Francisco González Tejera / Artículo de opinión.- Cuando vio que Antonia se despedía agarrada fuertemente a sus manos y sus ojos se cerraban serena hacia ese último viaje, Salvatore apuró desesperado los 5 últimos barbitúricos pero solo le generaron un fuerte dolor de estomago. Miraba la cara dulce, todavía bella, del amor de su vida en una existencia tan ingrata. Abrazó su cuerpo inerte y se lanzó a la calle buscando la playa cercana de Bari, el frío mar de invierno, para adentrarse en sus gélidas aguas con el recuerdo de los 35 años junto a su amada. Nadó solo un poco y se sumergió en la húmeda oscuridad, hasta que sus pulmones inundados dejaron de bombear lo poco que quedaba de oxigeno.
Esta historia real pasó hace unos días en la Italia del gobierno tecnócrata heredado de la gestión neo liberal y corrupta del ex presidente Berlusconi, cuando una pareja de ancianos decidió suicidarse dejando escrito en una carta publicada en el semanario “Oggi”: “leeréis en los periódicos con cuanta dignidad saben morir dos ciudadanos asqueados de la hipocresía y de la crueldad de vosotros los políticos”.
Los dos pasaron juntos gran parte de sus vidas, se amaron y trataron de combatir la desolación de un sistema diseñado para hundir a la clase trabajadora. Vivieron muchos años sin trabajo y fueron desahuciados de su casa por no poder afrontar la hipoteca que Salvatore De Salvo, agente de comercio de 64 años y en paro desde siete, contrató con la mayor de sus ilusiones. Luego ya todo fue naufragio, cartas amenazantes del banco, jueces, peticiones de ayuda en servicios sociales para poder comer, abogados y vampiros de las finanzas, que les arrastraron a un primer intento de suicidio fracasado, que generó que las autoridades les recluyeran en un asilo infernal de ancianos, donde vivían separados sin casi poder verse.
Pidieron ayuda a Silvio Berlusconi, al presidente de la región de Puglia, Nichi Vendola, al alcalde de Bari, Michele Emiliano, sin que ninguno contestara sus cartas desesperadas, obteniendo el silencio sepulcral de una administración pública que como en España es incapaz de tener un mínimo de caridad, de solidaridad con la gente más desfavorecida. Gobiernos en manos de bancos y mafias organizadas para enriquecerse a través de una clase política altamente corrupta, insensible al drama de la pobreza y la desesperación de la gente humilde.
“Ave Silvio, morituri te salutant”, escribieron en su última carta a “Il Cavalieri” más preocupado de sus concubinas y escándalos sexuales, que de resolver la triste situación de una pareja avocada al suicidio por la impotencia de verse sin nada, encerrados y separados por un estado criminal en manos del Fondo Monetario Internacional, del Banco Central Europeo, de todos esos seres sin escrúpulos con chaqueta y corbata, que conforman ese nuevo gobierno mundial sustentado en la codicia y el dinero.
Hoy somos todos Antonia y Salvatore, se percibe en el viento marino su amor eterno mientras suena un viejo tema de Deep Purple en la penumbra de mi jardín. Los recuerdo como héroes desconocidos y sigo el consejo heroico de Rodolfo Walsh, cuando escribió acribillado de tristeza a su hija Viki asesinada por los fascistas argentinos, “que el verdadero cementerio es la memoria”.
Fino a quando i compagni di vittoria da altri mari eterne in tutto il mondo.
Francisco González Tejera
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Fuente: http://viajandoentrelatormenta.blogspot.com/2012/01/ciertas-noches-de-enero.html
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