J.M. Álvarez * / Artículo de opinión.- Los tiempos cambian y la crisis determina usos nuevos. Mientras los programas televisivos del corazón tienen menos audiencia- todo el mundo sabe de la vida de aquel y del otro y ya aburren- comienzan a proliferar los programas de caridad que cuentan hasta con psicólogos que asesoran a los más desposeídos.
Últimamente destaca en Canal Sur (también en otras televisoras) de Andalucía, uno que se llama “Tiene arreglo”. Tiene arreglo y al Sistema no me lo toques, diría yo. Viendo estos shows con presentadores que dan brincos de alegría (será por el negocio) se da uno cuenta de la manera que los medios están introduciendo en la mente del espectador, la idea de la caridad como salida para resolver las necesidades que el Estado niega a los pobres pero concede a los millonarios.
Vemos a la gente en los platós aplaudiendo de manera entusiasta cada vez que alguien llama aportando una limosna (de buena fe) que paliará, momentáneamente, la situación de una familia desamparada que se presta a ser protagonista porque no tiene otra opción. Otros ofrecen comida gratis de esos bancos de alimentos o comedores sociales, que parecen ser un regalo caído del cielo para quienes fueron arrojados a la exclusión social por el Estado "democrático".
Estos programas son perversos por varias razones. Se encargan de realizar lo que es obligación del Estado, se lucran de las desgracias ajenas- con la crisis estos espectáculos lamentables, procuran grandes beneficios a sus promotores- y jamás denuncian que si ellos están ahí se debe a que el capitalismo no funciona, y en fase agónica genera mayores miserias humanas.
Lleva razón el periodista Pascual Serrano cuando afirma que “a este paso pronto tendremos entidades benéficas y programas en los medios para atender la educación básica, conseguir medicinas o poder operarse de un cáncer (...). Avanzamos hacia el abismo y hasta se permiten entretenernos con él sentados en nuestro sofá viendo la televisión”.
Tiene arreglo ilusionar al desilusionado, pobre, durante unos días, pero eso no cambiará su injusta condición social. Su bienestar, efímero, será la flor de un día; por tanto nada se arregla. Está en las manos del ser humano, eliminar estas situaciones para siempre. Eso las productoras no lo dicen: Significaría acelerar el derrumbe del Sistema y con él, el nuevo chollo.
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