Memoria histórica / Entrevistas.- La condena del franquismo acabará llegando. Nieta del prestigioso médico cartagenero Luis Calandre, Cristina Calandre Hoenigfeld se ha dedicado durante los últimos años a rescatar la memoria de su abuelo, el cardiólogo más importante de su época en España, discípulo predilecto de Ramón y Cajal y uno de los miembros más destacados de la Residencia de Estudiantes. Carande fue fundador del laboratorio de Anatomía Microscópica de la citada institución y director del Hospital de Carabineros que funcionó en sus instalaciones durante la Guerra Civil, salvando muchas vidas.
El desempeño de su labor dentro del Régimen constitucional y legal de la República propició que al término de la Guerra Civil se le inhabilitara para el ejercicio de su profesión, relegándose a al olvido, pero su figura se presenta hoy, medio siglo después de su muerte, como un hombre alineado con la libertad y el progreso.
Cristina Calandre ha participado hoy jueves 2 de febrero en la presentación de libro “Ciencia y compromiso. Luis Calandre Ibáñez, vida y obra”, de José Manuel Sebastián Raz, publicado por Editum, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia. El acto contó entre otros, además de con el autor, con el Rector José Antonio Cobacho, con Pedro Marset, Profesor de Historia de la Medicina; Eugenio Moya Cantero, Coordinador de la colección editum scientia, y Conrado Navalón Vila, Coordinador de Editum. Ediciones de la Universidad de Murcia.
-P: Durante los últimos tiempos, se ha destacado en la labor de rescatar del olvido la figura de su abuelo, el doctor Luis Calandre ¿Qué destacaría de él?
-R: Mi abuelo era médico cardiólogo, muy destacado en su actividad profesional, pero también se comprometió mucho con la sociedad española de su tiempo y, por supuesto, con la II República, por eso, me parece especialmente apropiado el título de la obra de José Manuel Sebastián Raz, “Ciencia y compromiso. Luis Calandre Ibáñez, vida y obra”.
Él se definía como republicano de antes de la República. Durante ese período tuvo cargos muy importantes, pero posteriormente fue muy represaliado por el franquismo. En su etapa final, se dedicó exclusivamente a su consulta privada, y como tenía mucho prestigio como cardiólogo, gracias a su formación en la Junta de Ampliación de Estudios y posteriormente en Alemania, pudo salir adelante y sacar adelante a su familia.
-P: Es usted muy activa escribiendo sobre temas relacionados con su abuelo.
-R: Ahora que tengo tiempo libre, no hago más que devolverle un poco, lo mucho que él nos dio. Lo que intento ahora es dedicar mi tiempo a rescatar su figura del olvido.
Realmente soy un producto de Internet. Utilizo mucho la red para difundir mis ideas. En cierto modo me siento censurada, porque considero que tengo mucho que contar y tengo muy poco acceso a los medios de comunicación tradicionales e Internet es muy limitado en ciertos aspectos.
Como tengo un archivo documental muy completo, inquietudes, tiempo y formación, estoy cubriendo un vacío que considero que hay con mi propio trabajo.
-P: Su abuelo tuvo un papel muy destacado en la Residencia de Estudiantes.
-R: Mi abuelo fue quizás la persona que más tiempo estuvo vinculado a la Residencia de Estudiantes. El fue uno de los 15 primeros residentes, en el año 1910, cuando empezó la residencia. Y obtuvo una de las dos únicas becas que se concedieron aquel primer año.
-P: En sus escritos afirma la enorme injusticia que supone el hecho de que, habiendo realizado actos muy semejantes, los de un bando sean beatificados, mientras que otros fueron encarcelados.
-R: Tanto mi abuelo como mi padre fueron represaliados por haberse alineado con la República. Curiosamente, con el doctor José Gálvez, ha sucedido lo contrario. Él había creado la Escuela de Enfermeras, lo mismo que había hecho mi abuelo, la diferencia era que mi abuelo la había creado con la Cruz Roja, mientras que Gálvez la había creado en la maternidad de Madrid, el hospital de Santa Cristina. Una era laica y la otra religiosa.
Galvez está propuesto como beato, y uno de los méritos para solicitar su santidad era precisamente la creación de esa escuela y que había curado a gente de izquierdas, sin importarle su ideología. Ambas cosas son, precisamente, lo mismo que había hecho mi abuelo, solo que con la gente de derechas: Él iba a las embajadas a curar a refugiados de derechas que se escondían en sus instalaciones. Por eso considero que es injusto que a un señor lo propongan para ser beatificado, mientras que a otro señor, con los mismos hechos, fuese condenado.
-P: Usted afirma que los reconocimientos a científicos que fueron represores franquistas obedecen más a sus méritos como represores que a los estrictamente científicos, y que el sistema jurídico franquista sigue vigente.
-R: Hace poco escribí un artículo con motivo del Día del Holocausto y lo envié el Ministerio de Justicia. Me llamó la atención de que hubiese un homenaje en conmemoración del Día del Holocausto, pero que siguiera sin condenarse el franquismo. En el Ministerio de Justicia, en la Oficina de Víctimas del Franquismo, me felicitaron por el reportaje.
Yo, que provengo de familia judía, puedo permitirme hablar de este tema, ya que tengo familiares exterminados por un lado y, por otro, a represaliados por el franquismo.
Me llamó la atención el hecho de que se homenajeara a las víctimas del holocausto y que, sin embargo, no se renegara del franquismo.
-P: Se dice que somos amnésicos respecto a nuestra memoria histórica ¿Llegará algún día el reconocimiento de esos hechos del franquismo por los que abogan los defensores de esta Ley?
-R: La diferencia en España con respecto a Alemania, es que aquí triunfó el fascismo. Posteriormente, la transición tuvo que hacerse de una manera muy negociada. Es un período muy largo de tiempo que ha creado una maraña de intereses que hace que el avance en ese terreno sea muy difícil. Esto debería de haberse hecho en su momento, como se hicieron en Alemania los juicios de Nuremberg.
Pero yo creo que la condena del franquismo acabará llegando, a pesar de toda la oposición que hay por parte de sectores muy poderosos.
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