Eloy Cuadra Pedrini / Artículo de opinión.- Es lo que me pregunto después de ver cómo me han atacado desde un lado y desde el otro en pocos días, por apoyar una iniciativa a favor del voto nulo como expresión clara de la desafección de los ciudadanos a la clase política. Desde el lado izquierdo, un famoso periodista del que guardaré su nombre, argumentando que esta campaña es de ultraderecha, y desde el lado derecho el señor González Jerez, hablando de mesianismo aventurero, de fascistas y maoístas en la ventana abierta que tiene en el Diario de Avisos. No lo entiendo, y además me parece poco valiente en este segundo caso, porque el señor Jerez estuvo conmigo en una tertulia radiofónica en la Ser hablando de esto, durante casi una hora, y no le vi argumentar nada de lo que comenta en su artículo, quizá porque en la emisora habría tenido la oportunidad de responderle y sus argumentos no se habrían sostenido.
Me obligan así a responder por aquí, pero en esta ocasión no les voy a responder yo, lo hará alguien que ni siquiera conozco, un ciudadano anónimo que se acercó a un foro de internet y dejó escrito algo a propósito de esta campaña por el voto nulo, una campaña que como ven no es tal, ni es mía, pues circula libre por las Islas para que cada cual la tome si le apetece y la haga suya, como de hecho así está ocurriendo.
Y el anónimo lector dejó escrito lo siguiente:
“Está claro que vamos a encontrar infinidad de razonamientos sobre la utilidad de nuestro voto, utilidad entendida en términos estadísticos, o sea, en el mero recuento y asignación de los votos a una u otra fuerza. Más allá del valor estadístico, se está demostrando una y otra vez que la verdadera utilidad de nuestro voto es la de servir como coartada para la legitimación de cualquier política, sea o no la adecuada, sea o no la prometida. ¿Acaso votar a la izquierda nos garantiza un mejor reparto de la riqueza, cuando desde el poder se esgrime la ineludible supeditación a los mercados y la consecuente pleitesía a los poderes económicos?
Parto de la base de que cualquiera que sea mi voto (partidos mayoritarios, partidos minoritarios, en blanco o nulo), su valor va a ser puramente testimonial y a menudo usado como moneda de cambio para lograr estrambóticos pactos para el reparto del poder. ¿De qué sirvió en Canarias votar a la opción mayoritaria en las pasadas elecciones, si está gobernando la tercera, con un 17% de los votos? ¿De qué sirvió votar a partidos minoritarios que, a pesar de obtener un significativo número de votos, no accedieron a ningún escaño gracias a la ley electoral?
Consciente de que mi voto nulo no tiene ningún valor como voto en sí, estoy convencido de que tiene mucho valor como PROTESTA. Quiero protestar. En la calle, en los foros y en todos los medios que se pongan a mi alcance. Y hacerlo en una papeleta depositada en una urna y en el acto supuestamente más solemne de esta falsa democracia, me parece una oportunidad inmejorable.
Yo votaré nulo. No para incidir en el recuento, sino para hacer mi protesta claramente visible.”
Creo que está dicho todo, así que no tengan miedo y sigan ustedes con sus campañas a favor de sus partidos que ya seguiremos nosotros con la nuestra y el día 22 veremos qué pasa. Igual nos llevamos una sorpresa.
Eloy Cuadra Pedrini
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