José Enrique Centén Martín / Artículo de opinión.- La actitud del actual presidente de la Nación y del PP en sus campañas electorales tienen un sesgo inquietante de autoritarismo y de volver a tiempos de la dictadura, lo cual no me extraña, ya que este partido nunca la ha condenado y sus correligionarios la añoran, también es notorio que muchos de sus dirigentes son descendientes de aquellos que sumieron en la oscuridad los vestigios de libertad, a sangre y fuego; nunca hasta ahora se ha abusado más de las palabras para ocultar la verdad [2] que en estas campañas, cuando la relación en estos difíciles momentos entre gobierno y ciudadanía debe ser de solidaridad y no de dominación o sumisión, como este pretende.
Un ejemplo claro es su manida frase: “la gente no quiere otra cosa que ser gobernada decentemente” [3] , ocultando en realidad su servilismo, temor y envidia al poder que ejercen un pequeño grupo, como el IBEX 35, cuando lo que debería de hacer es eliminar ese dominio oculto, aunque pocos en número, ejercen sin responsabilidades un gran poder sobre los muchos, pero hasta ahora ninguna de las medidas adoptadas por este gobierno, impuestos o gravamen a las grandes fortunas les afecta, tampoco desean combatir la economía sumergida y descubrir sus paraísos fiscales, sin embargo reducen el sueldo al funcionariado, pretenden la orientalización del mercado de trabajo con reducción de los sueldos a los asalariados para que la empresas sean más competitivas, medida tomada anteriormente por Goebbels [4]
Crisis, crisis, crisis, este axioma repetido hasta la saciedad ha infundido el pesimismo en la ciudadanía, de tal forma que el individuo se ha transformado en un autómata, afirman que los problemas son demasiado complejos para la comprensión del hombre común, le hacen perder su identidad paralizándolo ante la catástrofe, con ello este gobierno demuestra su desprecio por él, creyéndoles insignificantes e impotentes, logrando con la impotencia el abandono de la espontaneidad e individualidad y les asume en la frustración, aun así les hace creer ser un hombre libre y sin manipular, sujeto tan solo a su propia determinación, todo para lograr su voto, porque sabe que cada individuo aisladamente teme profundamente asumir el riesgo y la responsabilidad de forjarse sus propios fines.
Rajoy, sus ministros así como toda su cohorte, hablan continuamente de la necesidad de progreso de la nación prometiendo medidas para crear empleo, pero solo toman medidas para determinados intereses privados, la Banca y las grandes empresas, cuando el verdadero progreso consiste en acrecentar la libertad, la iniciativa y la espontaneidad del individuo en lugar de su manipulación, actúando en contra de lo esencial para la actividad fundamental de la existencia humana: su trabajo, con el despido gratuito por cualquier motivo y contratos de esclavitud.
Recordemos que el deseo de libertad puede ser reprimido o pervertido haciéndole desaparecer de la conciencia del individuo, pero no por ello dejará de existir la tendencia hacia la justicia y la verdad, no debemos de olvidar a Concepción Arenal, cuando dijo “no hay animal tan manso, que atado no se irrite”, para quien carece de poder, la justicia y la verdad constituyen las armas más importantes cuando les intentan ahogar.
[1] Goebbels, ministro de propaganda de la Alemania Nazi.
[2] Goebbels, en su discurso del 18 de Febrero de 1943, aplica los principios de la propaganda Nazi, en el de orquestación declara que la propaganda “debe ser a prueba del efecto boomerang (tal que no puedan volverse en contra)”, poco después lo citaría de la siguiente forma “más vale una mentira que no pueda ser desmentida que una verdad inverosímil”.
[3] J. Goebbels, Michael; Munich, F. Eher, 1936, pág. 57
[4] Goebbels, en 1941 promovía la colaboración del pueblo y el descuento obligatorio del 10% de los sueldos.
José Enrique Centén Martín
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