Lorenzo Angiolillo Fernández(*) / Artículo de opinión.- El mito sigue vivo mientras la cultura anglosajona, profanos de todas las culturas vivas, encuentra en el calendario sol, el de los amantes del sol el fin del mundo este mismo año, suerte de percepción necrofilica, sedienta de muerte, propia de los conquistadores de ayer y de hoy. La historia de los incas se encuentra reflejada en si mismo, de la vía láctea, vuela, y vuela hacia el Sol ese cóndor, lo que es arriba es abajo, puente conexión de los antepasados, y los dioses, la historia, esta historia, la podemos leer en las estrellas, Pachamama de siete millones de hijos, seis millones murieron después de la conquista. Los que sobrevivieron en Bolivia todos los días le rinden culto y el homenaje que se merece en cada rito, en cada calle, aunque suene extraño un Aymara Evo, pero venido de antepasados de Tiawanaco, sabe leer el movimiento dialectico especie de constelación Americana que se manifiesta en los valles sagrados y en todos los caminos de nuestra américa latina, las visiones del Che en Bolivia, es el indicador del tiempo de revolución de hoy, el impulso de las masas latinoamericana hoy, en este milenio, no es casual, son claras las luchas por el respecto al medio ambiente, a la tierra, a la Pachamama, tan deteriorada, y maltratada por la locura imperial y el ansia capitalista de destrucción del planeta mismo y junto a el por supuesto la civilización toda, el lugar naciente de nuestras revoluciones hoy se remueven en el mito de vivir en armonía la civilización andina, es el dios Viracocha, es Pacarina, educando A LOS HOMBRES DE HOY.
CONSTELACION DE LAS PLEYADES, COMIENZO DE LAS COSECHAS, EL FIN DEL MUNDO, LA LLEGADA DE LOS CONQUISTADORES, Todos los animales deben subir a la cima de la montaña, la Llama dijo se adelanto, de Junio a diciembre la clave es el solsticio los dos, se perdió el camino, se rompió el equilibrio , se cayo el puente, la armonía la sustituyo la oscuridad y el caos, pero muy selectos descendientes, unos escogidos, guerreros de la Luz se refugiaron en la Chinkana, por debajo de las aguas del Titicaca, donde no llega el zorro de cola negra, ese es el plano inclinado del Ecuador que buscan los investigadores hasta hoy, ellos tenían ya esa precisión, lo encontraron en las perlas, en los cantos rodados, y el sistema de los veinte templos en el cielo, el zodiaco Inca, conjugaron a través de periodos de 20 años hasta el origen de 800 años, muy bien conocidos por las tribus, y se puede ver en los bailes hoy en día.
Vuelven los Incas a los andes, vuelven en las marchas de los aimaras, en el Chaman argentino, y en la Princesa Tamara, la Tania guerrera sacrificados en sendas emboscadas, allá por los sesenta buscaban el camino de los guerreros de la luz, pero los cazo el zorro de cola negra, hoy todos ellos vuelven encarnados por un Yupanqui moderno, a diferencia de los profanos llama a salvar al planeta junto a el comandante Chávez, y el visionario Fidel, es nuevamente el tiempo en donde los pueblos y los ejércitos ven hacia el cielo, es el tiempo de los amantes del sol, esta sincronización es ayudada por la sabiduría ancestral de cada uno de esos lideres, que construyen un camino de bien común, en construir la Grandeza, con las energías en armonía al planeta, con solidaridad, entre los pueblos enseñanza ubicada mucho mas atrás de los pensadores revolucionarios contemporáneos, las guías se remontan hasta tres milenios atrás , que rica simbolización, para que necesitaban escritura como la conocemos hasta ahora, es el fuego sagrado reflejado en los anales del tiempo, estos visionarios modernos no podían quedarse ajenos a la locura y los actos humanos que se inclinan por destruir La Pachamama, en aras de una modernidad, que el capital apaga junto a la humanidad, que pasara en la tierra, los acontecimientos, los eventos por venir tienen multipolaridad, diversos rayos de proyección, no es un imperio con su rayo mortal como su única proyección, comprendieron que la luz de las estrellas es proyección del tiempo mismo, por todas partes se mueve en la américa indígena multirracial, un sentimiento de solidaridad, de subsistencia del genero humano, por los hijos de los hijos. Como llegar a la armonía , que la tierra no se vuelque, que la luna y la tierra se conserven siempre jóvenes, así estos modernos príncipes, en un nuevo intento de iniciados, trataran de llevar a cabo la permanencia del futuro, son razones de humanidad lo que mueven a estos poderes creadores de los pueblos.
(*) Lorenzo Angiolillo Fernández. Ex Embajador de la Republica Bolivariana de Venezuela, en las Antillas Neerlandesas. E Ideólogo Bolivariano.
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