Teodoro Santana * / Artículos de opinión.- “Ding-dong. Señores pasajeros: por favor, miren a su derecha. Verán el motor del ala derecha incendiado. Pero no se preocupen, no pasa nada, todo está bajo control. Ahora hagan el favor de mirar a su izquierda. Verán el motor del ala izquierda incendiado. Pero no se preocupen, no pasa nada, todo está bajo control. Ahora miren hacia abajo. Verán tres puntitos blancos: son los paracaídas del piloto, el copiloto y la azafata. Pero no se preocupen, no pasa nada, todo está bajo control. Esto es una grabación, esto es una grabación…”
Este viejo chiste ilustra mejor que otra descripción lo que sucede en Europa. Miren hacia Grecia. Verán un país saqueado por los bancos alemanes, franceses y británicos. Al que además se le imponen unas condiciones leoninas para prestarle el dinero con el que pagar a esos mismos bancos que los han limpiado. La rebelión popular ha enfadado a los banqueros y sus guardianes. Los lobos europeos se quitan la máscara “democrática”, y ni referéndum ni elecciones. Consultar al pueblo: hasta ahí podíamos llegar. Por si fuera poco, el ruido de sables obliga a relevar a la cúpula militar para evitar un golpe de Estado. Pero no se preocupen, no pasa nada, todo está bajo control.
Ahora hagan el favor de mirar hacia Alemania. Tras conseguir un mercado cautivo, el IV Reich germano enriqueció a sus bancos hasta el paroxismo. Eso sí, a base de arruinar a sus propios clientes, a los que encima les imponen como condición empobrecerse más a base de recortes laborales y sociales. Agotada la gallina de los huevos de oro, hundido el consumo, la locomotora alemana se gripa y entra en la vía muerta de la recesión. Pero no se preocupen, no pasa nada, todo está bajo control.
Ahora miren hacia Italia. Hacia Francia. Hacia Portugal. Hacia España. Cuanto más aplican las políticas de derechas, cuanto más asfixian a los trabajadores (es decir, a la inmensa mayoría de los consumidores), más se arruinan. Ahora tienen que salvar de la quiebra a sus bancos con más dinero público. Pero cada vez hay menos dinero público. El paro es ya insostenible, pero los bancos siguen repartiendo beneficios, aunque sus balances estén tan falseados que asustarían al mismo Al Capone. Pero no se preocupen, no pasa nada, todo está bajo control.
Ahora miren hacia abajo. Ese puntito blanco es mi amigo Manolo. Se le han acabado las últimas prestaciones del paro. Con más de 50 años, no tiene ni un euro que llevar a su casa. No tiene para pagar la luz o el teléfono. Ni siquiera para llamar a una ambulancia cuando a su hijo enfermo le dan los ataques. Pero no se preocupen, no pasa nada, todo está bajo control.
Sigan mirando. Aquel otro puntito blanco es mi amiga Carmen. No le alcanza para dar de comer a sus dos hijas. Y se pasan medio mes comiendo galletas baratas y leche aguada una sola vez al día. Pero no se preocupen, no pasa nada, todo está bajo control.
Arde Europa, pero “Salvados” nos entretiene mientras Messi marca goles, o Cristiano Ronaldo se pasea, o Nadal gana torneos que nos alimentan a todos. “La Noria” sigue girando y la familia real -¡pero mira qué delgada está!- pasea el tipito por la estación de esquí o el muelle deportivo de turno. ¡Oh sí, no hay que preocuparse, no pasa nada, todo está bajo control!
Presten atención ahora. Oirán como unos lamentos de fondo. Son el llorar y el rechinar de dientes de las cientos de miles de familias desahuciadas, sin hogar, lanzadas a la calle. Jueces y policías aplican implacables las leyes de los banqueros. Desde luego, no quieren preocuparse, ni que pase nada, sino que todo esté bajo control.
>Ahora miren al fondo. Allí, todavía desperdigados, se ven unos puntitos rojos. Son los comunistas. Como les dé por unirse, ya nada estará bajo control.
(*) Teodoro Santana es miembro del Comité Central del Partido Revolucionario de los Comunistas de Canarias (PRCC)
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