Francisco González Tejera * / Artículo de opinión.- La depredación del territorio canario por la especulación en connivencia con la clase política, ha causado uno de los mayores desastres ecológicos de la historia. El típico espabilado que empezó en los años 60 con cuatro tractores y se convirtió en un “pocero” cualquiera, siempre dispuesto al negocio y el trapicheo para cargarse playas, barrancos o espacios protegidos y enriquecer cada día más sus cuentas corrientes en los paraísos fiscales. Personajes ahora potentados de la “sociedad canaria” y muy bien considerados en los despachos del poder, que han causado un daño irreversible a un patrimonio natural de toda la humanidad, danzando entre la codicia y el egoísmo ilimitado, para pasar por encima de la identidad y la dignidad de todo un pueblo.
Estos herederos directos de los genocidas que conquistaron Canarias esclavizando y exterminando al pueblo aborigen, han ido mostrando su rostro criminal en distintas fases de una historia de represión, muerte, destrucción medioambiental, derecho de pernada y esclavitud. Sabiendo en cada momento reciclarse y metamorfosearse según la situación, con la idea clara de ganar mucho dinero y pisotear los derechos de los más humildes.
Es de agradecer la inmensa trayectoria del movimiento ecologista canario que ha sido capaz de confrontarse contra esta banda de ricachones sin escrúpulos, llegando a parar autenticas aberraciones urbanísticas en lugares tan emblemáticos como el Barranco y Playa de Veneguera o el espacio natural de Las Charcas de San Lorenzo en Gran Canaria entre otros.
La lucha tiene muchos sentidos, la batalla sin tregua por los derechos de la clase trabajadora y de todos los seres vivos del planeta. Hay lugar para todo en la mochila de un revolucionario, es amplia y ajena, pudiendo cada cual escoger el sendero elegido para cambiar el mundo: El Movimiento 15M, los pueblos indígenas, la solidaridad internacional, los animales no humanos, la preservación de los océanos, las selvas tropicales, los bosques de pinos de Inagua, de Anaga, de Fuencaliente, de cualquier rincón de esta nave cósmica en su viaje infinito. Por todos merece luchar sin descanso hasta la victoria.
Francisco González Tejera
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http://viajandoentrelatormenta.blogspot.com/2011/10/terrorismo-ecologico-en-canarias.html
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