Pedro Fernández Arcila* / Artículo de opinión.- Nada más oportuno por estas fechas que hablar de la necesidad de contar en nuestra ciudad con un Museo de Carnaval, una vieja aspiración chicharrera, que aparece y desaparece como las aguas del Barranco de Santos. La creación de este museo es un proyecto que le ronda al arquitecto Joaquín Galera Gaspar desde que tuve la suerte de conocerlo allá por la década de los ochenta del siglo pasado. Fruto de sus reflexiones, de sus visiones y de sus pateos por Santa Cruz elaboró una propuesta que ha presentado a grupos del carnaval, asociaciones de vecinos, y a gente de toda condición y ralea, incluido políticos y alcaldes. En estas reuniones él nos transmite su pasión de artista y de enamorado de esta ciudad empinada que llamamos Santa Cruz.
La idea de Joaquín Galera es aprovechar la azotea del edificio de aparcamientos situado en el último tramo de la calle Ramón y Cajal para obtener un gran y único espacio cerrado destinado al Museo del Carnaval de Tenerife. Este edificio que se ubicaría en suelo municipal permitiría contar con 3000 metros cuadrados de exposición, lo que supondría disponer adecuadamente de todos los trajes y elementos de interés del último Carnaval celebrado, que podría renovarse anualmente. Además, de manera permanente contendrá toda la información histórica de imagen y sonido existente, dando un habitáculo digno a los investigadores de la fiesta más señera de Santa Cruz.
La ubicación propuesta es inmejorable: en el centro de Santa Cruz, muy cerca de otros museos y edificios de interés, permitiría acceder directamente desde la carnavalera calle de La Noria, garantizando la visita de gran parte del turismo que se acerca a nuestra ciudad, potenciando, de paso, toda la zona comercial de esta parte del municipio. Vinculando historia e innovación, a nuestro arquitecto no se le escapa que el edificio contaría con buenas condiciones de orientación al sur por lo que propone una amplia superficie fotovoltaica que mejoraría la actual imagen urbana del edificio de aparcamientos.
Con esta mejora el Museo, además de convertirse en el centro permanente de nuestro carnaval, supondría la puesta en marcha de un proyecto piloto y ejemplar para el aprovechamiento de las cubiertas de los edificios mediante la construcción de superficies fotovoltaicas. De esta manera, si se hiciera realidad esta idea se generarían ingresos por entradas de turismo y residentes, y también por la energía eléctrica producida por la cubierta y fachada solar. Joaquín Galera hace números y nos dice que una vez amortizado el costo de ejecución del proyecto durante los primeros 5 años, los ingresos obtenidos a partir de entonces permitiría la autofinanciación de la fiesta del Carnaval, estimando ingresos superiores a los 3 millones de euros.
Somos muchos los que nos hemos enamorado de su idea que nos regala con la genialidad de quien es por antonomasia un militante de la arquitectura y del arte urbano popular, y sólo nos queda esperar que esta vez la vanguardia de lucha y conocimiento que existe en Santa Cruz gane a una retaguardia que paraliza.
* Pedro Fernández Arcila. Concejal de Sí se puede en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.
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