Luis Alberto Henríquez Lorenzo / Artículo de opinión.- Qué cierto que no pocos socialistas del PSOE -por mejor decir, sociolistos: dícese de los políticos que, haciéndose pasar por socialistas, cobran precisamente por no serlo, por no ser socialistas, y ¡cuánto cobran casi siempre!- tienen la cara más dura que la suela de un zapato, que la de cualquiera de aquellos duros, resistentes y herrados que utilizaban nuestros abuelos para trabajar.
Resulta que el socialista tinerfeño Segura Clavel -ya sabemos, otro que más bien será sociolisto que socialista, lo más probable-, ni corto ni perezoso y sin que para ello le temblara el pulso ni se le cayera la cara de la vergüenza, ha declarado en entrevista emitida en un programa radiofónico autonómico canario, que los responsables de los 5.000.000 millones de parados que hay en España no son ellos en realidad, los socialistas del PSOE, y sí la derecha del Partido Popular, esto es, las políticas neoliberales perpetradas en la época de gobierno de José María Aznar por el partido que, salvo hecatombe que no sucederá y por más que nos guste más o menos, va a arrasar en las próximas elecciones del 20 de noviembre.
No votaré por el PP, nunca lo he hecho, pero ojalá que los falsos socialistas del PSOE (partido que ya no es ni partido, y mucho menos es socialista y no digamos obrero y sí P$O€ puro y duro) no vayan a sacar ni para pipas, pese a que su más que previsible debacle electoral no vaya a suponer para la inmensa mayoría de ellos mayor trastorno existencial, profesional, económico o laboral, que para eso ya se han venido llenando los bolsillos o abriéndose camino en toda clase de negocios, tráfico de influencias, especulaciones financieras incluidas, de las que ni siquiera el ex presidente Felipe González es ajeno. Felipe González, sí, digo bien; otro que, en la mejor tradición guerrista (de Alfono Guerra) se empeña en advertirnos aquello de “Españoleee, que viene la derechaaa...”.
Como si no hubiese llegado hace tiempo (digo la derecha económica) precisamente de la mano de los gobiernos socialistas, con su pliegue a los intereses de las grandes corporaciones financieras internacionales, o de la Banca, etcétera. O con el modus vivendi y operandi de tantos de sus dirigentes, que de descamisados no tienen ya nada, pero nada de nada, y sí todo lo contrario: un tren de vida tan burgués, tan acomodado, y cuentas bancarias tan suculentas, que ya para sí querrían muchas personas de derechas.
Abundando en estos asuntos, este pasado fin de semana al señor Felipe González, haciendo campaña a favor de la candidatura de Rubalcaba, como fichaje estrella de la misma no se le ocurre otra cosa que decir que debemos votar la candidatura de Alfredo no sólo porque nos ayudará a todos a salir finalmente de la crisis, en pie de igualdad -que no sé si le haría pensar en “La Internacional” ese “en pie de igualdad”-, sino porque debemos estar agradecidos los españoles, incluidos los 5.000.000 millones de parados, al Gobierno de Zapatero, que ha sido el de Rubalcaba, tanto monta monta tanto, porque por lo menos España no está tan mal como Grecia, Portugal e incluso Italia.
De modo que el que no se consuela es porque no quiere, podríamos concluir. Solo que ¿se puede tener la cara más dura que la cara que parece tener el señor Felipe González? ¿Se puede ser más cínico? ¿Se puede ser tan sociolisto y tan poco socialista? ¿Se puede querer tomar el pelo de forma más descarada a los españoles?
Desde luego, los dirigentes del partido que ha llevado a este país al borde de la ruina total, cada día que pasa parecen superarse en el esperpento y el cinismo de sus declaraciones y propuestas políticas. Y lo peor no es, como ya he adelantado, que los políticos profesionales socialistas lo vayan a pasar mal en lo profesional y económico después del batacazo electoral que se van a llevar, sino que lo peor va a seguir siendo que el paro en España no va a disminuir, ni en lo que queda de año ni para el próximo. El paro seguirá aumentando, no se creará empleo... Pero en las casas, haciendas y cuentas bancarias de Zapatero, Rubalcaba, Felipe González y etcétera y etcétera, ¿llegará la guadaña de la crisis a hacer de las suyas?
Me figuro que no. La mayoría, después de, relativamente, pocos años de servicio profesional en la política partidista, habrán obtenido pingües jubilaciones vitalicias, en tanto cientos de miles de trabajadores que estarían dispuestos a volver a subirse al andamio, o a trabajar a pleno sol y lluvia en la construcción de carreteras, por ejemplo, a seguir muriéndose de asco en la estacada paralizante del paro.
Porca miseria.
Gran Canaria, noviembre de 2011
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