Salvador López Arnal * / Artículo de opinión.- Sin ánimo de abrumar. Algunos datos esenciales sobre desigualdades en salud y temas anexos que tomó del libro –excelente: ¡un pequeño gran libro!- de Joan Benach, Carles Muntaner, Gemma Tarafa y Clara Valverde [1].
- Paradojas imperiales: cara A de la situación: 1/3 de la riqueza mundial; cuenta con los centros de investigación biomédica con más prestigios y recursos; el 60% de los Premios Nobel de medicina en las últimas décadas. La cara B: 1 de cada 10 familias es pobre; 1 de cada 5 ciudadanos/as es analfabeto funcional; país que más gasta en sanidad del mundo (el 16% del PIB) y donde casi 50 millones de personas [otros 62 millones tienen una cobertura sanitaria insuficiente] no tienen cobertura sanitaria (más del 16% de los ciudadanos censados): la situación provoca cada año la muerte prematura de entre 45.000 y 100.000 personas [2].
- Sobre el paso del tiempo y la salud imperiales: tiempo necesario para que dos ciudadanos norteamericanos caigan en la pobreza por no poder hacer frente a un problema de salud: 1 minuto.
- ¿Eficacia imperial? La Ineficacia del sistema de salud USA en manos de compañías de seguros se concreta en este dato: más del 30% de los gastos son administrativos: 400.000 millones de $USA.
- ¿Opinión pública? Porcentaje de ciudadanos norteamericanos que quieren un sistema público que cubra a toda la población: 66%.
- Desigualdades sociales en el mundo: 1) OCDE: 34 países, 20% de la población mundial, 80% del PNB mundial: 90% de los gastos en salud. África subsahariana: 12% de la población, 1% de gasto.
- Desigualdades de fondo: 10% de las familias del mundo poseen el 85% de la riqueza mundial.
- Más desigualdades: 4 de cada 5 personas en el mundo no disponen de suficiente protección social y un tercio de la población mundial no tiene acceso a servicios sanitarios (en los países empobrecidos menos del 4% de la población tiene acceso a los servicios de salud; el 90% en los países ricos) y el 40% no tiene ni baños ni cloacas con los que solucionar la evacuación de excrementos.
- Tasa de mortalidad infantil mundial en menores de cinco años: 60 muertos por cada 1.000 nacidos vivos: 7 en los países ricos y 127 en África (209 en el Chad).
- Esperanza de vida mundial en 2009: 68 años (80 en los países ricos, 57 en los países pobres, y en varios países africanos apenas si roza los 50).
- Teoría de la evolución regresiva: incremento de desigualdades: 1980: 60 a 1; 2005: 122 a 1.
- De la salud: número de muertes anuales en el mundo que tienen su origen en la pobreza: 18 millones (de un total de 57 millones), 50.000 diarias, que se podían prevenir fácilmente con agua potable y mejor alcantarillado, vacunas y nutrición (número de muertes entre 1990 y 2009 a causa de la pobreza: 300 millones).
- Síntesis de la situación: casi una tercera parte de la humanidad (unos 2.000 millones de personas) malvive enferma, pobre o subalimentada: la mayoría de las personas que habitan en el planeta no posee el mínimo bienestar material y social con los que disfrutar y compartir una vida personal y social activa, gozosa y saludable: la esperanza de vida al nacer en algunos-bastantes- países africanos es similar –40 años aproximadamente- a la que tenían países ricos como Inglaterra hace cinco siglos
-Informaciones institucionales: FAO: 925 millones de los 7 mil millones de seres humanos del planeta están malnutridos (más de 13%). National Institutes of Health (NIH) de USA: alrededor de 2.000 millones de personas no tienen acceso a fármacos esenciales. Naciones Unidas: 924 millones de personas no tienen techo y 1.600 no tienen electricidad. UNESCO: 796 millones de adultos son analfabetos. OIT: 218 millones de niños menores de 17 años trabajan fuera de casa (a menudo como esclavos, soldados o prostitutas/prostitutos). OMS: 884 millones de personas carecen de agua potable; 2.500 millones carecen de alcantarillado
- De la industria farmacéutica:
Ventajas de las empresas farmacéuticas entre las 500 empresas industriales usamericanas según Fortune: beneficios (14,5% sobre el capital; 6 veces la media de las 500 grandes empresas), 17% de beneficio neto sobre el volumen de negocios (5,5 veces la media) y beneficios de las acciones: 27,6% (3,3 veces la media).
Período 1996-2005: tasa de rendimiento medio de esas empresas sobre el capital invertido tras reducir impuestos: 29% (en ese mismo período invirtieron 2,6 menos en investigación que en marketing y administración: 739.000 millones de dólares) y en los dividendos de los accionistas (317.000 millones de dólares).
Francia, Inspección general de Asuntos sanitarios (IGAS): gastos de marketing de la industria farmacéutica, 12% del volumen de negocios: 75% a los visitadores médicos, 13% a la publicidad y 8,67% en “congresos”
Por lo demás, el número de personas que se ven abocadas a la pobreza debido a que no pueden hacer frente a sus gastos sanitarios está alrededor de los 100 millones y el porcentaje de las personas que acabaron en la bancarrota en Estados Unidos al arruinarse por el elevado precio de los servicios médicos es del 60%.
Por otra parte, el Instituto Nacional de la Salud [NIH] de USA, la institución pública que financia la investigación biomédica, tuvo un presupuesto en 2008 de unos 29.000 millones de dólares. Pues bien, el 85% -¡el ochenta y cinco!- del coste de desarrollo de los cinco medicamentos más vendidos en los años noventa fue financiado por el Estado, no por la industria farmacéutica. La contribución de la industria privada, tomo de nuevo pie en el libro citado, fue la siguiente: 14% a la investigación fundamental, 38% a la aplicada [3] y el 48% del desarrollo final del producto. La inferencia se impone: la innovación de la industria la pagan los contribuyentes –directamente o a través del Estado- mientras que las empresas se quedan con gran parte de los beneficios.
Por todo lo anterior tiene mucha importancia lo que ocurre en la OMS (Organización Mundial de la Salud) y en sus alrededores que diría el gran lógico y filósofo del lenguaje español Víctor Sánchez de Zavala. Gustavo Capdevila [GC] ha llamado la atención sobre ello en un artículo reciente [4].
Las privatizaciones, sostiene GC, arrasaron –el término es de GC- hace tiempo con la OMS: ¡ha llegado la hora de recuperar su carácter público!. Su reforma será uno de los temas centrales del orden del día de la Asamblea Mundial de la Salud, que se inaugurará el lunes 21 y se extenderá hasta el sábado 26 de mayo de 2012.
Los 194 miembros de la organización apenas aportan actualmente el 20% de los recursos totales, unos 4.000 millones de $USAs. Con ellos se sufraga cada dos años los gastos de personal y sus proyectos de salud. ¿Y el resto? La otra parte contratada proviene, señala GC, “de donaciones de particulares y de proyectos financiados por algunas naciones industrializadas que se reservan el derecho de escoger el destino de sus inversiones”. De lo anterior se deduce que las contribuciones regulares de los estados miembro apenas alcanzan para cubrir salarios y prestaciones sociales de los 8.000 científicos de salud y trabajadores de ocupaciones diversas que trabajan en la sede central de la OMS. Con ello, los gobiernos, los del Sur en particular, se han convertido en meros convidados de piedra en el escenario donde se toman decisiones importantísimas sobre la salud mundial.
Ni que decir tiene que grandes ONG -que tiene muy poco de organizaciones desinteresadas como es sabido y demostrado- como la Fundación Bill y Melinda Gates, concurren con sumas multimillonarias. Los analistas denuncian argumentadamente lo obvio: sólo costean proyectos afines a sus intereses y son ellos los que deciden. Todos los donantes en estos últimos siete años, “han dado dinero para asuntos que no son prioridades, que les interesan por motivos buenos o malos, pero que por su naturaleza no son del mandato de la OMS”, declaró a IPS Germán Velásquez, asesor del Centro Sur, un instituto intergubernamental de investigación con sede en Ginebra. Más aún, para este asesor, “la OMS está prácticamente privatizada”.
Seguramente sabe muy bien de qué habla: hasta hace dos años desempeñó funciones ejecutivas en la organización. Velásquez defiende un plan razonable, prudente y necesario: aplicar un plan progresivo para, en un plazo de cinco, ocho o diez años como máximo, recuperar el carácter público de la OMS, que, vale la pena recordarlo, es una agencia de la ONU, de la Organización de las Naciones Unidas. Para que, de este modo, “los ministros de Salud del mundo entero retomen el poder y puedan fijar prioridades”. Del mundo entero.
Velásquez ha comentado que su propuesta no quiere ser oída por la actual la Secretaría de la OMS, era de imaginar, “pero los países se lo tienen que decir”. La primera y más urgente reforma es recuperar el carácter público y multilateral, añadió convincentemente.
El director de Estrategia de la OMS, Andrew Cassels, recuerda GC, expuso el problema en términos no contradictorios desde otra atalaya. "No podemos continuar con esta situación en que los estados miembro fijan los objetivos y luego solo responden por 20% del presupuesto, proveniente de sus cuotas. Nosotros tenemos que conseguir el resto. Por eso decimos que, si queremos contar con una agencia de la ONU sobre salud (que sea) verdaderamente responsable, necesitamos vincular la responsabilidad de establecer objetivos con la responsabilidad de financiar los trabajos que van a alcanzarlos". Es una visión más economicista-pragmática, con menos punta crítica si se quiere, pero no divergente con lo señalado por Velásquez. Para este, los países en desarrollo, sobre todo los emergentes, también tendrían que aumentar sus contribuciones regulares, indicó el experto del Centro Sur.
Otro tema importante que examinará la Asamblea Mundial de la Salud es la propuesta de adopción de un tratado que regule la investigación y el desarrollo de medicamentos para que se atiendan las necesidades de “las poblaciones del Sur”. El actual sistema ha fracasado en la entrega de medicamentos para los más grandes sectores de la población mundial, en particular para los que viven en las naciones en desarrollo. Velásquez ha recordado que las enfermedades transmisibles todavía se cobran cada año la vida de 10 millones de personas, el 90% de las cuales residen en el mundo en desarrollo. No es causalidad.
En síntesis: un 33%, un tercio de la población mundial carece de acceso a los medicamentos que necesita, y la situación empeora en los países más empobrecidos., el 50% de cuyos habitantes no tienen acceso a esos fármacos imprescindibles.
Un grupo de trabajo integrado por expertos de muchos lugares del mundo ha elaborado un informe -el documento más importante que ha producido la OMS en los últimos 30 años según Velásquez- sobre la situación: se recomienda a la OMS iniciar negociaciones para la adopción de un tratado internacional vinculante sobre investigación y desarrollo de productos farmacéuticos, desvinculando el precio de los medicamentos destinados a esas poblaciones del Sur del coste de las actividades de I+D de los productos farmacéuticos. Tan urgente como justo y necesario.
¡Apoyemos la reforma pública de la OMS en la Asamblea Mundial de la Salud que se inaugura este lunes 21 de mayo de 2012! No hay ninguna razón solidaria que abone otro camino.
Notas:
[1] La sanidad está en venta (y también nuestra salud). Icaria, Barcelona, 2012. Joan Benach, Carles Muntaner y Gemma Tarafa son profesores e investigadores de salud pública y forman parte del Grupo de Investigación en Desigualdades de Salud. Employment Conditions Network (GREDS-EMCONET) de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Carles Muntaner es también profesor de salud pública y enfermería en la Universidad de Toronto. Clara Valverde es profesora de enfermería, escritora especializada en bio-política, colaboradora de GREDS-EMCONET y presidenta de la Liga SFC (Síndrome de la Fatiga Crónica).
[2] Unas 300 mil personas, además, son rechazadas en los servicios hospitalarios de urgencia. ¿Razones? Una sinrazón: no tienen dinero para pagar. ¡Que rija la jungla del asfalto!
[3] La distinción ciencia pura, básica o fundamental, y ciencia aplicada ha sido y es discutida por numerosos autores. Eduard Rodríguez Farré entre nosotros (conversación personal 17 de mayo de 2012).
[4] http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=100767
Salvador López Arnal
Salvador López Arnal es colaborador de rebelión y El Viejo Topo y discípulo de Francisco Fernández Buey, es coautor, junto a Eduard Rodríguez Farré, de Casi todo lo que usted desea saber sobre los efectos de la energía nuclear en la salud y el medio ambiente. Los libros de El Viejo Topo, Mataró (Barcelona), 2008.
* Profesor-tutor de Matemáticas en la UNED y enseñante de informática de ciclos formativos en el IES Puig Castellar de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona). Colabora normalmente en la revista "El Viejo Topo" y es coguionista y coeditor, junto con Joan Benach y Xavier Juncosa, de "Integral Sacristán" (El Viejo Topo, Barcelona, en prensa).
Salvador López Arnal es autor de Entre clásicos (La Oveja Roja, Madrid, en prensa).
Canarias Insurgente ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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