Francisco González Tejera / Artículo de opinión.- Mi tierra siempre parió nobleza, donde moraba Achamán, donde la raza fue fuerza, donde gritó Tanausú, “Vacaguaré” por su tierra.
Taburiente – Nuevo Cauce
Tantos espacios sagrados de mi tierra ahora violados y destruidos por personajes sin escrúpulos. Unas islas conquistadas por una corona sanguinaria, culpable de la destrucción de su cultura originaria en un ensayo que luego ejecutaron en el continente americano, donde asesinaron a millones de indígenas en un genocidio orquestado y organizado premeditadamente por esa monarquía y la poderosa iglesia católica. La espada y la cruz aliadas en el crimen configuraron una de las peores masacres de la historia de la humanidad.
En lugares como la Caldera de Taburiente en La Palma, Tamadaba en Gran Canaria, Anaga en Tenerife, se sigue percibiendo toda esa energía de un pueblo perseguido, conquistado, alienado, esclavizado. Esa fuerza ancestral la percibió otro indígena en una visita reciente a las islas hace pocos años. Davi “Kopenawa” Yanomami, sintió tan lejos de su selva amazónica el drama del antiguo pueblo canario. Lo vimos sentado en una de las cuevas del Bentayga y las lágrimas afloraban de sus ojos profundos, entonaba un canto en la lengua de su pueblo y al preguntarle que le pasaba nos dijo que sentía mucho dolor, infinita tristeza en aquellas cuevas de la Caldera de Tirajana, que veía y percibía en lo profundo de su mente a un pueblo desesperado, desconcertado y huyendo del terror producido por los criminales conquistadores castellanos. Davi sentía lo mismo que siente actualmente su gente en la selva brasileña-venezolana, victimas de buscadores de oro, de multinacionales madereras y de gobiernos cómplices en la destrucción del pulmón del planeta.
Los yanomamis siguen resistiendo en su inmensa catedral verde, ese refugio creado por los dioses de la naturaleza para acogerlos y protegerlos del terrible mal del progreso humano, se enfrentan y luchan en contra de los que quieren destruir su universo. En Canarias seguimos resistiendo y utilizamos los mismos medios para evitar la desaparición de otro patrimonio universal de la humanidad.
Siguiendo el ejemplo heroico de Davi y de su pueblo nos aferramos a la magia de esos lugares míticos que todavía quedan en estas islas. Tanausú, Bentejuí, Doramas, Guacimara nos amparan desde la tierra de nuestros antepasados.
Francisco González Tejera
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Fuente: http://viajandoentrelatormenta.blogspot.com/2012/01/vacaguare.html
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