Salvador López Arnal * / Entrevistas.- Artur Mas, el del gobierno de los mejores, pacta presupuestos con el PP guardiacivilesco catalán y apoya, al alimón con ese chulesco político lobbista de derecha extrema llamado Duran i Lleida, la contrarreforma laboral y restricciones del derecho de huelga. Mas-Colell, que sigue apostando -por convicciones o presiones- por convertir a Catalunya en Las Vegas del Mediterráneo, finaliza su conferencia para inaugurar el curso académico en el Círculo de Economía catalán o barcelonés (septiembre de 2011) citando nada menos que a Claudio Boada -“Sabemos que los poderes públicos son como los gases que se expanden allí donde encuentran espacio disponible para ocupar, pero también tenemos que reconocer que si los poderes políticos ocupan más espacio del que les corresponde es, en parte, porque nosotros [los empresarios] no lo hemos ocupado”-, añadiendo con entusiasmo de hooligang de un neoliberalismo sin entrañas: “Pues bien, los poderes públicos, como los gases, tienen ahora dificultades serias para expandirse. ¡Aprovechadlo!”. Sobre Boi Ruiz, ese privatista conseller de sanidad -que sigue ejerciendo como tal con el apoyo explícito del president- que ha sostenido que la salud no es ningún derecho, mejor no detenerse. No vale la pena, sus hechos y acciones hablan por él. En fin, Felip Puig, el golpeador, sigue haciendo de las suyas y tiene a los Mossos -¡incluso a los Mossos!- en pie de lucha corporativa y Francesc Oms, el portavoz del gobierno, con tono de duro agente de seguridad, descalificó al síndic de greuges, el defensor del pueblo catalán, Rafael Ribó, porque en un informe reciente llamaba la atención sobre las consecuencias de las políticas de recortes sociales, abonada, protagonizada y dirigida por este gobierno de los mejores privatizadores. El Defensor hace política, se extralimita en sus funciones, gritó Oms enrabietado. ¡Qué concepción de la política tiene el señor portavoz! ¡Qué visión autoritaria se esconde (y se percibe) tras sus palabras!
Mientras tanto, la ciudadanía se levanta en pie de resistencia por el tema de las guarderías, se anuncian y aprueban nuevos recortes en los sueldos de los trabajadores de la Administración, la educación pública -no la privada concertada- anda como la dejan andar (eso sí, con encierros y movilizaciones de maestros y profesoras) y la ciudadanía, sobre todo la más vulnerable, sufre lo que le hacen sufrir que no es poco. No sólo es el paro, la falta de cobertura en el caso de los “desempleados” de larga duración, los trabajos mal retribuidos, los ritmos de producción antiobreros, el PIRMI, la sumisión a la que se pretenda abocar a las clases trabajadoras. No sólo es eso. Hay más casos, están en este mundo y afectan a lo esencial. Estos por ejemplo [1].
Carmen Mesa Nozal de 65 años pasó por cuatro hospitales públicos y tuvo que esperar 65 horas (tres días casi) antes de ser operada por la falta de quirófanos. Su familia ha presentado una querella contra la gerencia del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona por “un delito contra los derechos individuales de los ciudadanos y otro de denegación de asistencia”.
María Dolores Vega Caballero peregrinó por cuatro hospitales durante unos dos meses hasta ser operada de un cáncer de colon. Aún sufre las consecuencias.
Otra mujer embarazada, cuenta su marido Andrés Parralo, acabó “sin el bebé y con un metro menos de intestino”. El motivo: retraso de una operación en el Hospital barcelonés. de Sant Pau.
El marido de María Encarna Moreno fue víctima de un derrame cerebral. Estuvo seis días esperando una resonancia que nunca llegó.
Tres familias más han presentado denuncias; una decena más desea permanecer alejada de los focos.
“Recortar la salud mata” es un excelente y veraz lema repetido una y mil veces en las movilizaciones ciudadanas contra los recortes sociales en Catalunya. Casi todo el mundo lo sabe. Boi Ruiz y su gobierno deben saberlo también. Pero no les importe en exceso. Su preocupación básica, digan lo que digan, interpreten el papel que les toque interpretar, no es la salud ni la sanidad pública sino algo muy distinto: los negocios. Y los negocios, sabido es, son los negocios y todo o casi todo vale -¡todo por la pasta!- para abonar las abultadas cuentas de resultados de las empresas del sector. Boi Ruiz fue su máximo representante durante años. Por eso está donde está, conoce el tema al dedillo. Se doctoró recientemente con una tesis sobre el tema.
La Asociación “Defensor del Paciente” ha presentado nuevas denuncias: habría que imputar al conseller de Sanidad y al Govern de Catalunya, ha sostenido su presidenta. No le faltan razones. Metges de Catalunya, un sindicato corporativo de médicos catalanes, moderado donde los haya, entregaron 69.954 firmas en el Parlament catalán el pasado martes 14 de febrero contra los recortes en sanidad [2]. Han recogido firmas, casi 70 mil, de pacientes y trabajadores sanitarios. Quieren apelar a la conciencia de los diputados. Lo tienen difícil en muchos casos. Duch, su vicepresidente, ha afirmado que los recortes en sanidad representan realmente una disminución del 11%, recorte sumado al que ya sufrió la sanidad catalana en 2011. En su opinión, razonable donde las haya, debería ponerse en primer lugar la salud del paciente, garantizando una sanidad pública de calidad. Añadió que el discurso del govern, con Boi Ruiz como actor-estrella destacado, de que los recortes no afectarán a la sanidad “es un utopía”, una distopía más bien, una nueva agresión ciudadana del mejor gobierno privatizador que se ha conocido en este pequeño y maltratado país. Y no siempre por “Madrid” desde luego.
Notas:
[1] Tomados de Joao França, “Los pacientes denuncian los recortes por situaciones dramáticas”. Público, 15 de febrero de 2012, p. 27
[2] Antonio González, “Rebelión médica. Contra los recortes”. Ibidem, pp. 26-27.
Salvador López Arnal
Salvador López Arnal es colaborador de rebelión y El Viejo Topo y discípulo de Francisco Fernández Buey, es coautor, junto a Eduard Rodríguez Farré, de Casi todo lo que usted desea saber sobre los efectos de la energía nuclear en la salud y el medio ambiente. Los libros de El Viejo Topo, Mataró (Barcelona), 2008.
* Profesor-tutor de Matemáticas en la UNED y enseñante de informática de ciclos formativos en el IES Puig Castellar de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona). Colabora normalmente en la revista "El Viejo Topo" y es coguionista y coeditor, junto con Joan Benach y Xavier Juncosa, de "Integral Sacristán" (El Viejo Topo, Barcelona, en prensa).
Salvador López Arnal es autor de Entre clásicos (La Oveja Roja, Madrid, en prensa).
Canarias Insurgente ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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