realizó el 10 de febrero y allí comenzó el año 4711 de su era, el año de la serpiente. Este calendario también se utiliza en parte de Corea, Japón, Vietnam y otros países del sudeste asiático y Oceanía. CORTINA tema 3 El Diwali, es la fiesta que da comienzo al año nuevo hindú. La fiesta tiene lugar en el día 15 de la quincena oscura del mes de kārttika (que cada año puede caer entre el 21 de octubre y el 18 de noviembre). El calendario musulmán es un calendario estrictamente lunar. Se basa en ciclos lunares de 30 años (360 lunaciones, de tradición sumeria). Los 30 años del ciclo se dividen en 19 años de 354 días y 11 años de 355 días. El origen de este calendario es el día del inicio de la Hégira, es decir la migración del profeta Mahoma desde La Meca a Medina, que en nuestro calendario correspondería al 16 de julio de 622. El día 5 de noviembre de 2013 será el día 1 de muharram (primer mes de los musulmanes) y allí se celebrara el comienzo del año 1435 de la era de la Hégira. Los judíos celebran su año nuevo o Rosh Hashaná el primero y el segundo día de tishrei (séptimo mes del calendario hebreo). El calendario hebreo, al igual que el chino, es un calendario lunisolar. La versión actual, por la que se rigen las festividades judías, fue concluida por el sabio Hilel II en el año 359. Este calendario se basa en un complejo algoritmo, que permite predecir las fechas exactas de luna nueva.
El 5 de septiembre de 2013 comenzará el año 5774 que toma como punto de partida la Génesis del mundo, que aconteció, según la tradición judía, el día domingo 7 de octubre del año 3761 a.C. Hasta acá un repaso de cuatro culturas ampliamente extendidas en el mundo, sin embargo, a esto se le pueden sumar: algunos miembros de la Iglesia Ortodoxa Rusa que mantienen el calendario Juliano y festejan el 14 de enero; el We Tripantu, la celebración del año nuevo mapuche, que tiene lugar el 24 de junio; el Losar, celebración del año nuevo tibetano, que se realiza entre enero y principios de febrero; el Enkutatash, la celebración del año etíope, el 11 de septiembre; el Nouruz, celebración del año iraní, que lleva a cabo en el equinoccio de la primavera del hemisferio norte. Y entre muchas otras diferentes celebraciones más, que escapan al espacio de este programa, está el año nuevo Aimara que se celebra cada 21 de junio, con la llegada del invierno, celebración a la que hoy dedicamos este espacio. Los aymaras llaman a la celebración de su Año Nuevo como Willka Kuti (regreso del Sol). Este pasado 21 de junio Bolivia celebró con ritos ancestrales la llegada del Año Nuevo aymara 5521 que coincide con el solsticio de invierno en el Hemisferio Sur. Miles de peregrinos acudieron en la madrugada a la localidad arqueológica de Tiwanacu, situada a 70 kilómetros al oeste de La Paz, para esperar la salida del sol que según las creencias andinas llega cargado de energía. En el pasado la celebración era practicada por indígenas andinos casi en secreto, pero en las últimas décadas cobró vigor y recibió mayor impulso desde el arribo de Evo Morales al gobierno, quien declaró feriado a ese día, y como decíamos, denominó a la fecha como Año Nuevo Andino Amazónico. Creyentes de todas las capas sociales acudieron a medio centenar de sitios en las montañas a esperar con las manos extendidas al cielo la salida del Sol, Tata Inti, para los Incas. La fecha marcó el inicio del invierno y el rito principal de la ceremonia se realizó en la madrugada del 21, con temperaturas bajo cero en el altiplano, cerca del lago Titicaca, en el templo de Kalasasaya en Tihuanacu, unos restos arqueológicas construidos por los tiwanacotas (2000-1500 a.C.) para medir el tiempo y realizar ofrendas.
La ceremonia fue celebrada por Yatiris (chamanes) que atizaban en una hoguera ofrendas consistentes en frutas secas, lanas de llama, dulces de colores y nueces, entre otros elementos, que representan deseos y peticiones a la Pachamama (Madre Tierra) por buenos augurios, ofrendas que algunas veces incluye el sacrificio de una llama cuya sangre caliente es regada para fecundar la tierra. Así, vemos como el 1° de enero, que se nos ha impuesto formalmente como la fecha en la que el año comienza, es en realidad un momento más en este mar de culturas que, de acuerdo a sus propias particularidades, miden el tiempo acorde a su historia y su tradición. Comentarios basados en notas de Santiago Mayor, publicada en el sitio Marcha.org, una nota desde Bolivia publicada por el periódico El Universo, y del sitio eabolivia.com. En cuanto a la música, en la primera media hora, fueron interpretaciones del conjunto Kalamarka, mientras que en la segunda parte escuchamos temas del Conjunto de Lacachi y los grupos Awatiñas, Savia Andina, Sangre Aymara y Agua Clara. Es una realización de Jorge Laraia.
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