Sebastián Ramírez Suárez / Artículo de opinión.- José Manuel Soria, ministro del gobierno del PP de Rajoy, declaró en una entrevista que no comprendía que habiendo entrado en Canarias, en 2011, doce millones de turistas, no se hayan creado más empleo...
En un escrito en de un periódico local, el firmante del mismo echa la culpa del paro a los políticos de un bando y de otro, y no menciona como culpables y responsables también a los empresarios, especialmente a los del sector de la hostelería de las zonas del turismo masivo en el archipiélago canario.
Si los empresarios fuesen más solidarios, más “patriotas”, y si respetaran los derechos de los trabajadores a que realicen su trabajo y su jornada de forma legal y equitativa, y donde tiene que haber cinco trabajadores realizando unas tareas que son para realizarlas cinco trabajadores o trabajadoras, no tengan a tres o incluso a dos, haciendo el trabajo de cinco, “otro gallo nos cantaría” con las cifras del paro, del desempleo.
Sabemos de hoteles que para atender a los clientes se necesitan una cantidad de trabajadores determinados, y la empresa, en su egoísmo, por elevar su tasa de ganancia, o que no disminuya, o que aumente, tienen a menos trabadores haciendo los trabajos que tendrían que hacer 10 o 15 trabajadores más de los que tienen en su plantilla.
Si los empresarios, en esta época de crisis económica (no crisis para ellos) para los trabajadores en situación de paro, no fueran tan egoístas (por no calificarlos con el calificativo del argot sindical), y redujeran un poco su tasa de ganancia en la explotación de sus negocios, y crearan los puestos de trabajo que objetivamente hacen falta en muchas de sus empresas, concretamente en el sector de la hostelería, el paro se reduciría bastante, y muchas familias no lo estuvieran pasando tan mal, y los ingresos de las cotizaciones a la Seguridad Social y a la Hacienda Pública serían mayores.
No quiero terminar sin dejar también claro que, un sector de la llamada clase política al frente de gobiernos locales autonómicos y Central, han dilapidado dinero público, para ellos y sus “empresarios” amigotes del pelotazo, y han dejado las arcas de sus respectivas instituciones en las que gobiernan con un déficit escalofriante, y “a vivir dos días”, se van de “rositas”, porque algunos fiscales y jueces “tienen otras tareas que hacer” con los “robagallinas”…
¿Por qué un político en el gobierno municipal, local, autonómico o Central, y sus amigos “asesores” de sus partidos, ganan más dinero que un médico o que un licenciado o profesor de la administración pública, incluso muchos que no tienen ni el bachiller terminado”
¿Pero ¿quién es el valiente o los valientes, que le van poner el cascabel al gato a esta corrupción generalizada, incluyendo leyes que obliguen a ciertos empresarios a contratar personal de acuerdo a las necesidades reales del trabajo que se realiza en sus respectivas empresas?
Sebastián Ramírez Suárez
8 de agosto de 2012
Las Palmas de Gran Canaria
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