Teodoro Santana * / Artículos de opinión.- La carrera de la Reina Encarnada (o cómo los datos son “comunistas”).
Alicia miró alrededor suyo con gran sorpresa. -Pero ¿cómo? ¡Si parece que hemos estado bajo este árbol todo el tiempo! ¡Todo está igual que antes!
-¡Pues claro que sí! -convino la Reina-. Y, ¿cómo si no?
-Bueno, lo que es en mi país -aclaró Alicia, jadeando aún bastante, cuando se corre tan rápido como lo hemos estado haciendo y durante algún tiempo, se suele llegar a alguna otra parte...
-¡Un país bastante lento! -replicó la Reina-. Lo que es aquí, como ves, hace falta correr todo cuanto una pueda para permanecer en el mismo sitio. Si se quiere llegar a otra parte hay que correr por lo menos dos veces más rápido.
(Lewis Carrol, Alicia a través del espejo)
Según los datos del mismísimo Ministerio de Economía y Hacienda español (http://serviciosweb.meh.es/apps/dgpe/TEXTOS/pdf/completos/sie_complet2.pdf), la caída de los salarios está provocando el hundimiento de los ingresos fiscales (a pesar de la subida del IRPF) y el aumento sin control del déficit. Ni comunidades autónomas ni zarandajas: es la contracción de la masa salarial, la que hace caer la recaudación tributaria, tanto la estatal como la autonómica, agrandando el agujero del déficit.
La masa salarial total (346.548 millones de euros) cayó un 6% entre 2009 y 2010, principalmente por el paro, pero también por la bajada de los salarios. Según datos de la Agencia Tributaria española (http://www.agenciatributaria.es/static_files/AEAT/Estudios/Estadisticas/Informes_Estadisticos/Informes_Anuales_de_Recaudacion_Tributaria/Ejercicio_2010/Impuesto_sobre_la_Renta_de_las_Pesonas_Fisicas.pdf) hasta noviembre, la rebaja en un 5% de los sueldos en el sector público ha supuesto la caída de la recaudación del IRPF en 915 millones de euros. Por contra, la subida del IRPF para quienes ingresan más de 120.000 euros al año ha supuesto sólo unos ingresos adicionales de 138 millones de euros.
La reducción de la masa salarial tiene un efecto devastador sobre el consumo. Lo que a su vez genera más despidos y más bajadas de salarios. Y esto, a su vez, genera todavía menos consumo, y así a correr, como en el país de la Reina Encarnada. Con la diferencia de que aquí el país de la debacle económica corre mucho más deprisa que lo que los humanos reales podemos soportar.
Tal y como veníamos explicando los comunistas, las políticas de ajuste hacen caer el consumo, y sin crecimiento de la demanda la recesión se acelera. Y no solo lo reflejan los datos de IRPF e IVA-IGIC. El Impuesto de Sociedades muestra una fuerte caída de los beneficios, con especial intensidad en la segunda mitad del año pasado. Algo parecido sucede con los impuestos especiales, que no levantan cabeza pese a la subida de los tipos impositivos. Los impuestos especiales sobre el tabaco están cayendo a un ritmo del -21,1%, y los que gravan los hidrocarburos un -8% (hasta noviembre de 2011).
Según las cifras oficiales, las ventas de las grandes empresas están cayendo a un ritmo anual del 6,5% (datos de diciembre de 2011), mientras el comercio al por menor cae un 4,1%. La venta de productos no alimenticios cae un 8,6%. Las hipotecas constituidas se contraen un 8,8% anual. El consumo de gasolina se está reduciendo un 6,7%, t el de gasóleo un 7,4%. El consumo de energía (con datos de enero de 2012) está cayendo un 2,5% anual.
En contra de las alambicadas teorías económicas sustentadas por la derecha europea, a las que se adhirió como un solo hombre el PSOE (hacer “lo que hay que hacer”), los datos vienen a dar la razón no sólo a los comunistas, sino a quienes tengan dos dedos de frente. Intentan apagar el incendio de la crisis echando gasolina al fuego, y cuando se les ha convertido en una recesión que lo devasta todo, tratan de explicarnos que, como el incendio es muy grave, hay que echar más gasolina.
¿Se han vuelto locos? ¿Hay que poner en marcha a los enfermeros de todos los psiquiátricos de la eurozona para que pongan camisas de fuerza a los banqueros y a sus políticos a sueldo? Va a ser que no, que no es un problema de psiquiatría, sino de intereses de clase.
El asunto es que los banqueros quieren cobrar a toda costa, y para ello exigen a los estados que no se gasten el dinero en salarios, sean directos o indirectos (sanidad, educación, cobertura social). Salir de esa lógica les es imposible: sus cabezas no pueden ni imaginarse la nacionalización de la banca o la desobediencia a los grandes banqueros. Por no hablar de salir del euro o de la UE.
Así que los asalariados y los pequeños empresarios a sufrir para que el Deutsche Bank y demás sabandijas puedan cobrar. Claro que cuantas más medidas de ajuste implanten, ¡oh sorpresa!, más se aleja la posibilidad real de cobrar. Pues nada, más ajustes y a correr.
El problema es que la realidad, incluso la de sus propios datos, es muy subversiva. Por mucho que nos pongan la banda sonora de “Carros de fuego”, ya empezamos a notar la asfixia y las piernas nos flaquean. En algún momento habrá que dejar de correr.
Plantarse, o sea.
Teodoro Santana
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