Declaración sobre la situación de asedio imperialista a la nación arabe: ¡Proletarios, naciones y pueblos oprimidos del mundo uníos! ¡No a la agresión sionista imperialista y reaccionaria contra Siria y contra toda nuestra nación arabe!
Heroicos Pueblos árabes nuestros:
En estos días, el ataque sionista imperialista y reaccionario sobre nuestra nación árabe se ha agudizado. En años previos, los imperialistas y sus marionetas emplearon a sus ejércitos, sus armas y sus bombas. No obstante, hoy en día, junto a todos esos arsenales, se nos presentan todos juntos en armonía tras su actual máscara: el eslogan de la “democratización”, los llamamientos al “cambio pacífico”, a la “libertad política” y el “pluralismo”, a la “vía parlamentaria” y al siniestro “juego” electoral, que jamás cambiarán la situación política y económica sino que conducirán únicamente a la intensificación de la esclava opresión y de la fragmentación que estamos sufriendo en nuestra nación árabe. Tras esa máscara y esos eslóganes, los imperialistas están hoy impulsando a sus marionetas oscurantistas y oportunistas arabescas locales, con objeto de que ejecuten sus sucios planes.
De nuevo suenan los tambores de guerra y resuena la agresión militar: después de la ocupación de Iraq en 2003 y de Libia en 2011, aquí están de nuevo los imperialistas con sus herramientas –los sionistas y las clases reaccionarias locales– intensificando su campaña, y reclutan a sus mercenarios lanzando una guerra de agresión contra Siria.
El imperialismo mundial, en medio de una crisis económica estructural, está tratando de superar esta situación “externalizando” las consecuencias de la crisis sobre las naciones y pueblos oprimidos. Nuestra nación árabe es una de las naciones y pueblos oprimidos, cuya esperanza de liberación nacional y de emancipación social radical se ve sometida a agresiones de toda especie, ora por medios militares y políticos, ora mediante planes de sometimiento económico y de desinformación… Imponer la capitulación nacional y de clase es la condición permisiva para perpetuar nuestra opresión, el hostigamiento a nuestra nación, la fragmentación de nuestra nación y la ocupación de nuestra tierra
Las condiciones de vida de nuestro Pueblo en las ciudades y las zonas rurales alcanzaron un grado de miseria tal que condujo a una inevitable explosión de levantamientos tanto en zonas rurales como en ciudades. Las masas se levantaron espontáneamente contra el hambre, el desempleo y la injusticia social… Se levantaron para dar rienda suelta a su ira reconcentrada, que las auténticas fuerzas revolucionarias no pudieron ni canalizar ni influir –debido a su ausencia o debilidad– conscienciando a las masas en las verdaderas causas y orígenes de su miseria, ligados a la realidad de opresión imperialista impuesta a nuestra nación árabe (a través de la intervención y ocupación coloniales y de la fragmentación de nuestra tierra); realidades ambas a las que es necesario enfrentarse y combatir para dar inicio a la emancipación social de los oprimidos mediante la toma de todo el poder político en favor de la alianza de las clases oprimidas, y esto por el único medio existente para la victoria: la Guerra Popular Prolongada.
La crisis económica mundial no es resultado de estos últimos días o meses, ni de la lucha entre los propios imperialistas, ni de su opresión contra los pueblos y naciones del mundo, quienes jamás han detenido su lucha. Por ello, los imperialistas y sus marionetas han estado preparando planes y tácticas para seguir oprimiéndonos y aplastar a cualesquiera fuerzas revolucionarias que se levanten en su contra, movilizando a las masas para luchar por los propios proyectos del imperialismo. Así, en ausencia de claridad ideológica y política y ante la debilidad de las armas organizativas revolucionarias para dirigir al pueblo y combatir a nuestros enemigos, el imperialismo mundial (principalmente de Estados Unidos) y sus herramientas, los sionistas y títeres árabes locales, lanzaron la llamada “Primavera Árabe”, que representa el eslogan práctico del plan imperialista reaccionario y colonial para perpetuar la opresión y explotación feudal.
El proyecto del imperialismo (principalmente, los Estados Unidos) de “Nuevo Oriente Medio” es el plan reaccionario preparado para someter aún más a nuestro pueblo y a todas nuestras genuinas fuerzas revolucionarias.
Aquello de lo que nuestra nación árabe está siendo testigo en eso que llaman “La Primavera Árabe” es justo lo opuesto a la Revolución Democrática Nacional Árabe, verdadera solución radical en el sentido de la emancipación nacional y de clase. Es, por el contrario, un plan imperialista de agresión contra nuestra nación y contra todas sus fuerzas revolucionarias en lucha contra el imperialismo y sus lacayos (el sionismo y los títeres locales árabes). Es una agresión cuyo objetivo es cortar el camino a la auténtica revolución popular radical, derrotar a todas las fuerzas revolucionarias que no están dispuestas a capitular, con objeto de ahondar aún más en la fragmentación de nuestra tierra sobre bases étnicas y sectarias, y con objeto también de perpetuar su hegemonía sobre nuestros recursos naturales y estratégicos.
Nuestra principal tarea ahora es mantenernos firmes contra la agresión imperialista, sionista y reaccionaria, poniendo en evidencia a todas sus viejas y “nuevas” marionetas reaccionarias locales. Esa agresión se muestra con todo detalle y crudeza en sus planes de ataque contra nuestro pueblo en Siria.
A las masas oprimidas árabes:
El blanco de esta agresión es la nación árabe en su conjunto, todas sus clases revolucionarias oprimidas, y todas sus fuerzas revolucionarias de resistencia no sólo en Siria.
Esta guerra de agresión no sólo tiene como objetivo a Siria por ser ella un bastión firme contra la capitulación y una incubadora de todos los movimientos de resistencia, sino que es un intento de imponer un nuevo proyecto de fragmentación sobre nuestra nación árabe: “Un acuerdo Sykes-Picot del siglo XXI”. Un plan para lograr una mayor fragmentación de nuestra tierra sobre bases sectarias y étnicas hundiendo a nuestro pueblo en conflictos civiles reaccionarios cuyos efectos se pueden contemplar en lo ocurrido y lo que sigue ocurriendo en Iraq, Sudán, Libia, Egipto, Líbano, así como en las prácticas obscurantistas de las bandas en Siria y en otras regiones de nuestra patria árabe.
Aquellos “abogados” clamando por derrocar “al régimen” en Siria, quienes invocan “el paraguas internacional” y la “intervención internacional”, cuyos efectos nos son de sobra conocidos por toda la sangre árabe derramada en Palestina, Iraq, Libia, Somalia y Líbano… y por toda una larga historia de lucha, no representan ningún proyecto revolucionario ni fuerza revolucionaria alguna.
Quienes se suben al tanque imperialista o abogan por la intervención de los imperialistas; esos que detentan el poder político en diversas áreas árabes gracias a “los juegos” electorales y a la vía parlamentaria en coexistencia con todos nuestros enemigos de clase –lo que está sucediendo en Túnez, Marruecos, Libia y Egipto- sólo pueden ser marionetas de los imperialistas y lacayos de nuevo cuño al servicio de los intereses imperialistas y garantizando la hegemonía imperialista sobre nuestro Pueblo árabe. No pueden ser más que enemigos de las ambiciones revolucionarias de nuestro pueblo oprimido; jamás serán un aliado de las causas de nuestro Pueblo, ni defensores de nuestra tierra ocupada, ni adalides sustentadores de la heroica resistencia nacional armada.
A nuestro Pueblo obrero árabe:
Apuntar hoy contra Siria representa el asalto contra la resistencia árabe y sus fuerzas inquebrantables; se trata de un ataque estratégico contra nuestra única opción de lograr una emancipación nacional y de clase real: La Guerra Popular Prolongada. Una agresión en cuyo afrontamiento deben ser movilizados todos los esfuerzos. Apuntar contra Siria hoy sirve, antes que a nada, al imperialismo mundial y a sus instrumentos sionistas y locales reaccionarios.
Por tanto, estar al lado de Siria hoy significa ceñirse a nuestros Principios revolucionarios tanto como a la vía revolucionaria; significa alinearse con nuestro Pueblo. En síntesis, significa defender la opción de la resistencia armada, a sus fuerzas y a su Programa.
Levantarse contra la agresión imperialista, sionista y reaccionaria en todas sus formas, contra la fragmentación y contra los planes de agresión a las fuerzas y a los programas revolucionarios, significa estar en la misma trinchera de los que luchan contra los planes imperialistas de intervención y de fragmentación, e implica estar con quienes resisten y se sacrifican incluso hasta devenir Mártires.
Levantarse contra la agresión imperialista, sionista y reaccionaria comporta inextricablemente rechazar todo tipo de ilusiones pacíficas hacia nuestros enemigos, oponiéndonos a todos aquellos que están apoyando la intervención imperialista y la división de nuestra nación (ya sea teorizando, justificando, luchando o incluso adoptando actitudes “neutrales”).
Luchar contra este plan reaccionario imperialista comporta también la movilización de nuestro Pueblo con vistas a su oposición a la agresión imperialista, sionista y reaccionaria, dando soporte al régimen nacional sirio y a su ejército de resistencia en la batalla actualmente en curso contra la OTAN, contra los sionistas y contra sus marionetas locales, así como contra los medios de comunicación al servicio de los intereses de la burguesía comercial, los regímenes feudales y el sionismo (los canales Aljazeera, Al-Arabiya…).
Luchar contra este plan comporta desvelar la realidad del proyecto imperialista de “Nuevo Oriente Medio” en todos sus aspectos (políticos, económicos, culturales y militares...) y echar por tierra su eslogan práctico: “La Primavera Árabe”.
Las genuinas fuerzas revolucionarias deben perseverar y movilizar todos sus esfuerzos para dotarse de las “Tres Armas Mágicas” de que habló Mao; único modo de salvar a nuestro Pueblo, y de liberar y unir nuestra tierra y recursos, única garantía nuestra de victoria.
Nos encontramos en el vórtice de una batalla decisiva de toda la nación árabe en la que no caben medias tintas, actitudes vacilantes o “neutralismos”; las trincheras están claras y cada bala a disparar contiene su trayectoria concreta... En esta decisiva batalla cada quién tiene que elegir su trinchera: o con nuestra nación, con los oprimidos y con las fuerzas de resistencia revolucionaria, o con la agresión imperialista, sionista y reaccionaria arropada por todos los oportunistas. No hay tercera trinchera.
¡Viva el marxismo leninismo maoísmo, principalmente maoísmo!
¡Viva las heroicas masas árabes y sus fuerzas revolucionarias en lucha contra los imperialistas y sus marionetas!
¡No a la guerra de agresión imperialista, sionista y reaccionaria contra Siria y contra toda nuestra patria árabe!
¡Todos los imperialistas y todas sus marionetas son tigres de papel!
¡Preparemos el terreno para la guerra popular árabe, único camino para la liberación nacional y la emancipación social!
Maoístas Árabes
29 de mayo de 2012
* Tamer Sarkis Fernández. Sociólogo y Antropólogo hispano-sirio. Asesor del Diario Unidad para Siria.
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