Rubens Ascanio Gómez / * / Artículos de opinión.- Hablar en Canarias de Puerto Rico es hablar de una parte poco conocida de nuestro pasado. Los campesinos canarios, forzados a emigrar durante siglos, fueron destinados a cubrir las demandas poblacionales del Imperio español. Los lugares con menor recursos, más aislados, en definitiva menos atractivos para la colonización fueron poblados de isleños, “blancos de orilla” que huían del hambre y la miseria embarcados como mercancía en lo que muchos eminentes americanistas denominaron Tributo en Sangre. Uno de los destinos principales fue esta Isla, situada en una zona clave del Caribe.
República Dominicana, la zona de Caracas, Uruguay, Lousiana, Tejas, Cuba y Puerto Rico fueron los focos principales que recibieron al campesino canario en los siglos XVII y XVIII. Decenas de apellidos, topónimos, palabras e incluso palabras se han mantenido en esos territorios de frontera, en su momento amenazados por los ataques indígenas, las inclemencias del clima o los ataques de piratas. Como con tantas otras cosas la memoria anoréxica de nuestro pueblo desconoce esta herencia.
Dos millones de puertorriqueños y puertorriqueñas deciden mañana que desean hacer con su futuro. En este país del Caribe es probablemente donde más sangre canaria exista porcentualmente. Un territorio que ha sufrido y sufre el embate del colonialismo y de una burguesía intermediaria interesada solo, al igual que la canaria, en hacerse rica vendiendo unos pocos productos agrícolas e importando mucho de fuera.
Con una población similar, una historia compartida, una emigración masiva que salió de la Isla más o menos en la misma época que la nuestra, una economía parecida, un tamaño semejante y el mismo valor estratégico...Puerto Rico y Canarias parecen dos primas hermanas separadas por el Atlántico.
Este martes ellos, a diferencia de nosotr@s, deciden su futuro, se autodeterminan una vez más sin que suceda ningún apocalipsis o les golpee una maldición. Frente a las elecciones USA, donde el capital elije a que hombre de confianza ponen al frente de la potencia imperial, ellos, deben decidir sobre su estatus, si desean ser una nación libre, un estado latino dentro de los EE.UU. o permanecer como hasta ahora. Al menos ellos tienen esa oportunidad, aunque los medios y el poder de las burguesías unionistas y favorables al ella son las que dominan la batalla frente a un pueblo sumiso y abandonado. La verdad que cuanto nos parecemos.
Rubens Ascanio Gómez. Licenciado en Historia y militante de Alternativa Sí se Puede.
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