Luis Pérez Aguado / Artículo de opinión.- Llevo unos días muy confundido. Hoy, sin ir más lejos, es uno de esos en los que estoy bastante obtuso. Por más vueltas de lectura que le doy al informe Pisa no encuentro en qué rincón del documento se afirma que los profesores canarios ganan demasiado. Si de interpretar se tratara, más bien, interpreto todo lo contrario: Que se incentive al profesor y que existan complementos económicos para premiar a quien más innove. Aunque también es probable que al ser parte interesada (o que lo fui), el subconsciente me traicione y me impida ver lo que otros mas listos observan a la primera. ¡Qué fácil es ganarse a la parroquia con titulares sesgados y recurrentes cuando se sabe de antemano que despertará la simpatía de esos ciudadanos que nunca encontrarán nada positivo en el sector, probablemente, porque el maestro sencillamente se atrevió a decir que su hijo no era el más listo de la clase.
Parece que no es el momento. Según el gobierno y los empresarios no es el momento de hacer una huelga general. Pues ya nos dirán cuando estiman ellos que es momento adecuado. Quizás cuando no haya razones para hacerla. ¿Qué sentido tiene entonces la huelga? Con la reforma laboral se condena a miles de españoles a la desesperanza. Se quitan derechos ganados a través de generaciones con grandes esfuerzos y con el sudor de la frente de los de abajo mientras se conservan privilegios sacados de las chisteras de los de arriba. Se hacen leyes regresivas y lesivas para los más débiles. Se aleja a los españoles del estilo de vida de los europeos. Se les roba la dignidad a los trabajadores. Y… ¿no es el momento?
Ahora no es el momento, pero más tarde, aunque haya razones sobradas para ello, tampoco podrá ser. El gobierno que prometió una cosa y luego hace otra se encargará de eliminarlas de un plumazo. Ya tiene previsto su reforma o ¿quizás su eliminación? Ya se desató una feroz campaña de desprestigio contra los sindicalistas, igual que ya se hizo con otros sectores de la sociedad. Así será más fácil hacerlos desaparecer. Sin sindicatos ni representantes de los trabajadores que los incordie, los empresarios tendrán las manos libres y podrán hacer y deshacer a su antojo- para eso son los dueños y ponen el capital, dirán los cortos de vista- y retrocederemos a siglos pasados, donde las revueltas, boicot, huelgas salvajes e incendios de fábricas, incluidos fallecidos fueron provocados por la codicia, abusos e intransigencia de los poderosos empresarios. Gracias a los sindicatos se pudo acabar con la confrontación salvaje y hasta ahora, con sus altibajos, imperó el sentido común. Por delante, a partir de ahora, tenemos un futuro incierto.
Me llama la atención el señor De Guindos cuando anuncia que la inversión pública descenderá un 40% en 2012 ‘por culpa de la herencia recibida’. (Esto de la herencia recibida debe ser un efecto milagroso, porque, además de extenderse como la pólvora entre los que necesitan creerlo –y no pongo en duda que sea cierto-, siempre fue el recurso más manido de los políticos de cualquier color). Lo acordado ¿no era que tan pronto tocara poder el nuevo gobierno todo en España iba a mejorar radicalmente? Era algo así como el milagro de Lázaro, que tan pronto fue tocado por la mano de Dios, se levantó de la tumba y él solito echó a andar. Claro que entonces, no se esperaba la herencia recibida.
Pero a lo que iba, no sé como anda de memoria el señor De Guindos, pero habría que recordarle que los verdaderos causantes de la crisis fueron las especulaciones de Lehman Brothers, empresa de la que fue máximo responsable en España cuando la crisis nos cogió de lleno.
La señora Cospedal, a la que no se le observan ojeras que la acusen de pasar noches en vela preocupada por sus conciudadanos, nos recomienda que trabajemos más para salir de su crisis. Eso lo dice quien fue la representante pública mejor pagada de la historia de la democracia, al alcanzar unos ingresos cercanos a los 230.000 euros anuales, y a quien, precisamente, se le achacaba que cobrara 78.939,49 euros por su condición de senadora autonómica por Castilla-La Mancha, cuando estaba más interesada en los asuntos de la secretaria general de su partido en Madrid, que atendiendo asuntos para los que se le pagaba de su propia comunidad.
Pero, sin ir más lejos, su jefe de filas, siendo líder de la oposición ganaba más que el propio presidente del gobierno. Lo que resulta sorprendente es que nunca pidió excedencia en el registro de la propiedad de Santa Pola en el que figuraba como registrador de la propiedad con reserva de plaza. Por ello cobraba un 25 % de lo que obtenía su sustituto que estaba por encima de los 325.000 euros al año.
Escucho una agria discusión en el Parlamento de la Nación sobre el porqué se recorta en Educación y no en Defensa. Podríamos aventurarnos a decir que la causa probable está en la propia defensa que hace el ministro del ramo (de Defensa, para que nos entendamos), al que ya le hemos oído decir, que nuestros soldados pueden estar en el exterior para algo más que hacer ayudas humanitarias. Pues el ministro es, entre otras cosas, el presidente de Kuiterber, una consultora de seguridad y defensa; lo fue de MDBA, uno de los mayores fabricantes de misiles del mundo; de Construcciones Navales del Norte, SL, hoy privatizada; Consejero de Instalanza, una fabrica zaragozana de bombas de racimos, que una vez que España prohibió este tipo de armamento, presentó una demanda contra el Estado y pide una indemnización de 40 millones de euros “por daños emergentes y lucro cesante”; consejero de Aritex, empresa que diseña componentes para el nuevo avión de transporte militar europeo A4000M; consejero de Gamo Outer, fabricante de rifles de aire comprimido; de Ingenio 3000; de Repasa, entre otras cuantas sociedades más; presidente de Segur Ibérica, empresa de seguridad privada que el Ministerio de Defensa anterior subcontrató para proteger a los atuneros españoles; dueño de I-sec Ibérica, consultoría en el sector de seguridad; propietario único de Boguillas SL, dedicado a la “gestión y representación de intereses” y que el último ejercicio facturó 361.567 euros con tan sólo 19.646 euros de gastos de personal, según el registro mercantil…
Y podemos seguir hablando del Arzobispo Rouco Varela, muy liberal él, que impide a las asociaciones cristianas se manifiesten en contra de la reforma laboral y prohíbe la utilización de locales de la iglesia para distribuir cualquier tipo de escritos que vayan en contra de la misma. A veces cuesta entender cómo la propia iglesia se posiciona en contra de las libertades y derechos de los más débiles y permite el abuso de unos hombres sobre otros hombres, aunque para ello existe una clara explicación, porque quién mejor que la propia Conferencia Episcopal Española, de la que el arzobispo es presidente, sabe que es de bien nacido el ser agradecidos y eso es, precisamente, lo que hace con el gobierno que le favorece con exenciones fiscales y subvenciona con 13.266.216,12 euros mensuales. En estos tiempos negros para algunos, es de agradecer, principalmente, cuando a “casi” todo el mundo se le recorta a “troche y moche”, incluido a la ciencia, a la que se le quitan 600.000.000 euros, se cierran laboratorios y cercenan investigaciones sobre el cáncer, Parkinson y Alzheimer, entre otras once líneas, que se llevaban a cabo en el Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia, donde acaban de despedir a 108 personas de las que 79 eran científicos y el resto mantiene sus trabajos con reducción de salarios. Pero gracias a Cáritas y a otras instituciones de la Iglesia, que equilibran la balanza, los cristianos podrán seguir manteniendo la fe.
Ya dije al principio que llevaba unos días confuso y es que los españoles nunca reconoceremos que el otro pueda tener aciertos y nos pasamos la vida despreciándolo por algo que nos parece que hizo mal y luego vamos detrás y hacemos exactamente lo mismo. Aunque luego tengamos mil motivos para excusarnos y justificar que no es lo mismo, cuando en realidad, la diferencia sólo está que antes lo hiciste tú y ahora soy yo el que lo hago.
Un ejemplo, el ministro de Asuntos Exteriores, acude secretamente a Malí para negociar la liberación de los dos cooperantes españoles apresados y por los que los secuestradores piden 30 millones de euros. Y yo me pregunto ¿en qué se diferencia del gobierno anterior cuando liberaban a pescadores o cooperantes? A los anteriores se les acusaban de pagar y les exigían responsabilidades con gritos altaneros y mal sonante en el Parlamento y ahora ¿dónde está la diferencia? ¿Y la subida de la luz, -que, por cierto es la más cara de Europa- y otros impuestos? Visitar al rey de Marruecos suponía una bajada de pantalones ¿Y ahora? Europa no era quién para marcarnos las líneas a seguir y ¿qué fue lo primero que se hizo? El gobierno anterior indultó a un banquero y menuda la que se montó. Ahora este gobierno lo imita e indulta a un alto cargo de Convergencia y Unió y a un empresario con antecedentes, ambos en prisión por el caso Treball. Y… Y aquí no pasa nada.
Sin entrar en otras cuestiones más espinosas, no alcanzo a comprender cómo a las comunidades de Baleares y Valencia se les promete que no habrá prospecciones petrolíferas en sus aguas cercanas, porque así lo pidieron al ministro de Industria afines a su corriente política y en Canarias, que también lo hicieron sus representantes, no se les tiene en cuenta. Sí, ya sé lo de Marruecos y todo eso... por medio peso. Y por qué eso de las prisas.
Pues son estas cosas, y más, las que hacen que sospechemos de todo y que no confiemos en que los dirigentes hagan los ajustes y las normas por nuestro bien, sino por sus propios intereses. Cosa ruin porque la desconfianza es mala consejera.
Luis Pérez Aguado
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