Rubén Jiménez(*) / Artículo de opinión.- Eppur si muove. Esta frase se le adjudicó a Galileo Galilei cuando se defendía ante el tribunal de la Santa Inquisición de las acusaciones recibidas por defender la teoría heliocéntrica. Hoy se emplea en lenguaje judicial con el fin de expresar que, aunque se niegue la relevancia de un hecho, este es totalmente verídico. La cita es aplicable a la situación geográfica de Canarias en dos sentidos: uno, porque se intenta negar la evidencia física de nuestra africanidad; y en segundo lugar, porque hemos llegado a la aberrante situación de mover nuestro archipiélago hasta más allá de las Columnas de Hércules. Si se quiere, se puede.
Hace unos tres años, CANARIAS SOCIALISTA[1] expuso las razones de la evidencia mencionada, y cómo amplios sectores –algunos pseudoilustres–, niegan nuestra ubicación en aras de una forzada e interesada europeidad. Para resumir, veníamos a decir que si Canarias no es África porque no está dentro del continente, tampoco es Europa, ni de la misma manera lo es Gran Bretaña. Tampoco Japón pertenece a Asia, ni en Cuba se entiende qué es América. Si la excusa es la cultura, podemos decir que EE.UU es europea, al tiempo que Marruecos, Egipto o Sudáfrica se escapan del concepto sesgado y eurocentrista de la supuesta “cultura africana”. Si por el contrario nuestro estatus europeo se fundamenta en que somos españoles, ya estamos reconociendo la supremacía de una parte del Estado sobre otro; un país principal, y el resto. El caso es que ese acercamiento a Europa responde a una coyuntura política y al efecto de la globalización, pero ocurre en Canarias como pasa en medio mundo, y no responde ni a una identidad ni a una realidad insoslayable.
Pero sí, si uno se lo propone, Canarias será Europa. Será Europa o lo que haga falta con tal de separarnos de nuestra verdadera realidad. ¡Faltaba más! ¡Africanos! Por Dios… Así que, por si no lo saben, vayan preparando las sangrías y paellas con la más típica receta de los ancestros de nuestras cumbres, porque tenemos que saborear nuestra mediterraneidad. Sí, ya podemos cantar a voz de cuello y no solamente de manera interpretativa ese magnífico tema de Serrat, “Mediterráneo”. Atrás quedará por fin la calima que dejará de asfixiarnos con olas de calor llenas de vestigios africanos. Las cigarras encontrarán agua cuando en plagas se dirijan adonde piensan que sigue Canarias; ¡ilusas! ¿Qué harán las escasas chalanas que aún afrontan la travesía atlántica cuando vengan desde Senegal y el primer cachito de tierra que encuentren esté en medio del Caribe? Por fin, y tras décadas de esfuerzo, Canarias está en el Mediterráneo. Así al menos lo corrobora un reconocimiento de los clientes de TUI Holly.
Léase: “El Hotel Lopesan Villa del Conde, de los mejores del Mediterráneo"[2]. Con este titular de Canarias Ahora me quité hoy las legañas. Según la agencia EFE que da la noticia, “Se encuentra entre los 31 mejores hoteles en la categoría de Mediterráneo Occidental, formando parte de los 100 primeros hoteles del mundo para los alemanes”. En el Mediterráneo occidental… Ahí parece que estamos ahora. Con estas sacudidas geográficas es fácil entender el fracaso escolar en Canarias. Pero podría ser más grave para nuestro intelecto. Menos mal que Cuba se independizó de España, porque si no, como decíamos en el lenguaje futbolero de nuestra infancia, tendrían la mama, y sus playas serían “las mejores del Mediterráneo occidental”.
Rubén Jiménez
Fuente: http://canarias-socialista.blogspot.com.es/2012/10/y-sin-embargo-se-mueve.html
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[1] JIMÉNEZ,
Rubén. “Perdidos en el mar” [en línea]. Canarias
Socialista. 23 junio 2009. http://canarias-socialista.blogspot.com.es/2009/06/perdidos-en-el-mar.html
[2] EUROPA
PRESS. “El Hotel Lopesan Villa del Conde, de los mejores del Mediterráneo” [en
línea]. Canarias Ahora. 8 octubre
2012. http://www.canariasahora.com/noticia/236683/
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