Eloy Cuadra Pedrini / Artículo de opinión.- O dicho con otras palabras: aquí les cuento lo que fue para mí participar en el Pleno del Ayuntamiento de La Laguna, de donde es Alcalde el señor Fernando Clavijo. ¿Y qué les cuento?, que aún ando con el estómago revuelto y un muy mal cuerpo tras soportar tres horas de Pleno, o mejor será decir de farsa. Los que conocen cómo son los plenos en política entenderán lo de farsa, los que no lo entenderán cuando acaben de leer este artículo.
A las cinco empezaba el asunto y a las cinco menos diez estábamos allí ya los ciudadanos que íbamos a participar, como intervinientes o como público. Ilusos nosotros pensamos que en política había puntualidad, pues se ve que en este Ayuntamiento no. Y así empezamos, con media hora de retraso, con un ambiente muy distendido y amigable entre sus señorías esperando al señor Alcalde y su séquito. Un primer detalle: aún sin la presencia del máximo mandatario se me ocurrió acercarme al escaño a saludar al señor Viciana, defensor de la moción que llevábamos; ipso facto se me acercó el bedel para advertirme muy secamente que yo no podía estar ahí. Sin decírmelo me estaba diciendo: “¡Oiga usted, plebe, ¿cómo osa acercarse a tan noble lugar?!”
Y al fin empezó la farsa, se acabó el buen rollito, ya tocaba actuar cada uno en su papel. Y comenzaron reprochándole a la Subdelegación del Gobierno no se qué cosa, a lo que se opuso la bancada del PP, lógicamente. Continuaron con el espinoso tema de las Chumberas y el incumplimiento del Gobierno de Rajoy para con los vecinos afectados, ahí el señor Abreu grandilocuente defensor de los ciudadanos, y otra vez el PP que se opone siguiendo el guión. Y siguió una moción institucional –otro brindis al sol- que pedía al Congreso de los Diputados algo en relación al rescate a la banca, y aquí sí que se tomaron su tiempo, había que lucirse y salía gratis. Si no confundo el orden luego le tocó el turno al señor Mena del Sí Se Puede, quien reprochó al grupo de Gobierno que utilizaran propagandísticamente actos del Ayuntamiento, invitándolos a que los invitaran también a ellos para poder salir en la foto. Después de esto, se ve que tenían prisa por aquello de que jugaba España, y se ventilaron de un plumazo cinco puntos del orden del día relativos a las cuentas de otros ejercicios. Todavía, antes de hablar yo tocó hablar unos minutos sobre el Eurovegas y algún comentario público que el señor Clavijo había hecho favorable a la ubicación en La Laguna de tan elegante proyecto, ahí el señor Pérez se lució un poco para no decir demasiado y acabar retirando la moción. Y así, más de dos horas después de las cinco, tras un montón de “vitales” asuntos para los laguneros liquidados por sus señorías, llegó el turno de tratar la moción que me había llevado al pleno, en la posibilidad de que el Ayuntamiento a través de Muvisa hiciera de fiador de determinadas familias con dificultades para acceder al alquiler por carecer de fiador.
En este punto es donde también yo, cual bufón de la corte, me presto a participar en la farsa, inocente, ridículo, pensando que había alguna posibilidad de que sus señorías consideraran la propuesta. Así, me había preparado el discurso, lo había repetido y estudiado, había seleccionado las palabras, confiado en que el sentido común y la gravedad del asunto harían el resto para que la moción pudiera salir aprobada. A la edad que tengo todavía me pregunto cómo puedo ser tan tonto, hasta el punto de confiar en que los llegaría a convencer. Creo que ni llevando a 20 familias con 60 niños llorando al pleno habrían cambiado el voto que traían ya decidido de casa por disciplina de grupo. Y digo yo: qué divertido debe ser para los comparsas de CC y PSOE asistir a un pleno para levantar la mano cuando toca, sí señor, a eso le llamo yo autonomía personal. Eso cuando están para levantar la mano, porque la señora Blanca Pérez, la que fuera durante años concejala de Asuntos Sociales y sigue en el gobierno para bochorno de toda la ciudad tras salir huyendo borracha de la policía cuando conducía en sentido contrario, y el señor Javier Abreu, no estuvieron presentes en el transcurso de la moción, se ve que sus ilustrísimas tendrían algo mejor que hacer que escuchar a un vulgar ciudadano hablando de los mundanos problemas de la gente baja.
Y así acabó el asunto, con el rechazo de la moción y el subsiguiente cabreo de los pocos vecinos que allí estábamos, y es que según el Alcalde y su grupo es técnicamente imposible que el Ayuntamiento haga de fiador de una familia, y ni se molestaron en estudiar bien el asunto. Por suerte aún tuve tiempo de gritar desde el fondo de la sala que en Marinaleda su Alcalde sí que fía y más que eso a sus vecinos, resultando que no s tanto cuestión de procedimiento como de voluntad. En cualquier caso, no deja de ser curioso que una institución pública cual Ayuntamiento de La Laguna no pueda fiar solidariamente a familias con dificultades, y sí pueda otra institución pública, cual Estado Español, fiar solidariamente a los señores Botín, Goirigolzarri, González y otros tantos de la familia de los banqueros.
Y hasta aquí el relato, disculpen el rollo, ya pueden seguir con lo verdaderamente importante, que igual hasta ganamos la Eurocopa.
Eloy Cuadra Pedrini
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