Paco Déniz* / Artículo de opinión.- Una burguesía petrolera, sí señor, eso es lo que nos hacía falta a los canarios para tener de todo. Ya tenemos una burguesía importadora, otra exportadora, una comercial, otra platanera, una turística, otra constructora; nos falta una agrícola, una industrial, otra financiera especuladora y una burguesía nacional. Esta última es más difícil de conseguir, nuestros ricos no tienen lo que hay que tener, son conservadores, no arriesgan, no dan la cara por el resto de sus paisanos, están a gusto con sus concesionarias que les suministran dividendos para darse el postín. Con eso les basta. Además, no sabrían por donde empezar a erigirse en burguesía nacional, pues más de la mitad no tienen graduado escolar. En cambio, para pertenecer a la burguesía petrolera no haría falta sino tener petróleo y cierto número de esclavos a tu alrededor. Una burguesía petrolera al estilo de Texas es factible porque no piden estudios, sólo la protección de un buen ejército, cosa que Canarias no tiene. O al estilo monarquía saudí, cosa que se puede arreglar, con esclavos y esclavas de todas las nacionalidades, incluida la canaria, cosa que sí tenemos. ¿Qué titulación se necesita para eso?, ninguna, sólo tener un gran estómago para provocar y admitir a tu alrededor desolación, miseria y explotación, cuando no una guerra. Eso podría discutirse, de hecho es más que probable que nuestra calamitosa realidad empeore. Menos mal que queda mucho para que estas circunstancias puedan conformarse en estas peñas, a día de hoy sólo tenemos amagos de unos y otros por ver quién clava la primera perforadora en el fondo del mar, si es que no lo están haciendo ya. Lo que discuten en las alturas es el coste político de la apuesta por introducirnos en ese mundo terrorífico y nada halagüeño que sólo hemos visto de pasada en la televisión. Discuten si los petrodólares se los queda Repsol o se los queda nuestra flamante hipotética burguesía petrolera; en eso consiste el debate.
En fin, un debate irresponsable que lanza a la desarticulada sociedad canaria a un sinfín de hipótesis sin visos de comprobación, pensando única y exclusivamente en quién se llevará el supuesto beneficio económico de una supuesta explotación petrolífera, suponiendo que en el fondo del mar haya algo valioso que extraer. Soria ha emprendido una batalla contra Canarias y su futuro, contra el crecimiento sostenible y contra la democracia y la paz. Si los peores augurios se cumplen, él será el responsable, pero los demás tendrán que revisar cuál ha sido su actitud. Contraatacar ofreciendo un millón de puestos de trabajo para el 2020 es un insulto a la inteligencia.
El almendrero de Nicolás.
* Paco Déniz es miembro de Alternativa Sí se puede por Tenerife y profesor de Sociología de la ULL.
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