Rubens Ascanio Gómez / * / Artículos de opinión.- Los israelíes hablan una y otra vez de sus “bombardeos quirúrgicos” como si las bombas así fuesen más inofensivas, más limpias, casi humanitarias. No opinarán lo mismo los familiares de los 16 palestinos que han muerto en las últimas horas con estos bombardeos.
Con la guerra siempre se generan este tipo de hipocresías, los medios belicistas inventan sus propias mentiras, un lenguaje alternativo de daños colaterales, objetivos tácticos, ataques selectivos o bombas inteligentes (fuerte contradicción). Las palabras engañan y envenenan, tranquilizan conciencias o las adormecen, los terroristas son siempre sucios y pobres, ya que lanzar bombas con un avión plateado que ha costado millones de euros es justo, casi poético para ellos.
Ese niño palestino de 18 meses muerto hoy por una bomba inteligente es un peón más en un tablero lleno de sangre y dolor, de un conflicto promocionado y patrocinado por personas que viven muy bien, ajenas a la muerte y sufrimiento de uno y otro bando. Una guerra que cada vez tiene menos sentido, donde las potencias venden más armas, miran y sonríen.
Estoy esperando por saber qué nuevos términos de muerte acuñarán los medios en los próximos días. Qué filigranas harán para definir el bombardeo de un poblado tuareg de Mali, la explosión de una guagua en Afganistán o el incendio de una escuela de Gaza. Seguro que serán nuevas palabras limpias para hablar sobre más muertes de pobres.
Rubens Ascanio Gómez. Licenciado en Historia y militante de Alternativa Sí se Puede.
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