J.M. Álvarez * / Artículo de opinión.- No deja de ser significativo de que, en unos momentos en que bandas armadas y pagadas por la OTAN, pululan por el norte de África y asesinan en Siria, salte la noticia de que el funeral de Ben Laden siguió el ritual islámico y se celebró con respeto, antes de "arrojarlo" al mar.
La noticia informa que un grupo jurídico exigió conocer los detalles del entierro en nombre de la libertad de expresión que EEUU se pasa por el forro de los pantalones y que, por supuesto, el Departamento de Estado (nada más y nada menos) ha tenido a bien conceder esa petición publicando varios correos electrónicos relacionados con el asunto.
Según otras versiones, Ben Laden estaba enfermo del riñón desde hacía bastante tiempo y se sometía a sesiones de diálisis en un hospital de Ryad (Arabia Saudita). Esas mismas versiones afirman que la enfermedad fue la causa de su muerte y que todo lo demás son historietas "estilo Far West".
Y puede ser más que cierto porque no es usual que los criminales sin escrúpulos del Pentágono (tan dados a shows mediáticos), no mostraran imágenes al mundo del cuerpo sin vida de su mayor enemigo. Nadie lo vio, ni siquiera hubo una filtración de lo "visionado" por el equipo presidencial.
Incluso ese respeto por un enemigo a quien le celebran funerales con rezos incluidos, está totalmente fuera de lugar y de la mente sádica de los gorilas del presidente Obama, basta con recordar cómo profanan los cadáveres de sus adversarios abatidos, mostrándolos como trofeos de caza y orinándose encima de sus cuerpos.
Hay motivos razonables para pensar que la difusión la noticia está encaminada a limar asperezas y congraciarse con un sector del mundo musulmán que se deja querer por EEUU; sin embargo no deberían fiarse en exceso: ya han demostrado más de una vez que hoy son amigos y mañana pueden ser enemigos. Esos no tienen nada que ver con la postura claramente antiimperialista del grupo musulmán Hezbolá.
Ya lo dijo Fidel cuando comenzaron las que llaman "revoluciones" árabes: El genio ha salido de la botella, veremos quien es capaz de meterlo dentro de nuevo
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