Jesús Arvelo(*) / Artículo de opinión.- Los canarios somos tan diferentes como vascos, gallegos, catalanes, etc. todos estos son pueblos diferentes entre sí, son naciones, aunque la diferencia fundamental de Canarias con los demás pueblos del Estado es que Canarias es una nación colonizada. Cuando se habla de historia de Canarias se habla de "la colonización de Canarias, la época de la colonización”, pero ¿cuándo acabó la época colonial? La independencia de las colonias españolas en América supuso el fin a la época colonial en esos territorios, ¿pero en Canarias que acontecimiento lo marcó?
Simplemente ninguno. Se nos ha mentido descaradamente a cerca de nuestra propia historia, empezando por la supuesta exterminación de la población precolonial de Canarias a manos de los conquistadores, usando falacias como que murieron por las enfermedades importadas por los europeos, algo que se exageró interesadamente sobre todo teniendo en cuenta que como población del norte de África y en contacto con las demás poblaciones mediterráneas estaban expuestos a las mismas enfermedades y no podía ocurrir lo que pasó con los indígenas americanos. Pero esta no es sino una de tantas afirmaciones que van en la dirección de desvincular a los canarios de un pasado no europeo que podría poner en peligro el sentimiento de españolidad de los canarios, al identificarse como lo que es, un pueblo colonizado.
Sin embargo el que toda mi familia proviniera de Murcia por poner un ejemplo, o que no haya nacido en Canarias, no cae en ninguna contradicción con que sea independentista, porque se trata de un problema político, no genealógico. Si miramos a los libertadores americanos, desde EE.UU. a toda Latinoamérica, la mayoría de sus libertadores eran criollos de ascendencia europea o descendientes de colonos (José Martí, Simón Bolivar, San Martín y tantos otros), ¿por qué eran independentistas? porque comprendían que en la realidad en la que vivían un paso necesario para su desarrollo y bienestar era la independencia, porque eran colonias, territorios explotados donde la economía se dirigía para el beneficio de las burguesías extranjeras. ¿Qué más me da la ascendencia que tenga si donde yo hago mi vida se nos está explotando para beneficiar a unos tipos de otro lugar?
En Canarias se explota a la población y a nuestro territorio. La base de todo colonialismo es la explotación, por eso tampoco tenía sentido exterminar la población isleña, que desde un principio se destino como mano de obra barata (o esclava) para la producción. Como en Canarias no había riquezas minerales la explotación se redujo a la economía de exportación, los monocultivos. Como ocurre en todas las colonias esa economía de exportación dirigida al consumo europeo no tenía ninguna relación con las necesidades de los habitantes del lugar. Los conquistadores introdujeron en las islas la caña de azúcar, y según decaía un monocultivo se sustituía por otro, vendría luego la vid, cochinilla, plátano, el actual turismo y no se sabe si en un futuro muy cercano lo que más le interese a nuestros amos sea la extracción del petróleo, sin importar la voluntad de los canarios o las consecuencias de su extracción. Y así vemos como la inmensa mayoría de la riqueza se iba directamente al extranjero, quedándose una parte en el caciquismo canario, que a su vez es heredero directo de la clase privilegiada instaurada con la conquista.
Y como una de tantas consecuencias de esta situación hemos tenido que pasar la vergüenza de que los canarios hayan pasado hambre, una y otra vez a lo largo de nuestra historia, porque en vez de tener una agricultura que satisfaga nuestras necesidades, la mayor parte de las tierras se destinaban para agricultura de exportación.
La independencia, al contrario de cómo algunos la presentan, no se trata de una reivindicación por sentimiento. Y en caso de guiarse por uno se trata del ansia de liberación del explotado, puesto que lo más racional y revolucionario en países como el nuestro es el anticolonialismo, acabar con la situación de dominio colonial que coarta la libertad de los canarios. Tampoco se trata de una ideología, nuestro fin no es la independencia (esa visión solo corresponde a los románticos), el fin viene marcado por la ideología, es decir, izquierda o derecha. Por lo tanto, la independencia es una postura política, y su significado va en función de la ideología que se tenga: mientras la derecha quiere que se acumule mayor riqueza en los capitalistas del lugar y también ganar mayor libertad para sus fines de lucro, la izquierda quiere que no se expolie la riqueza del país ni por extranjeros ni por autóctonos, asegurando un mayor equilibrio social para toda la población.
continuará...
(*) Jesús Arvelo Hermida, miembro de ANC.
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