Caso 'Piedad' / El Digital de Madrid.- Por Paula Ballesteros. Nada que yo pudiese escribir sería tan justo y explícito como las noticias que desde PRODENI recibo documentando los casos que en defensa del menor pasan por sus manos. Piedad es una niña apartada de su familia biológica por necesidad. No todos los padres merecen el secuestro institucional de sus hijos pero tampoco los hijos merecen estar con una familia biológica que ponga en peligro su salud tanto física como moral.
Familias de acogida sustituyen a las biológicas declaradas como no aptas para responsabilizarse de sus hijos. El gran problema que representan estas medidas adoptadas por Bienestar Social, es que no demuestra la investigación necesaria de cada caso.
Mientras otras familias reclaman a sus hijos arrancados de su entorno basados en informes psicosociales dudosos como poco, madres de acogida como el caso de Soledad Perera, pelean durante años contra el sistema, para que Piedad termine con la condena de pasar su infancia hasta los 18 años, recluida en un centro tutelado como tantos otros niños. Niños injustamente apartados, niños como Piedad necesitados de alguien dispuesto a luchar para darles lo que la vida les ha negado.
La niña ha pasado desde la casa cuna al seno de la familia que recuperó para ella el entorno y amor que todo menor necesita. Cuando la menor estaba adaptada a su nuevo hogar, se la interna nuevamente en un centro en el que tiene que olvidar cualquier apego social y sentimental, en su corta vida ha pasado por cuatro centros.
Su condición es la de un menor tutelado, dependiente del estado que la mantendrá hasta los 18 años, apartado de esa misma madre biológica declarada no apta. Piedad si tiene quien la reclame y luche por ella, Soledad Perera la que ha representado para la pequeña de nueve años, todo lo que una buen a madre representa para su hijo, sigue luchando en espera de que el sentido común y el bien superior del menor encuentren la solución definitiva para esta niña que se merece todo lo que ella le brinda.
A la niña se le concedieron visitas y comunicación con su madre biológica, que la reclamo cuando la niña estaba en pre adopción, pero que ahora se le han vuelto a retirar por lo pernicioso que resulta para la niña.. La infancia de esta menor carece de vínculos sentimentales como todos los menores en situación de abandono. Soledad Perera lucha porque esta niña tenga los que ella le ofrece.
PIEDAD YA NO RECIBE VISITAS DE SU MADRE. SE HA ROTO LA CONDICIÓN POR LA CUAL DEBE SEGUIR INTERNADA EN UN CENTRO DE PROTECCIÓN.
La espiral de despropósitos y fracasos de las instituciones continúa en torno a la niña "Piedad", y ahora lo protagoniza la noticia de la ruptura de comunicaciones con su madre biológica, que ya no va a verla debido al deterioro personal y social que padece, lo que agrava su anterior condición de incapacidad para tenerla consigo, finalizando una relación que parece irreversible.
El Juzgado de Familia nº 3 de la capital grancanaria había decidido en noviembre 2010 desestimar el cese del desamparo institucional que solicitaba la letrada de la madre biológica, decidiendo asimismo que la niña continuara en el centro de protección, permitiendo las visitas de la madre por el vínculo afectivo existente entre ambas.
En la práctica eso significaba convertir a Piedad en cautiva y rehén a cuenta de un vínculo que expertos consideran desnaturalizado y pernicioso si no se desenvuelve inmerso en un intercambio comunicativo entre padres e hijos de carácter positivo y beneficioso para la estabilidad y crecimiento madurativo del menor, que no es el caso de Piedad, en cuanto que, además, los propios informes reconocían desajustes en su evolución afectiva y emocional, sobre todo en la expresión de sentimientos de carácter negativo, estableciendo con su madre "un vínculo emocional" que no era sano, entre otras razones, porque Piedad ha terminado por asumir un "rol protector" que no le corresponde a su edad.
Esa decisión de perpetuarla en un centro de protección condicionándola a un vínculo afectivo con una persona con la que no puede convivir ni relacionarse, e impedirle otras alternativas, fue una vuelta de tuerca más en el encadenamiento de atropellos y vulneración de derechos de la niña, quien, con cerca de 10 años de edad, es el dedo acusador de un sistema donde se lleva la palma el Gobierno de Canarias, negado a cal y canto a romper el maleficio que se ha hecho caer sobre la menor, y a no dejarla remontar el vuelo para que vuelva a contactar con la gente de La Orotava.
Ahora a Piedad no le queda más recurso en la familia biológica que una abuela que se ha desentendido, que hace dos años y medio echó de su casa a la niña con su madre, que, desde entonces, con evidentes muestras de que no quiere a su nieta, no se ha vuelto a interesar ni preguntar por ella, que tiene a su propia hija mendigando por la calle, y que no hay vínculo afectivo entre ella y Piedad.
¿Qué va a hacer la Dirección General de Protección del Menor y la Familia? ¿Empujará a la abuela a sustituir a la madre en las visitas, creándole un nuevo problema a Piedad? ¿Es que no es suficiente el rosario de cambios, desestabilización y frustraciones que le están haciendo sufrir desde aquel desgraciado 10 de mayo 2007 al sacarla de La Orotava?
¡PIEDAD A LA OROTAVA, QUE ES DONDE TIENE QUE ESTAR!
Por su parte, Prodeni, se ha puesto en contacto con la Fiscal de Sala Coordinadora del Menor de la F. G. E., Consuelo Madrigal, trasladando petición para que se inste a la Fiscalía canaria a intervenir facilitando a Piedad contactos con La Orotava, y que la ayuden a recuperar su memoria afectiva, única salida digna y viable pensando en su presente y en su futuro.
Recientemente de la Fiscalía General del Estado se comunicó a Prodeni que la Fiscalía de Canarias había dispuesto llevar a cabo un seguimiento permanente sobre Piedad, con disposición de ir "barajando cuantas posibilidades permita la legalidad vigente para adoptar la decisión más adecuada a su supremo interés". El sentido común de la inmensa mayoría lo tiene muy claro: El Supremo interés de Piedad es que vuelva a La Orotava.
Gracias a José Luis Calvo Casal, portavoz de Prodeni[1], por toda la información previa. Soledad Perera, madre de acogida, lucha por Piedad con la fuerza que solo dan los verdaderos sentimientos.
Juicio tras juicio se enfrenta contra los servicios sociales, intentando conseguir que Piedad tenga el hogar y el amor que ella le ofrece. La niña con nueve años, está condenada a la estancia en un centro tutelado hasta la mayoría de edad. Está demostrado que ni la madre biológica ni nadie de su familia son aptos para hacerse cargo de esta niña y dotarla del entorno que cualquier menor merece. Éste es su testimonios, en primera persona.
AUNQUE ME TRATEN COMO A UNA DELINCUENTE
Por Soledad Perera
Decirles que intentaré ir a ese juicio (el cuarto por la misma causa penal –desobediencia- en tres años…suspendidos, o anulados pero a los que he tenido que asistir y sentarme en el banquillo de los acusados) con dignidad y orgullo, no con prepotencia y desafío, actitudes que nunca he practicado porque no me nacen.
Mi organismo, mi salud, y todo lo que pueda acarrear una situación límite como ésta están resentidos pero mis principios y criterios los tengo claros, mi conciencia también. Me siento tranquila porque protegí y amparé a una niña que aprendió a ser feliz a nuestro lado. Que dejó de tener miedo a la oscuridad y supo lo que era el calor de una familia. Su dicha fue efímera como la vida de las mariposas y su condena impuesta legalmente es ahora la de vagar por laberintos institucionales y, quizás más adelante, repetir el patrón de conducta que las propias instituciones le han reforzado como ejemplo.
En este país, o concretamente en este archipiélago, algunos a la hora de aplicar lo que entendemos por justicia castigan a aquel que respetó los sentimientos, los vínculos, los afectos… la salud, de un niño o una niña, amparándose en derecho como pudo y con la desventaja que, siendo parte legal en el procedimiento, jamás fue escuchado ni citado, como fue mi caso.
Todos, absolutamente todos los documentos que se presentaron durante el largo proceso referidos a la pequeña hablaban de su enorme arraigo con esta familia y anunciaban el fracaso y el grave riesgo al que la abocaba un cambio de situación. En todo momento, ante los mandatos de entrega, se presentaron los documentos necesarios, fuesen recursos de reposición, apelación, amparo y los informes médicos y de especialistas además los de la propia Dirección General del Menor que caminaba a nuestro lado e, incluso, nos adheríamos mutuamente en la defensa del caso. Otra cosa es que todos estos Documentos que figuran en el procedimiento civil no se hayan tenido en cuenta antes ni ahora para el tema penal. Tal vez si hubiésemos sido unos tremendos delincuentes se hubiesen apreciado, valorados o tenidos en cuenta.
El ensañamiento que estoy sufriendo, en mi opinión, es un castigo público por no haber cedido de entrada a entregar a la pequeña como si se tratase de un paquete de mensajería y, sobre todo, por acudir en un momento límite, a los medios de comunicación. La pequeña había entrado en nuestro hogar en la modalidad de preadopción y esto supone la despedida de sus compañeros del centro de menores y la entrada en el seno de una familia, en la gran mayoría de los casos, para siempre. Los peores pronósticos se han cumplido y el tiempo, una vez más, ha sido el mejor testigo y el juez implacable.
Todo este calvario empezó en el 2005 y a cuatro años de su comienzo no sólo tengo que sufrir por Piedad imaginándome como se despierta cada día, lo qué se le pasa por la cabeza, como son sus largas noches de soledad repletas de interrogantes, cuántas veces se pregunta por qué la abandonamos…no sólo a esa tortura estamos condenadas sino, por si es poco, la propia Justicia, ésta que no ha procesado a quien la abandona, castiga a la que la protegió y la hizo feliz e intenta hacerle pasar un sufrimiento irreparable a mi otra hija pequeña, tan feliz siempre como lo fue Piedad.
El Tribunal Supremo, en su conocida y reciente sentencia sobre la niña en preadopción de Toledo, dejó claro lo que significa EL INTERES SUPERIOR DEL MENOR a la hora de su aplicación y contempla cada punto de lo que nosotros defendimos y respetamos que fueron entonces ignorados para Piedad (circunstancias, vínculos, afectos, salud…) pero ya este Interés Superior existía antes y se suponía que era esa su interpretación. Por la arbitrariedad hasta entonces de su aplicación surge la necesidad de especificar cuáles son esos puntos para que no existan lagunas ni haya contradicciones a la hora de su aplicación. También insiste en que dicho interés está por encima de cualquier otro por muy legítimo que sea.
A pesar de la enorme repercusión, del clamor y de la respuesta positiva de esta sociedad apoyándome a seguir en pie luchando por lo que creo justo, a pesar de esas de más de treinta mil firmas recogidas, del pronunciamiento público hasta hoy de 15 ayuntamientos de Tenerife, a pesar de la modificación de la Ley de Adopción y Acogimiento que se está trabajando en el Senado a partir de casos emblemáticos como el del Niño del Royo y Piedad…a pesar de todo ello, algunas instituciones siguen estando ciegas, sordas y mudas.
Estimados amigos, NO me siento delincuente y duele mucho que me traten como tal. Procuraré, una vez más, sentarme en ese banquillo amargo y frío, con dignidad, y ojalá tenga fuerzas para desde ahí seguir defendiendo los derechos de los más desprotegidos y vulnerables, de los niños y niñas que las instituciones les dan la espalda y les vetan los días luminosos y la estabilidad. Niños y niñas que pasarán su adolescencia cuestionando al adulto que decide por ellos y repitiendo patrones de las personas de referencia que aplauden determinados poderes.
Niños que llegarán algún día a ser adultos y, desgraciadamente, en su gran mayoría, tendrán que sentarse en el mismo banquillo que yo y pocos Jueces, pienso que estarán dispuestos a escuchar de qué forma transcurrió su infancia y adolescencia y a cuánto tiempo se concretó en sus vidas una etapa sólida y un afecto estable, digno de sus personas.
- Pinchando AQUÍ puedes firmar en apoyo a esta causa
- Pinchando AQUÍ puedes acceder al libro de Soledad Perera sobre el caso
[1] Si necesitas la ayuda de Prodeni, en este enlace tienes manera de contactar
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