José Enrique Centén Martín / Artículo de opinión.- En España, cierto ayuntamiento pretende sancionar con 1500 € a todo ciudadano que pida en la vía pública, otro sanciona a una pareja de ancianos con una semana de arresto domiciliario por robar en un supermercado una lata de alimento cuyo valor ascendía a 1 €, otro pretende igualmente sancionar a todos aquellos que busquen alimentos en los contenedores de desechos de las grandes superficies o mercados.
En una CCAA retienen en calabozos a manifestantes acusados de vandalismo el día de la Huelga General del 29M, magnificados por los medios de prensa escrita y Tv afín al gobierno, pregonándolo como consecuencia lógica de las Huelgas, a la que también pretenden regular incluso modificando la Constitución, cuando la realidad es que ”los vándalos”, son el gobierno y sus socios al aprobar una Reforma Laboral que llevará a los asalariados y a la mayoría de los jubilados a la semiesclavitud o la indigencia, ahora para todos nosotros se hace buena la frase pronunciada hace cerca de 2000 años por Séneca [1], “a veces, hasta vivir es un gesto de valentía”.
La desesperación de la ciudadanía incita a los oprimidos a sacrificios inútiles que ojalá no llegue como el caso en Grecia, donde un farmacéutico jubilado se suicida ante la vergüenza de tener que buscar comida entre la basura, o como en Japón, donde ancianos cometen pequeños delitos para entrar en la cárcel y poder de esta manera comer y tener cobijo, pero las medidas que toma el gobierno actual y sus socios al servicio del capital, al aprobar leyes solo para contentar a los llamados mercados en lugar de dar soluciones a aquellos que les confiaron su voto producto de las falacias vertidas en su campaña electoral, ahora salen a la luz y llega a las calles en forma de protestas, las que pretenden atajar resucitando el TOP o la Ley de Vagos y Maleantes, leyes represivas del pasado que unos sufrieron y otros aplaudieron.
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