Arturo Borges Álamo(*) / Artículo de opinión.- La convocatoria unitaria, tanto de la huelga general del 29 de marzo como del 1º de mayo, despertó entusiasmo y eso se notó en la respuesta de trabajadores y ciudadanía en general en las manifestaciones que tuvieron lugar esos días. Ahora se anuncia para el día 22 de mayo una movilización de un Frente Unitario para la defensa de la educación pública en el cual concurren todos los sindicatos del sector junto con los colectivos de madres y padres así como del alumnado.
Aunque lo que escribo a continuación no lo he consensuado con mis compañer@s del Foro Social Canario por la Salud y la Sanidad Pública, si está en su origen una reflexión que venimos haciendo desde tiempo atrás en el sentido de resaltar el escaso espíritu unitario de las organizaciones sindicales de este sector. Tal cosa añade un plus de dificultad para que l@s usuari@s de la sanidad sientan un estímulo favorable para su ya de por sí dificultosa tarea de organización y movilización ante el galopante deterioro de la misma camino de su desaparición como conquista histórica al servicio de los más desfavorecidos económica y socialmente y a su vez más enfermos, aspectos que desde el punto de vista poblacional coinciden y que explican, sobre todo, la señalada dificultad para la autodefensa de los derechos de pacientes y familiares.
Desde luego, nos viene pareciendo impresentable que no se haya concretado un proceso de constitución de frente unitario entre todas las organizaciones sindicales y colectivos sociales de pacientes , usuari@s y de defensa de la salud y la sanidad pública como es el caso de nuestro Foro. Ya en el pasado, comenzando desde el primer día de existencia del Foro en marzo de 2010, hemos hecho llamamientos en este sentido pero con escaso éxito. Después han sobrevenido las experiencias unitarias que señalábamos al principio, ¿cómo es posible que ese espíritu no se pueda trasladar al sector de la sanidad?, ¿al sector en el que se dirime la más dolorosa y dramática expresión diaria de la destrucción del llamado Estado del bienestar?. Desde luego que no se puede consentir y hay que empezar por denunciarlo e iniciar una dinámica para cambiarlo.
Las brutales medidas contenidas en el primer decreto de contrarreforma sanitaria (vendrán otros) del Gobierno de Rajoy y que, sin dudas, van a ser aplicadas por el Gobierno de Canarias merecen una respuesta contundente específica por parte de usuari@s y trabajadores de la sanidad que no se ha producido y según parece no lleva trazas de hacerlo ya que a los antecedentes que relato hay que añadir que en estos momentos hay en el horizonte elecciones sindicales inmediatas y tal cosa ha relegado, a mi juicio de modo intolerable, a segundo plano el planteamiento unitario que se ha revelado como el principal instrumento en nuestras manos para avanzar hacia la conformación del movimiento social y político masivo que pueda parar en seco la agresión ultraliberal. Estoy convencido de que esa es la única manera de lograrlo de modo efectivo, aunque en el camino recurramos a otro tipo de medidas, como las judiciales, que contribuyen a desarrollar la resistencia, o las propuestas legislativas de iniciativa popular encaminadas a demostrar que podemos dotarnos de herramientas para la mejora de la salud y la sanidad pública siempre y cuando no se amenace a la existencia de las mismas porque se cuestiona radicalmente la protección social pública.
Como ustedes comprenderán es mucho lo que nos jugamos, y además en una guerra que da enormes saltos día a día y por tanto en la que no podemos permitirnos dilaciones ni distracciones en la capacidad de reacción y respuesta lo más inmediata posible. Por tanto se debe dejar en segundo plano lo menos importante para los valores y necesidades más amplias en la perspectiva de la colectividad, que debe estar en nuestra consideración muy por encima de los intereses de grupo, de organización sindical o personales. Y la defensa del más amplio espectro de los intereses sociales de nuestro pueblo, en cuanto a la salud y la sanidad pública, requiere la conformación urgente de un frente unitario para la movilización y respuesta inmediata a las medidas que, si no lo impedimos, van a empeorar la salud y aumentar la mortalidad de los sectores que ya tienen peores condiciones de vida. Esa sí que tiene que ser la primera prioridad, si tenemos principios y por tanto los aplicamos consecuentemente.
(*) Arturo Borges Álamo, miembro del Foro Social Canario por la Salud y la Sanidad Pública.
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