Por Alberto Rodríguez. Crónica 12 M en Tenerife. Buenas a todxs. Aquí va el relato de lo ocurrido:
Sábado 12 de Mayo del 2012, mi querida madre, una amiga de ella y yo bajamos en el coche pa la manifestación convocada internacionalmente. Como buenas canarias íbamos con la hora en el culo, eran ya casi las cuatro y decidimos acercarnos lo más posible, pa que no estuvieran caminando mucho con el calufón que hacía. Y así hicimos: las deje cerca del cuartel de Almeyda y me fuí solo a aparcar el coche. Encontré aparcamiento muy rápido y bastante cerquita en el barrio del Toscal. Bajé por usos múltiples y llegué a la Avenida Anaga, de lejos veía la manifa y las clásicas (por desgracia) lecheras de la UIP. Cruzo al otro lado pa ir por el paseíto marítimo y tracatrá: Ahí se acabó mi día de manifestación.
De repente noto movimiento detrás mío, me doy la vuelta y veo a 4 o 5 policías corriendo hacia mí. Sin mediar palabra, me placan y me tiran al suelo, entre insultos y amenazas. Cuando me tienen de boca contra el suelo, uno de ellos me tira de los pelos y me estalla los dientes contra la acera (al más puro estilo American History X). Sobra comentar los rodillazos, golpes, asfixias, etc... Me ponen los grilletes y me llevan pal furgón. En ese momento ya hay gente que se dirigía la mani grabando con los móviles y por suerte ví a una pareja amiga y les grité que avisaran a todo el mundo de lo que ocurría. Al llegar al furgón un mando policial les grita: -Este cabrón de asiento nada, tírenlo al suelo-. Y así fue el “paseo” hasta comisaría: engrilletado, con la boca rota y en el suelo de la lechera, rodeado de antidisturbios.
Una vez allí el trato fue “correcto”, cuando digo esto me refiero a que no me volvieron a pegar más. Una vez hechos todos los tramites (huellas, reconocimiento médico en Los Gladiolos, etc...) con los grilletes a la espalda, y tras haber pasado por varias jaulas, me bajan a los calabozos. Allí tengo la percepción de que me queda para rato...
Pasado un tiempo, el cual no puedo calcular porque me quitaron hasta el reloj, noto que las cosas empiezan a cambiar. Oigo voces, gritos, ruidos pero no estoy seguro de donde vienen. Pero poco a poco me convenzo más de que vienen de la calle. Al rato bajan policías a hablar con los que custodiaban el calabozo y los oigo hablar de lejos: -¿A quién coño tienen aquí dentro?-...-Creo que es un sindicalista o de izquierda unida, uno de estos del 15M-...-Hay que sacarlo pero ya, cada vez se junta más gente fuera, venga, venga-. Me vuelven a tomar las huellas, fotos y demás a la carrera y me suben para arriba.
El ambiente en la comisaría es de tensión y nerviosismo, está plagada de antidisturbios y de lo que parecían ser altos mandos de la policía. Se oyen claramente los gritos fuera y me invade la tranquilidad y la alegría cuando me llevan con la abogada, la compañera Alicia, que siempre está ahí cuando más se le necesita. Me la hubiera comido a besos si no fuera porque tenía la boca reventada. Continúan las prisas, me leen los derechos y me explican la acusasión: Atentado, desórdenes, alteración del orden y no sé qué cosas más por el día de la Huelga General del 29 M. Y resistencia activa a la detención y desobediencia por el 12 M. Una vez finalizado el trámite, me sueltan...
A partir de ahí, ya todas saben como continua... En todo el relato he obviado premeditadamente toda la marea de sentimientos, cobardías, valentías, debilidades y fortalezas que se me pasaron por la cabecita, porque tengo muy claro que no hay que darle armas al enemigo. Por supuesto que cuando quieran, cuando nos veamos las caras, les contaré sensaciones con pelos y señales.
No quiero despedirme sin agradecerles profundamente los apoyos y los cariños venidos de todas partes, realmente no sé si se imaginan lo importantes que son... si no fuera por todas ustedes, por el hecho de estar organizado y por la presión social, todavía estaría pudriendome en las mazmorras del sistema, como muchxs que no tuvieron la misma suerte que yo.
Están nerviosos, el sistema que nos jode la vida se tambalea, estamos despertando. Les quedan dos telediarios y lo saben, por eso hacen estas cosas...
ABAJO EL RÉGIMEN
* El parte médico hecho posteriormente en el Hospital Universitario “La Candelaria” indica: Policontusiones (hombro y rodilla izquierda, dedos y mano derecha), esguince de tobillo izquierdo y traumatismo dental.
Alberto Rodríguez
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