J.M. Álvarez * / Artículo de opinión.- Treinta y cinco detenidos, más de sesenta heridos (uno de ellos grave al parecer con lesión medular) a consecuencia de la “brutal violencia policial”, como la definió la cadena rusa Russia Today mientras el resto de canales españoles ignoraba lo que sucedía desde las 7 de la tarde en los aledaños del Congreso de Diputados, y ofrecía, como si tal cosa, programas intrascendentes. Posteriormente se rindieron a la evidencia y en sus informativos se hicieron eco de lo que acontecía. No era para menos: las imágenes estaban dando la vuelta al mundo, dieron la vuelta al mundo mostrando la “marca España”: represión fascista
A muchos de los detenidos les van a imputar un delito contra el Estado de Derecho en un Estado donde no hay derechos, excepto el del robo impune exclusivo para millonarios y corruptos. De los heridos nos cuentan que casi la mitad son policías. No deja de ser paradójico que quienes van protegidos con cascos, escudos, porras, furgones blindados y fusiles, resulten ser las víctimas de los que van a pecho descubierto, sin protección alguna. Eso también es “marca España”: la mentira sistemática. ¿Esa es la “marca” que Madrid pretende exportar a Cuba?
Policías a caballo, decenas de furgonetas, cargas contra miles de manifestantes de todas las edades, muchos de los cuales se olvidaron de mostrar las manos al aire para usarlas, en defensa propia, arrojando todo tipo de objetos contra los represores. Violencia legítima. Hombres de cierta edad con la cabeza abierta, y medio ancianos detenidos, como un “peligroso” militante del Sindicato Andaluz de Trabajadores… ¡Olé él y su bandera! Andalucía debe buscar su destino, fuera de este podrido cuartel juancarlista. Un turista que pasaba cerca manifestó: “Yo pensaba que en España había libertad de expresión”.
Allí no se salvó nadie, incluidas esas televisoras que por cuestiones partidistas se posicionaban a favor de los manifestantes, “televisión manipulación” les gritaban sin tener en cuenta (¿para qué?) su procedencia. En lo que alcanzamos a ver, comprobamos que se repetían escenas de resistencia antifascista en Neptuno y Sol. Percibimos a un policía que al quedar aislado fue atacado con rabia y besó el piso varias veces. Aquella cosa sin cerebro intentaba ponerse de pie y una y otra vez, y otras tantas era arrojado al suelo como un perro.
¡Cuánto echamos de menos la falta de una vanguardia organizada! Pero bueno, la correlación de fuerzas aún nos es desfavorable aunque ayer se diera un paso importante en esa dirección. Anoche, los oligarcas y sus representantes pasaron miedo. Quizás alguno se acordó de los antepasados del mamarracho de Rajoy, ése que pusieron en el Gobierno y andaba por Nueva York haciéndose fotos con un negrito asesino que bombardea dispensarios médicos en Pakistán.
Vimos un gesto digno cuando los representantes de IU salieron del Congreso para unirse a las masas, nobleza obliga reconocerlo. No vimos a la organización vasca Bildu. Ignoramos si estaba en el Parlamento. Si lo estaba, mal por no hacer lo mismo porque pueblo somos todos: vascos, andaluces, castellanos, gallegos, catalanes… la burguesía es otra cosa. El régimen tuvo miedo, mucho miedo, exigía que la concentración finalizara a las 21,30 horas y cuando nos fuimos a dormir, aún había gente en la calle Poco a poco, los diputados de un Parlamento que por no representar no representa ni a los pequeñoburgueses, salieron, como los ladrones, furtivamente y por la puerta de atrás.
Damos las gracias a Cristina Cifuentes, Delegada del Gobierno en Madrid porque su torpeza represiva (desplazó a la capital, 30 de las 52 Unidades especiales de policías que hay en todo el Estado) de ayer nos hizo un favor exacerbando el odio de clase.
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