Salvador López Arnal * / Artículo de opinión.- María Teresa Domínguez, presidenta del Foro Nuclear español: “La situación en Fukushima está absolutamente controlada y no hay personas irradiadas. Eso ha hecho que los planes nucleares no se vean cuestionados”.
- José Emeterio Gutiérrez, ingeniero, director de Westinghouse para el sur de Europa: “Al principio vi las noticias y estaba tranquilo. Pensé que la central aguantaría perfectamente. Cuando perdieron los generadores diesel [los que están diseñados para refrigerar la central en caso de pérdida de suministro eléctrico] me quedé muy impresionado. ¿Cómo es posible si están preparados para eso?”
- Número de reactores nucleares que permanecerán operativos en abril de 2012 de los 53 con los que contaba Japón: 2 (10 han cerrado definitivamente, 14 están fuertemente dañados y el resto están parados).
- Una de las claves que explican la situación: la fuerte, nueva y creciente presión popular: una acampada de protesta (tres carpas de lona blanca con un inmenso poder simbólico), iniciada tras el desastre nuclear, se mantiene frente al Ministerio de Energía en Tokio: cumplirá estos días su jornadas 180.
- Número de manifestantes en la convocatoria espontánea del 10 de abril de 2011, en las calles del barrio de Koenji, un mes después del accidente: unas 17.000
- Acción de ciudadanos de la prefactura de Yamaguchi, medio año después de accidente: iniciaron una huelga de hambre –que duró unos diez días- para exigir la paralización de una nueva central que estaba construyendo en esa provincia nipona (al lado del pueblo de Kaminoseki).
- Declaraciones de Kazuyuki Tokune, miembro del grupo de gestión del campamento antinuclear: “Japón no es una democracia; debemos funcionar bajo una constitución y unas leyes escritas por la gente, no implantadas desde arriba… [el campamento seguirá en pie de paz y resistencia] mientras el gobierno nipón no revele toda la verdad y adopte las medidas que los afectados le demandan. No nos moveremos de aquí porque ellos lo digan, sólo estamos haciendo un uso pacífico de nuestra libertad de expresión”.
- Número de constructoras que adquirieron material radiactivo de Fukushima, según noticia aparecida en enero de 2012 en varios periódicos japoneses: más de 200: se detectaron altísimas tasas de cesio en apartamentos nuevos de Nihonmatsu (Fukushsima): una cantera de Namie, ciudad ubicada en la zona de exclusión, vendió unos 5.000.000 kg de grava a 19 empresas pocas semanas después de la explosión del primer reactor.
- Número de personas que han tenido que desplazarse hasta marzo de 2012: unas 150.000
- Suelo contaminado por sustancias radiactivas hasta el momento: unos 29 millones de metros cúbicos (podrían llenar completamente unos 23 estadios de fútbol del tamaño del Camp Nou).
- Extensión de la zona contaminada: unos 2.400 km2 (superficie superior a la región de Tokio: se extiende por Fukushima y cuatro prefacturas más).
- Número de terabecquerelios de cesio y yodo radiactivo vertidos al mar entre el 21 de marzo y el 30 de abril de 2011: unos 15.000.
- Reconocimiento de TEPCO a finales de diciembre de 2011: se habían vertido al mar cerca de 45 toneladas de agua con estroncio radiactivo.
- Desplazamiento de escombros vertidos al mar tras el accidente, según el informe de los científicos del Centro Internacional de Investigaciones del Pacífico (encuentro Ocean Sciences, Salt Lake City, EEUU): unas 2.000 millas náuticas en longitud y más de 1.000 en amplitud.
- Estimación técnica: de los 20 millones de toneladas de escombros que generó el accidente, un millón flotan en el océano.
- Corroboración de un equipo científico de la Institución Oceanográfica Woods Hole, WHOL (en el congreso Salt Lake City): existencia de elementos radiactivos de los reactores dañados de Fukushima localizados en el mar y en organismos marinos a 600 kilómetros de la costa japonesa.
- Niveles de radiactividad en el agua marina un año después del accidente: no se han reducido.
- Declaraciones de Ken Buesseler, responsable de WHOL: “El reactor nuclear parece seguir con pérdidas, no ha sido sellado totalmente y los niveles de radiactividad cerca de la costa podrían ser suficientes como para que los productos pesqueros en esa área no se consideren adecuados para el consumo humano”.
- Cantidad de agua altamente radiactiva que reposan en contenedores a la espera de una descontaminación larga y costosa: 100.000 toneladas.
- Acciones de la multinacional francesa Areva: depuración diaria de unas mil toneladas (efecto “colateral”: no ha sido presentado plan alguno para resolver el almacenamiento de los centenares de toneladas de residuos resultantes del filtraje).
- Problema de las partículas radiactivas de Fukushima: son “pegajosas”: limpiarlas exige extraer grandes cantidades de suelo, hojas y plantas (hacen la tarea casi imposible en la campiña japonesa con arrozales, bosques y valles).
- Importe que se les ha ofrecido a algunas familias afectadas por la grave accidente nuclear: una compensación única de 1.043 dólares.
- Pretensión de los abogados de la Tokyo Electric Power Co. (TEPCO): que la empresa no cumpla con su obligación de hacer frente a los costes de descontaminación. “Argumento” esgrimido: la radiación, al igual que la búsqueda de soluciones, es ahora responsabilidad de los dueños de las tierras y no de la empresa.
- Coste monetario aproximado del accidente según estimaciones de The Wall Street Journal: 12.000 millones de euros.
- Razones principales del accidente según el informe de Greenpeace ”Lecciones de Fukushima”: 1. un reactor vulnerable: durante décadas se han conocido, en Japón y a nivel internacional, las vulnerabilidades del diseño del reactor de agua en ebullición Mark I (BWR), el mismo que el de Santa María de Garoña; 2. una reglamentación débil: se han tolerado las maniobras de encubrimiento de TEPCO: en 2006 admitió haber falsificado informes sobre el agua de refrigeración y, a pesar de ello, NISA le concedió la autorización para extender la vida de los reactores diez años más; 3. errores sistemáticos en la evaluación: TEPCO y NISA sabían que en la zona de la central nuclear se podría sufrir el impacto de un tsunami de más de diez metros (la central solo estaba diseñada para soportar tsunamis de hasta 5,7 metros).
- Conclusiones del informe: 1. se conocían los riesgos reales, pero las autoridades japonesas y TEPCO les restaron importancia e hicieron caso omiso. 2. Los planes de emergencia nuclear y evacuación para la protección de las personas han fracasado (a pesar de que Japón es uno de los países mejor preparados para la gestión de catástrofes) y 3 la ciudadanía será quien pague finalmente la mayor parte de los costes, a pesar de que Japón es uno de los tres países del mundo en los que por ley el operador de una central es responsable de la totalidad de los costes de un desastre nuclear.
- Acciones de mujeres japonesas: organizaciones femeninas de Tohoku y el grupo de presión por la recuperación con equidad de género de Tokio se han unido para participar en las campañas contra la energía nuclear tras el desastre: reclaman su evacuación y el cierre de todas las plantas nucleares de Japón (una de sus movilizaciones fue la concentración entre octubre y noviembre de 2011 frente a la sede del gobierno en Tokio: para Ayako Oga, activista de Fukushima, las mujeres reclamaban “acciones que pongan en primer lugar a la vida de las personas").
- Declaraciones de Heinz Smital (Greenpeace): “La realidad es que habrá que combatir durante décadas los problemas de las instalaciones. Además, la zona estará contaminada radiactivamente durante décadas”.
- Palabras de Kenzaburo Oé (entrevistado por Philippe Pons para Le Monde, 2011): “Si nos asomamos a la historia de Japón con la mirada de estos muertos, víctimas de lo nuclear, su tragedia es evidente. Hoy constatamos que el riesgo de las centrales nucleares se ha hecho realidad. Sea cual sea el final del desastre que nos acecha –y con todo el respeto que me producen los esfuerzos humanos desplegados para combatirlo-, su significado no se presta a ambigüedad alguna: la historia de Japón ha entrado en una nueva fase en la que de nuevo nos encontramos bajo la mirada de las víctimas de lo nuclear, de esos hombres y esas mujeres que demostraron un enorme coraje en su sufrimiento. La enseñanza que podamos extraer del desastre actual dependerá de la firme resolución de aquellos que consigan sobrevivir de no repetir los mismos errores”.
Notas:
[1] Datos tomados de Suvendrini Kakuchi, “El terremoto fortalece a las mujeres de Japón”, IPS, http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=100299; “Lecciones de Fukushima”, http://eurasianhub.com/2012/03/08/lecciones-de-fukushima-un-ano-despues-greenpeace/, y los artículos de Ignacio J. Miñambres, Takuro Hoguchi, Laura Corcuera y Philippe Nadouce aparecidos en Diagonal, nº 169, del 1 al 14 de marzo de 2012, pp. 16-17.
Salvador López Arnal
Salvador López Arnal es colaborador de rebelión y El Viejo Topo y discípulo de Francisco Fernández Buey, es coautor, junto a Eduard Rodríguez Farré, de Casi todo lo que usted desea saber sobre los efectos de la energía nuclear en la salud y el medio ambiente. Los libros de El Viejo Topo, Mataró (Barcelona), 2008.
* Profesor-tutor de Matemáticas en la UNED y enseñante de informática de ciclos formativos en el IES Puig Castellar de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona). Colabora normalmente en la revista "El Viejo Topo" y es coguionista y coeditor, junto con Joan Benach y Xavier Juncosa, de "Integral Sacristán" (El Viejo Topo, Barcelona, en prensa).
Salvador López Arnal es autor de Entre clásicos (La Oveja Roja, Madrid, en prensa).
Canarias Insurgente ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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