Derecha cavernaria / Tamaraceite Alzado.- Julia Monzón – Redacción Tamaraceite Alzado. La que fue histórica Casa Consistorial del Ayuntamiento de San Lorenzo, se ha convertido con el paso de los años en un lugar sórdido, triste, vacío de contenido cultural. El mal olor a franquismo la inunda, la mala energía de la derechona se la está comiendo como un cáncer en fase terminal. Estamos perdiendo un patrimonio de alto valor, ahora en manos de personajes para los que la cultura no deja de ser un perfecto plan de aculturización y adoctrinamiento.
En esta etapa del gobierno municipal del PP y ¡olé! lo que debería ser un espacio para el encuentro de los vecinos y vecinas, ha sido transformado en el perfecto lugar para el sectarismo partidista, donde sus programadores solo planifican actividades vinculadas directa o indirectamente con el partido gobernante, para que ¡Oh Dios mío! cuatro pelotillas le lancen loas, halagos y besamanos entre cocteles a la persona responsable de tal estropicio sociocultural, de que este edificio de enorme significado para la gente que seguimos creyendo en la democracia y en la República, haya sido convertido en un templo de la incultura y la ignorancia supina.
En esta Casa de la Democracia vivieron sus últimas horas de libertad los Cinco de San Lorenzo: el heroico alcalde comunista, Juan Santana Vega, el secretario municipal, Antonio Ramírez Graña, el inspector jefe de la policía local, Manuel Hernández Toledo, así como los activos sindicalistas Matías López Morales y Francisco González Santana, todos ellos fusilados por los fascistas de la derecha canaria. Hombres sencillos y humildes pisoteados, humillados actualmente en su memoria por el “tea party” tamaraceitero y su lideresa implacable y flamenca, en una humillación jamás vista en la historia de la lucha por la libertad en esta desgraciada y destrozada isla de Gran Canaria.
La llamada actualmente Casa de la Cultura de Tamaraceite, debería seguir ostentando el nombre legítimo de Casa Consistorial del secuestrado y robado municipio de San Lorenzo, convertirse en un espacio para el debate, para la cultura de verdad y no para el oprobio partidista y casposo de la escala en hifi neofranquista y su saga de sevillanas, actos religiosos en forma de horteras pasiones y lo nunca visto, exhibiciones de lo bien que lo hacen los municipios del PP en una asquerosa y pesebríl forma de buscar votos despilfarrando dinero público en saraos sin sentido.
Nos decía estos días en la calle Triana esa enorme buena persona y luchador por la libertad llamado Domingo Valencia, “que no podía ni ver a esta derecha que ahora gobierna en Las Palmas de Gran Canaria, que sentía vergüenza de ver las represalias laborales, los recortes sociales, las privatizaciones de la sanidad y la educación, de un fascismo que no veía desde los años de la oscura dictadura del genocida General Franco”. Domingo tiene razón en todo lo que dice y con sus noventa y tantos años contempla triste como la Casa del Pueblo donde se reunía antes del golpe de estado con sus camaradas, ahora la han transformado en un horrendo lugar para el trapicheo ideológico y la venta de conciencias.
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