El regreso del senador putero / Canarias Semanal.- Por Eugenio Fernández*. El presidente del Cabildo se vio obligado a dimitir hace apenas dos meses por el monumental escándalo que comenzó en un prostíbulo y concluyó en una comisaría madrileña.
Durante unos días del pasado mes de julio el presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, alcanzaba una popularidad en todo el Estado que seguramente jamás llegó a imaginar. Repentinamente, el desconocido senador canario ocupó páginas destacadas de los diarios de mayor difusión y hasta se ocuparon de sus "hazañas" en algunos de los programas de la televisión basura de mayor audiencia. Y no es que Curbelo realizara alguna aportación relevante en la Cámara Alta, donde muy pocos recuerdan haberle oído abrir la boca para justificar su abultado sueldo de senador. La repentina fama del político que es dueño y señor del predio gomero desde hace ya más dos décadas estuvo motivada por actividades mucho menos edificantes.
Como se recordará, Don Casimiro decidió terminar el fiestorro que él, su hijo Adays y un amigo de éste último se dieron una calurosa noche de verano en Madrid, para celebrar el fin de carrera de los dos jovencitos, en un prostíbulo de la capital. Seguramente nadie se habría enterado del "viril pasatiempo”, si padre e hijo no hubieran armado la bronca del siglo en la "sauna" a la que acudieron a desfogar sus instintos. Pero la avenida pareja familiar acudió al club de alterne bajo los efectos de una monumental borrachera y ambos se portaron -según manifestó uno de los camareros del local- como auténticos macarras. Entre insultos y desprecios a las prostitutas, el hijísimo de Casimiro llegó a expresar despreciativamente que "se meaba en las putas" y padre e hijo acabaron enzarzados en una pelea con otro "cliente" del prostíbulo "El hijo de este señor se comportó como un macarra, mientras su padre y un amigo bebían en la barra", indicó el encargado del prostíbulo. "Se puso –añadió refiriéndose a Adays Curbelo– a enseñar los abdominales a las chicas, a increparlas y hasta a meterse con algunos clientes. Cuando uno de ellos le recriminó al joven su actitud, el padre y su amigo saltaron, pero no para reprenderlo a él, sino para meterse con el cliente".
Finalmente los curbelo fueron expulsados del "Gola chicas". Creyendo, quizá por los efluvios etílicos que le rebozaban el cuerpo, que estaba aún campando por sus dominios gomeros, Don Casimiro se encaminó entonces hacia la comisaría más cercana. Un prócer de su importancia –estimaría seguramente el presidente del Cabildo de La Gomera– siempre podría contar con la fuerza pública para dar un escarmiento a quienes habían osado tratarlo como a cualquier mindundi. Los planes, no obstante, se le empezaron a torcer cuando los policías le instaron a que pusiese una denuncia, si lo estimaba conveniente, y dejase que el asunto siguiera su curso natural.
Fue entonces cuando padre e hijo montaron definitivamente en cólera, ofreciendo la versión más barriobajera del celtibérico "usted no sabe quién soy yo". "Soy senador y vosotros más que policías sois unos terroristas, unos borrachos. No sabéis con quién estáis tratando, soy del Senado, voy a acabar con vuestras carreras", les espetó a los policías el barón del psocialismo canario. "Me quedo con vuestras caras" –continuó en el mismo tono macarra Curbelo. "Os deseo que os muráis todos de cáncer", "sois unos borrachos hijos de puta" o "tú eres un pringao y estás hablando con un senador, no me des la espalda" son otras de las frases recogidas en las diligencias del Cuerpo Nacional de Policía. En la lista de lindezas del político no faltaron tampoco los insultos racistas. "A mi no me detiene un moro" –cuentan que le soltó a uno de los agentes con la ira del cacique frustrado.
El escándalo fue tan mayúsculo, que desde Ferraz presionaron para que Curbelo dimitiese de su puesto como senador, retirándose a sus dominios gomeros. No estaba el horno preelectoral para estar ofreciendo semejante ejemplo. Ahora, apenas dos meses después, el nombre de Curbelo vuelve a sonar como más que posible candidato del PSOE al senado por la isla colombina.
Según fuentes próximas al partido socialista canario, Curbelo tiene todas las papeletas para volver a ser el candidato del PSOE al Senado el próximo 20 de noviembre. Para ello debe nombrarlo la ejecutiva insular de su partido –bajo su absoluto dominio– el comité regional, donde no se esperan problemas, y refrendarlo la federal. Entre los principales defensores públicos del restablecimiento total del prohombre gomero se encuentran el ex alcalde de Las Palmas de G.C. Jerónimo Saavedra. Pocos días después de que estallara el escándalo estival de Curbelo Saavedra salía a la palestra pública para defender a su conmilitón porque –en su opinión– “irse de putas no era algo que debiera tener trascendencia política”. Una actividad que el ex presidente del PSC comparó con “vestirse de mujer”. El pasado 11 de septiembre Saavedra volvía a pronunciarse sobre este asunto, defendiendo que Curbelo se presente de nuevo al Senado. “Por cuánto tiempo se tiene que pagar políticamente por un hecho particular, por grave que sea o no sea”, aseguró el político psocialista.
Pero, si en las filas de su partido ha sido Saavedra el encargado de preparar el terreno para que lo del pasado verano no le cueste a Curbelo nada más que un simple sustillo, en el ámbito mediático se ha convertido en abanderado del Don Gomero nada más y nada menos que el periódico El Día. En el curso de las últimas semanas, el diario del ultraderechista Don Pepito, ha dedicado varios artículos a la causa del barón psocialista Dando por confirmado en el último de ellos, “Casimiro de ida y vuelta”, la vuelta de Casimiro Curbelo a las listas al senado en las próximas elecciones del 20N.
* Eugenio Fernández – Redacción Canarias Semanal
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