Salvador López Arnal * / Artículo de opinión.- “Está bien orientada y es necesaria”. Así habló -o de modo muy similar- Mariano Rajoy este fin de semana, durante el congreso de su partido en Sevilla.
Pero no son palabras suyas sino de Josep Antoni Duran i Lleida, el dirigente más antiobrero de la coalición Convergència i Unió. Y hay muchos en sus acomodadas filas. ¿Necesaria dijo el lobbista nacionalista catalán? ¿Para quien, para quienes? ¿Bien orientada, añadió? ¿Orientada a convertir las empresas, por si ya ahora no fuera suficiente, en reinos (absolutistas) de despotismo, arbitrariedad, explotación ilimitada y fascismo laboral?
El secretario general de CC.OO. ha hablado de “giro copernicano”. El oportuno cultismo de Ignacio Fernández está plenamente justificado en este caso. La “contrarreforma laboral”, la 53 en estas últimas décadas, pone la pistola doblemente cargada en manos del empresariado y apunta con ella al corazón de las conquistas de las clases trabajadoras españolas de estos últimos 125 años.
El despido general con veinte días por año trabajado y un máximo de 12 meses, ¿es necesario y está bien orientado? ¿Lo es la eliminación del pago de los salarios de tramitación? ¿Qué se pueda despedir con indemnización de 20d/año, de manera justificada y no recurrible, sólo por tener dos bajas que sumen al menos 9 días en los últimos dos meses, si ninguna de ellas supera los 21 días [1], es norma bien orientada?
¿Es necesario que la vigencia de los convenios caduque a los dos años, de forma que vencido este plazo se negocie desde cero y las condiciones de los trabajadores sean las del convenio de orden superior?
La imposición unilateral de sus condiciones por parte del empresariado en el caso de un expediente por regulación de empleo sin depender de las decisiones de las autoridades laborales, ¿está bien orientada?
¿Es también necesario que el convenio de empresa tenga prioridad sobre cualquier otro, independientemente de la voluntad de los representantes de los trabajadores? ¿Lo es que todas las condiciones laborales de importancia (jornada, sueldos, funciones productivas) se fijen en convenios de empresa?
¿Está bien orientada la modificación unilateral de las condiciones de trabajo por parte del empresariado si señalan motivos económicos, técnicos, organizativos o de producción, aduciendo razones que apelan a términos tan poco delimitados como productividad y competitividad empresarial?
¿Es necesario que si tienes plaza por oposición de personal laboral fijo de cualquier administración pública puedas ser despedido con indemnización de 20d/año por insuficiencia presupuestaria sobrevenida en tres trimestres consecutivos?
¿Es necesario que a cualquier trabajador puedan cambiarle de horario o de turno y que sólo pueda aceptar o impugnar en los juzgados o, claro está, rescindir el contrato laboral con una indemnización de 20d/año con un tope en este caso de 9 mensualidades?
¿Está bien orientado el despido libre -100% gratis- durante el primer año, el 364 día de trabajo por ejemplo, permitiendo hacer un nuevo contrato similar al día siguiente al mismo empresario represor? ¿Para qué entonces un contrato indefinido “normal” aunque sea con indemnización muy demediada, de casi un 72%?
Aún más, como señala Enrique Javier Díez Gutiérrez, si la empresa tiene menos de 25 trabajadores, como ocurre en la inmensa mayoría de las empresas españolas, ¿es necesario que el FOGASA les pague 8 de los 20d/año -¡el 40%- de indemnización en despidos objetivos procedentes? ¿Es necesario y está bien orientado que, con esta medida complementaria, el coste real del despido objetivo será de 12d/año, es decir, de apenas 8 meses tras 20 años de trabajo?
Pero no ha bastado con ello, no ha bastado con estas medidas necesarias y bien orientadas.
La CEOE quiere endurecer -¿cómo será posible?- la contrarreforma laboral y el servil político institucional que se aloja en el Palace de Madrid y viaja siempre en primera, el mismo que arremetió contra los campesinos andaluces, ya arrojó su obús, necesario y bien orientado, contra la actual regulación del derecho de huelga.
La CEOE aplaude entusiasmada. Y coge nuevos ánimos. José Luis Feito, miembro de la dirección de la organización empresarial de derecha extrema económica, ha exigido a las “autoridades competentes” que se retire la prestación de desempleo a quien rechace una sola oferta de trabajo, aunque “sea en Laponia”.
Feito le ha robado probablemente la idea a Duran i Lleida. Éste, tras las masivas, razonables, estas sí necesarias y combativas movilizaciones obreras del pasado domingo, ha demostrado una vez su reaccionaria y antiobrera cara de cemento armado y su desvergüenza a prueba de cualquier atisbo de racionalidad y justicia, afirmando que las movilizaciones convocadas en contra de la contrarreforma “servirán de poco, no aportarán mucho” y quizás, no se pierdan la amenaza velada, “puedan empeorar la situación en lugar de mejorarla” [2].
Para dejar quien claro quien gobierna de facto en España, y en Catalunya, el dirigente democristiano, el aspirante a Andreotti catalán-español, este nuevo Cambó de tres al cuarto, ha cerrado su “gloriosa” intervención ante los medios apuntando que “hay personas que tienen derecho a convocar protestas y otras que tenemos el deber y la responsabilidad de hacer las reformas necesarias”. Por si fuera necesario, en el tono de pijo de color bronceado artificial que le caracteriza, añadió que era evidente que el Gobierno no dará marcha atrás.
Sabe de que habla, existe conexión directa. Pero ya veremos.
Sea como fuere, ¿no recuerda todo ello épocas pasadas? ¿No las supera en algunos vértices? ¿No hay toneladas de fascismo económico en la actual ofensiva empresarial, en el infame decretazo gubernamental, en las falaces e insultantes declaraciones de cortesanos y portavoces?
Si a eso le sumamos las cargas policiales contra estudiantes preuniversitarios, las declaraciones fascistodes del jefe de la policía valenciana, don Antonio Moreno, los impresentables comentarios de la delegada del gobierno -Paula Sánchez de León- y de cargos afines, las detenciones ciudadana, el traslado de antidisturbios de Barcelona y otras ciudades en dirección a Valencia, ¿no se percibe aquí un claro regreso al pasado? ¿No huele todo esto a podrido, a muy podrido?
“La policía sume Valencia en un estado de excepción” ha señalado Juan E. Tur [3]. ¿Una exageración, un alocado comentario periodístico? No lo parece. ¿Es razonable que la protesta de 200 estudiantes del IES Lluís Vives de Valencia -que el pasado sábado anunciaron que retomarían sus protestas por las malas condiciones en que reciben su educación por los impagos del Consell y por la violencia policial desplegada contra ellos la pasada semana- se convierta en una batalla campal y se les tilde de “enemigos”? ¿Se pasa de la raya Marga Sanz de Esquerra Unida cuando pide la retirada de los cuerpos antidisturbios que han sembrado el terror por el centro de Valencia con una actuación "absolutamente salvaje y descontrolada", con "una ciudad tomada por la policía, que está dejando unas imágenes brutales de agresiones a chavales, periodistas y transeúntes"? ¿Estaba acaso Valencia en estado de sitio cuando a las 22 horas los helicópteros sobrevolaban el centro de la ciudad?
Al finalizar la jornada de este pasado lunes, eran ya 25 las personas detenidas. Lo han hecho ellos solitos.
La solidaridad se ha extendido a muchas ciudades españoles. Amar es combatir, como quería Octavio Paz, y resistir es vivir con dignidad.
“Mientras tanto, mientras tanto, ¡ay!, mientras tanto,/ los negros que sacan las escupideras,/ los muchachos que tiemblan bajo el terror pálido de los directores,/ las mujeres ahogadas en aceites minerales,/la muchedumbre de martillo, de violín o de nube,/ ha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro,/ ha de gritar frente a las cúpulas,/ha de gritar loca de fuego,/ ha de gritar loca de nieve,/ ha de gritar con la cabeza llena de excremento,/ ha de gritar como todas las noches juntas,
ha de gritar con voz tan desgarrada/ hasta que las ciudades tiemblen como niñas/ y rompan las prisiones del aceite y la música,/ porque queremos el pan nuestro de cada día,/ flor de aliso y perenne ternura desgranada”.
Porque queremos, como quería Lorca, que se cumpla la voluntad de la Tierra/ que da sus frutos para todos (y todas).
Ni más (Marx) ni menos.
PS: Por cierto, el círculo (fascista) parece cerrarse: “el Gobierno se prepara para reprimir brotes de violencia en la calle: sólo la Guardia Civil acaba de adquirir 50.000 botes de gases lacrimógenos y de humo” [4] en los próximos dos años. ¡Aquí no hay déficit público que valga!
La compra de este material, se afirma, llevaba siendo reclamada desde hace meses “por las asociaciones de la Policía y la Guardia Civil, que denunciaban la falta de recursos antidisturbios con los que hacer frente a movilizaciones como las que provocaron las acampadas del 15-M en la Puerta del Sol y en otros puntos neurálgicos de las principales ciudades españolas”. ¡Qué cosas! ¡Qué cambios tan sustantivos en las preocupaciones de nuestros queridos y admirados cuerpos represivos!
El ministerio del Interior adquirió ese nuevo arsenal el pasado 31 de diciembre, “días antes de que el Ejecutivo impulsase sus primeras medidas económicas, como las reformas laboral y financiera, que han provocado ya las primeras manifestaciones por parte de los sindicatos este fin de semana”. De Guindos ya habló de la huelga general que iban a provocar. El departamento del opuesdeísta Jorge Fernández Díaz ha firmado un contrato con la empresa Falken S.A. La benemérita, la misma que fusiló combatientes republicanos antifascistas hasta 1952, contará con 36.000 artificios lacrimógenos y 14.000 artificios fumígenos para 2012 y 2013.
El gasto total de la compra: 1.488.570 euros, 1.071.770,40 para los artificios lacrimógenos y 416.799,60 para los artificios fumígenos. Ni más ni menos… y todo justificado por supuesto.
Notas:
[1] Tomado del magnífico artículo de Enrique Javier Díez Gutiérrez, “Esto es el inicio del inicio de la revuelta”. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=145036
[2] “CiU anticipa que Rajoy “no dará marcha atrás””, Público, 21 de febrero de 2011, p. 4.
Salvador López Arnal
Salvador López Arnal es colaborador de rebelión y El Viejo Topo y discípulo de Francisco Fernández Buey, es coautor, junto a Eduard Rodríguez Farré, de Casi todo lo que usted desea saber sobre los efectos de la energía nuclear en la salud y el medio ambiente. Los libros de El Viejo Topo, Mataró (Barcelona), 2008.
* Profesor-tutor de Matemáticas en la UNED y enseñante de informática de ciclos formativos en el IES Puig Castellar de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona). Colabora normalmente en la revista "El Viejo Topo" y es coguionista y coeditor, junto con Joan Benach y Xavier Juncosa, de "Integral Sacristán" (El Viejo Topo, Barcelona, en prensa).
Salvador López Arnal es autor de Entre clásicos (La Oveja Roja, Madrid, en prensa).
Canarias Insurgente ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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