Eloy Cuadra Pedrini / Artículo de opinión.- Apenas unos días después de que denunciáramos desde la Plataforma por la Dignidad de las Personas sin Hogar el irregular reparto de comida a familias desfavorecidas en Tenerife ante varias instituciones nacionales e internacionales, algo de lo que es uno de los principales responsables el Banco de Alimentos de Tenerife, nos encontramos con la noticia de que el Banco de Alimentos va a ser propuesto al Premio Canarias 2013 por su encomiable labor. Detrás de la propuesta, por lo que parece, Cabildo, Parlamento de Canarias, y en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife el Partido Popular y su “experto” en asuntos sociales el señor Oscar García.
Y no voy a entrar yo aquí en las pruebas y testimonios que contiene la denuncia, bastante concluyentes por cierto, no hablaré de cómo se cobra a la gente por comida gratuita, nada diré de que la mayoría de asociaciones a las que reparte el Banco de Alimentos de Tenerife no cumplen con diversa normativa legal imprescindible para poder repartir alimentos, obviaremos que es obligación del Banco de Alimentos controlar a estas asociaciones, nada diré de las humillaciones que acostumbran a soportar las familias precarias cuando van a pedir comida a una asociación, olvidaremos los 500 kilos de arroz La Fallera en perfecto estado con el sello de la UE que circulaban sin control por Santa Cruz de Tenerife con destino no se sabe qué perrera, tampoco diremos nada de cómo se surten algunas tiendas de amigos con comida donada que debía ser para familias desfavorecidas. No vamos a intentar cuantificar la cantidad de comida que se pierde por el camino en este proceso. Tampoco pondremos pegas a que el Banco de Alimentos de Tenerife sea una entidad fuertemente subvencionada con dinero público que sin embargo no trata con ninguna familia precaria, limitándose únicamente a recibir comida y llamar a las asociaciones menores para que se la lleven. Tampoco quiero pensar en el papelón que harán en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, en el Cabildo y en el Parlamento de Canarias si por casualidad de nuestra denuncia se derivan sanciones posteriores para el Banco de Alimentos –algo en lo que tampoco confiamos mucho, todo hay que decirlo, dado lo amañado que está aquí todo-, y lo peor es que en este caso no podrán decir como los del Príncipe de Asturias con el premio a Lance Amstrong, porque aquí si que estamos avisando ya desde largo.
Sea como fuere, voy a pasar por alto todo esto y voy a centrarme en lo que esconde el premio en sí, más allá de que sea merecido o no, y el daño tan grande que ese premio nos trae a nosotros los ciudadanos. Un Premio Canarias que viene precedido, no lo olvidemos, del Premio Príncipe de Asturias de la Concordia de este año para la Federación Española de Bancos de Alimentos. Y digo yo: si ya le han dado un premio, ¿para qué otro más? Y qué casualidad, este año, cuando más dura está la cosa, con más del 30% de los canarios viviendo bajo el umbral de la pobreza, y va el Partido Popular en Madrid y el Partido Popular en ámbitos canarios a proponer al Banco de Alimentos para varios premios importantes. ¿No ven la relación?
Es sencillo, al darle sendos premios a los Bancos de Alimentos en España, y en Canarias, están reconociendo su magnífica labor –pese a que estamos demostrando que los Bancos de Alimentos no son más que receptores de comida y no atienden ni reparten a familias directamente, en un trabajo que podría hacer cualquiera–, están dando por sentado que todo está controlado en cuanto a las necesidades alimenticias de la población española, ocultando así de cara a la opinión pública todo lo que estamos denunciando nosotros y mucho más, y lo que es peor, esquivando la verdadera realidad que se sufre en España que obligaría a poner a la gente que pasa hambre en el primer plano de las políticas de nuestras administraciones públicas.
Dicho de otra manera, para que me entiendan mejor, al destacar lo buenos que son los Bancos de Alimentos, nuestros queridos políticos están dando por hecho que las ONG, la solidaridad ciudadana, el voluntariado y otras tantas manifestaciones caritativas se bastan y se sobran para abastecer de comida a la población más vulnerable y precaria, para así ellos poder seguir con su rutina habitual, con sus privilegios, con sus corruptelas de andar por casa, con sus discusiones, con sus meadas continuas a los ciudadanos haciéndonos creer que llueve, y, en definitiva, con su falsidemocracia que ya casi nadie se cree.
Por eso yo y otros muchos como yo decimos no a este premio, por todo lo que el mismo conlleva, por entender que la situación de pobreza a la que han arrastrado a buena parte de los ciudadanos en España –y especialmente en Canarias donde batimos el record-, implicaría que fueran las Administraciones Públicas las que tomaran directamente, ya, y de una vez, la gestión del derecho a la alimentación, un derecho que recordemos recoge la tan recurrida Constitución Española que juran cumplir todos los cargos electos, y que sin embargo cada día se vulnera más. Y esto, nadie mejor que nosotros para atestiguarlo, cuando hace apenas un par de días tuvimos que recurrir a la solidaridad de los tinerfeños con sendos llamamientos urgentes, para llevar comida a dos familias con cinco niños menores que apenas si tenían para alimentarse, ni para poner un desayuno a los pequeños, ni una merienda, ni un triste plato caliente. Y digo yo: ¿dónde estaban entonces esos magníficos Bancos de Alimentos?
Eloy Cuadra Pedrini. Portavoz de la Plataforma por la Dignidad de las Personas sin Hogar.
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