Salvador López Arnal * / Artículo de opinión.- “Los objetivos reales de la guerra fría están aún hoy vigentes” [1], apuntaba Josep Fontana el pasado lunes 11 de junio, en la que probablemente sea su última clase académica. ¿Exageró? Es improbable, muy improbable en el caso de un intelectual e historiador de su precisión y rigor.
Acaso sea por ello que el diario global-imperial abría portada el día siguiente, 12 de junio de 2012, con el siguiente titular: “La UE ultima medidas de excepción por si Grecia abandona la Eurozona”. En letra más pequeña: “Tras meses de tormentas financieras, Europa se prepara para el peor escenario”. ¿Y cuál es el peor escenario? Que el resultado de las elecciones del domingo “precipiten su salida del euro”. Los planes institucionales, añade El País, empezaron a elaborarse el pasado 21 de mayo tras una petición de Bruselas.
¿De qué se trata? Obvio es, que diría el Ioda de la otra guerra, de la guerra de las galaxias: votar a Syriza, ese es el peor escenario, su triunfo, es llevar a Grecia y a toda Europa al caos. En esa maltrecha posición se ubica un derecho democrático tan elemental como elegir el partido o coalición que mejor nos represente y defienda en esta Europa del capital dominada por un puñado de multinacionales y un ejército disciplinado y servil de tecnócratas, hombres de negro y fundamentalistas neoliberales.
¿Lo hemos entendido, pues? O ellos o el caos. ¿Es necesario repetir? Repetirán antes del domingo, no pasen pena.
En páginas interiores, dos páginas en total, más de lo mismo y apuntado hacia una diana conectada: un artículo de Ana Palacio, el conservadurismo más extremo al servicio de cualquier lobby empresarial que se preste, y un “sesudo” escrito –“Los escollos de Siria”- de uno de los mayores criminales de la política internacional institucional del siglo XX, mister Henry Kissinger.
Uno de los pasos de la contribución de este último: “Al reaccionar ante una tragedia humana debemos tener cuidado de no provocar otra”. ¿Reaccionar ante una tragedia humana? ¿Desde cuándo ha reaccionado ante una tragedia humana el que fuera secretario de Estado de otro de los más distinguidos asesinos del pasado siglo, Nixon, el criminal de Vietnam?
Ana Palacio, por lo demás, cultiva sin pudor ni cuidado el frágil suelo de las falacias más elementales. Un ejemplo, sin duda significativo, sobre su concepto de democracia: “El supuesto déficit democrático de la UE es el corolario del “imperativo tecnocrático” que se ha constituido en chivo expiatorio favorito en el drama europeo en curso”. Según esta opinión, señala Palacio, ”la integración europea estaba viciada desde el principio, hace más de seis décadas, por que fue concebida y desarrollada como un proyecto elitista”. Contraargumento palaciego, tomen nota que vale la pena: “Sin embargo, mientras que el proyecto europeo creó prosperidad, nadie se molestó en poner en duda su fundamento”.
¿Nadie puso en duda su fundamento? ¿Nadie? Y aunque así hubiera sido, que no lo es desde luego, ¿qué tendrá eso que ver con la existencia o no de déficit democrático en la construcción del proyecto europeo?
¿Derecha extrema o extrema derecha? Me han cogido.
Josep Fontana acaba de formular sucintamente con precisión el nudo central de nuestra época: las clases dominantes duermen hoy bien tranquilas, por primera vez desde 1789.
Y El País ejerce su papel, cada vez más a las claras, en la lucha cultural en curso, en la trama de desposesión elitista de todos los bienes comunes.
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PS: Todo lo anterior no es obstáculo para que el diario global dé alguna información de interés. La edición de Catalunya del martes 12 de junio daba cuenta, por ejemplo, de la última clase de Fontana a la que hemos hecho referencia.
Como diría el maestro Fontana: algún nudo presentable deben presentar y cuidar. Si no, ¿cómo y por qué íbamos a depositar nuestras manos, ojos y atención sobre un lodazal de infamia de estas dimensiones?
Notas:
[1] El País (edición Catalunya), p. 5.
Salvador López Arnal
Salvador López Arnal es colaborador de rebelión y El Viejo Topo y discípulo de Francisco Fernández Buey, es coautor, junto a Eduard Rodríguez Farré, de Casi todo lo que usted desea saber sobre los efectos de la energía nuclear en la salud y el medio ambiente. Los libros de El Viejo Topo, Mataró (Barcelona), 2008.
* Profesor-tutor de Matemáticas en la UNED y enseñante de informática de ciclos formativos en el IES Puig Castellar de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona). Colabora normalmente en la revista "El Viejo Topo" y es coguionista y coeditor, junto con Joan Benach y Xavier Juncosa, de "Integral Sacristán" (El Viejo Topo, Barcelona, en prensa).
Salvador López Arnal es autor de Entre clásicos (La Oveja Roja, Madrid, en prensa).
Canarias Insurgente ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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