Ramón Francisco González Hernández / Artículos de opinión.- … y de buenas a primeras… casi sin dar tiempo a dirigir la mirada; aparecen como caídos de los cielos aquellos hombres vestidos de negro que ocultaban sus ojos tras los cristales oscuros de sus Ray-Ban años 60.
… A tropel, como un torrente desbocado, entran en el salón y nos rodean entre la incertidumbre de los que allí nos habíamos dado cita como todas las semanas para decirnos en alto los rumores de la entrañas y que sin un saber porque, allí nos resurgían.
… Ellos nos seguían rodeando hasta que por fin el que parecía el líder de la manada y mediante un gesto entre lo serio y lo chulesco se destapó la mirada con un movimiento algo brusco de su brazo derecho y sin más dijo en tono imperativo:
BUENAS TARDES…
HEMOS LLEGADO HASTA AQUÍ CON EL ÚNICO FIN VERDADERO QUE NOS OCUPA:
“PEDIRLES EL VOTO”…
… y fue así… como sin darnos tiempo, comenzó el Apocalipsis….
Ramón Francisco González Hernández
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