Podcast / Planeta Musical Sur.- Viejo, querido Nicomedes: ¿No te acuerdas de mi? Hemos venido juntos a América, y sufrido y aguantado en el mismo barco negrero. Ahora estamos juntos también en la rebelión y en la victoria !Con un fraternal abrazo, Nicolás! Así lo saludaba el poeta cubano Nicolás Guillén, desde La Habana, en 1974. La voz de Nicomedes Santa Cruz, en cada décima que declama, no tiene que ver con un lamento; en las antípodas de la pena, ha recitado siempre un orgullo desafiante. Su timbre grave y cálido les habla a todos los seres que no ven colores de piel, a quienes solo lo imaginan como un pequeño de barrio, que el 4 de junio de hace 85 años nacía en La Victoria.
Duración aproximada: 58:19
Formato: MP3
Tamaño: 53.3MB
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Producción: Radio Calf-Universidad FM 103.7
El disco que disfrutaremos en esta primer parte del programa, titulado “Socabón” es una clase magistral del folklore negro peruano, de la mano del gran Nicomedes. Editado por la discográfica Virrey en 1975, el subtítulo lo dice todo: “Introducción al folclor musical y danzario de la costa peruana”. Y es que más que un trabajo musical, casi tenemos un trabajo pedagógico donde en el primer corte, como escuchamos, se citan los instrumentos musicales que se van a usar, con un ejemplo auditivo de cada uno por separado, y luego una percusión con varios instrumentos. Después, en cortes sucesivos, se definen los distintos tipos de ritmos y danzas, y finalmente se describe cada tipo musical interpretando a continuación un ramillete de canciones de ese tipo. Pero, aún siendo pedagógico, no deja de ser un disco conmovedor, con letras también muy entrañables, que abarcan todos los temas que afectan a la sociedad peruana, especialmente a la de origen africano, y con unas melodías que el músico interpreta de forma exquisita. Hablar de Nicomedes Santa Cruz es hablar de lo afroperuano, un término que designa a la cultura de los descendientes de las diversas etnias africanas que llegaron al Perú durante el Colonia, logrando una uniformidad cultural. La población afroperuana se halla, principalmente en la costa surcentral, especialmente en Lima, Callao, y en las provincias de Cañete, Chincha, Ica, y Nasca. El otro segmento importante de población afroperuana se encuentra en la costa norte mayoritariamente entre Lambayeque, Piura y en menor medida Tumbes. En Piura se encuentra Yapatera, la ciudad con población afroperuana, más numerosa del país. La comunidad afroperuana ha tenido una importante participación en la cultura, gastronomía, literatura, folclore e identidad nacional desde los inicios de la colonia hasta la independencia del Perú. También en las manifestaciones religiosas y el deporte popular, los afroperuanos han tenido mucha participación. Lo afroperuano está marcado de gran medida, en lo que a la identidad costeña peruana se refiere, y ésta es visible no solo en lo mencionado anteriormente, sino hasta en la forma de expresarse, la jerga y el temperamento del costeño. Toda la costa peruana tiene influencia negra, pero ésta se manifiesta con mayor intensidad en las danzas, el canto, la literatura y la gastronomía del Perú.
Melodías, cantos y danzas afroperuanas conocidas en América Latina, son por ejemplo el pícaro festejo, el amestizado landó, el ingá, los dulces pregones, los agüenieve y el alegre panalivio. Nicomedes Santa Cruz Gamarra nació en Lima, Perú, en el distrito popularmente conocido como La Victoria. Fue el noveno de diez hermanos. Sus padres fueron el dramaturgo don Nicomedes Santa Cruz Aparicio, y doña Victoria Gamarra Ramírez, hija a su vez del afamado pintor limeño José Milagros Gamarra, último compositor de zamacuecas del siglo XIX y de Benita Ramírez Olivares, excepcional bailarina de zamacueca. Poeta por vocación, folklorista por tradición y periodista de profesión, desde finales de los años cincuenta Nicomedes Santa Cruz también se desempeñó también como realizador y presentador de radio y televisión. Quienes lo conocieron aún tienen en la retina aquella estampa morena difícil de confundir, y ese mostacho espeso que se movía al son de lo que su boca decía para hipnotizar con su sapiencia. Todavía hay testigos de sus interminables tertulias: el catedrático y músico Octavio Santa Cruz Urquieta, sobrino del decimista, recuerda las lejanas tardes en la que sus tíos Victoria, Consuelo, César y un joven Nicomedes empezaban sus debates sobre política, arte o ciencia. El don de la palabra les corría por las venas, y el patriarca de la familia, don Nicomedes Santa Cruz Aparicio, un talentoso dramaturgo, los miraba como tesoros. En ellos depositó sus más preciados caudales: cultura y conocimiento, lo que daría fruto a un sensible muchacho que, con solo 24 años, le recitó al gran folklorista peruano Porfirio Vásquez un poema tan exquisito, que este decide integrarlo a un círculo cultural y artístico que cultivaría sus innatas facultades. Siguiendo en la misma línea, dice Manuel Acosta Ojeda, destacado cantautor peruano y criollo de pura cepa, Santa Cruz ha demostrado que las cadenas de la ignorancia pueden llegar a romperse, pues sin haber pisado nunca universidad o instituto alguno, Nicomedes hizo de su vida una clase magistral: “Yo lo escuchaba hablar en más de tres idiomas, inglés, francés y japonés, tenía cientos de libros y de hecho todos los leía, así supo de Nietzsche, de Marx o de Schopenhauer”. Y fue esta vasta cultura que lo condujo hacia el periodismo. En su incansable lucha por preservar el arte de sus ancestros tuvo en su hermana Victoria a su mejor aliada, con la que en 1959, inician Cumanana, compañía cultural de teatro, danza y sonido de férreas raíces negras. Con su trabajo en conjunto el límite parecía el cielo, viajaron por todo el mundo, leales a sus preceptos. En 1967, al visitar a su hermano Rafael, quien vivía en España, conoce a Mercedes Castillo, una española con quien se casaría al año siguiente. Desde la península ibérica, Nicomedes siguió en lo suyo: difundió ese arte milenario que tuvo origen en África; si ya Lima había visto su brillantez inicial, en España se gestaría la plenitud de su talento. Allá son conocidos aún sus trabajos para medios como Radio Nacional de España. Intenso como el sonido de la percusión que acompañó su obra, solo la muerte pudo alejarlo de lo que tanto amó, de su fiel y leal Mercedes, de sus queridos hijos Pedro y Luis Enrique, de sus hermanos y amigos, de la décima, del papel y la pluma. En 1992 la muerte se llevó su cuerpo, pero su talento persiste, con esa voz grave, festiva, que mueve, pero no lastima, capaz de hacer llorar, pero siempre de alegría. Comentarios extraídos de un artículo de Dick Cáceres para el periódico El Comercio, de Perú, publicado el 4 de junio de 2010 en ocasión de conmemorarse el 85 aniversario del nacimiento de Nicomedes Santa Cruz, y otro de Luis Martín Valdiviezo Arista, de la Escuela de Educación de la Universidad de Massachussets, mientras que los audios pertenecen al sitio nicomedessantacruz.com Ademas del disco "Socabon" de Nicomedes Santa Cruz, se escuchan temas de otros músicos latinoamericanos interpretando sus temas, como Amparo Ochoa, Debora Infante, el grupo Markama, Victoria Santa Cruz junto a Inti Illimani y Eva Ayllon, y Susana Baca. Es una realización de Jorge Laraia.
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