Salvador López Arnal * / Artículo de opinión.- Se conoce lo sucedido por quienes quieran conocerlo.
“Naciones latinoamericanas no reconocen al nuevo gobierno. Fernando Lugo destituido como presidente de Paraguay”, así titulaba su información Telesur [1]. Los gobiernos de Venezuela, Nicaragua y Bolivia, por su parte, durante una sesión extraordinaria de la OEA, denunciaron que el proceso de destitución del que ha sido objeto el presidente Fernando Lugo- quien asumió el poder tras unas elecciones pacíficas y nunca discutidas en las que obtuvo más del 40% de los votos ciudadanos- en el Congreso es un golpe de Estado encubierto.
Por su parte, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, un hombre comedido donde las haya, ha cuestionado con firmeza la premura del juicio político al que se ha visto sometido Lugo.
Todo indica que estamos, de nuevo, ante un golpe de Estado de la era Obama. Siguiendo el sendero de lo sucedido en Honduras. El mismo presidente destituido, ante su gabinete ministerial y el grupo de abogados de defensa que participaron en un juicio imprevisto contra él, aseveró que el golpe de Estado no fue solo en su contra, sino contra "la historia y la democracia paraguaya". Añadió: "Es la historia paraguaya, su democracia, la que ha sido herida profundamente, en la que han sido transgredidos todos los principios de la defensa, de manera cobarde y alevosa y espero que su ejecutores tengan presente la gravedad de sus hechos".
Cuatro han sido los senadores que votaron en contra de la destitución. Uno de ellos, Carlos Filizzola, expresó su más categórico rechazo y calificó el juicio como “un circo que no tiene ni pie ni cabeza”. Mientras tanto, en las calles de Asunción, centenares, miles de personas -que desde el jueves pasado estaban en vigilia expresando su apoyo al presidente destituido- repudiaron la decisión del Senado. La policía intervino, empleando camiones lanza-aguas para dispersarlos. Así de convincentes.
Pues bien, el diario imperial-global, el DGIM, el que suele dar lecciones de democracia a derecha e izquierda, sobre todo a esta última, en primera página -¡primera!-, margen derecho, anunciaba el pasado sábado: “El Congreso de Paraguay destituye al presidente Fernando Lugo”. En letra más pequeña, el enviado especial Francisco Perejil, que curiosamente no dice que Lugo ganó las elecciones limpiamente en 2008 sino que acabó con 61 años de gobiernos del Partido Colorado, señala que fue Lugo sustituido en un juicio político (él mismo lo pone en cursiva), sin condenarlo, y anuncia el nombre del nuevo presidente.
En la página interior dedicada al caso, el enviado especial intenta un equilibrio entre los partidarios y detractores. Él informa, no se ensucia las manos. Sartre no viene a cuento. No hay claramente una condena, una desaprobación de lo sucedido (es decir, de un golpe de estado exprés por métodos que puedan venderse publicitariamente).
Eso sí, FP recuerda que para las personas concentradas en la plaza la cosa era evidente, no desde luego para él que no toma partido: a un lado el presidente destituido, con todos sus defectos (que no eran pocos desde luego) y, al otro, los oligarcas que siempre gobernaron el país; la Iglesia católica, unas de las reaccionarias del continente (y no es fácil) y el 95% de los medios de comunicación-intoxicación.
¿Esta es la forma de informar de un diario democrático, de una publicación que de lecciones de democracia urbi et orbe y da carnets de consistencia democrática? ¡Qué vergüenza! ¿Tendrá algún negocio Prisa y sus alrededores en Paraguay?
Notas:
[2] El País , 23 de junio de 2012, pp. 1 y 8.
Salvador López Arnal
Salvador López Arnal es colaborador de rebelión y El Viejo Topo y discípulo de Francisco Fernández Buey, es coautor, junto a Eduard Rodríguez Farré, de Casi todo lo que usted desea saber sobre los efectos de la energía nuclear en la salud y el medio ambiente. Los libros de El Viejo Topo, Mataró (Barcelona), 2008.
* Profesor-tutor de Matemáticas en la UNED y enseñante de informática de ciclos formativos en el IES Puig Castellar de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona). Colabora normalmente en la revista "El Viejo Topo" y es coguionista y coeditor, junto con Joan Benach y Xavier Juncosa, de "Integral Sacristán" (El Viejo Topo, Barcelona, en prensa).
Salvador López Arnal es autor de Entre clásicos (La Oveja Roja, Madrid, en prensa).
Canarias Insurgente ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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