Réplicas / Cristóbal García Vera – Canarias-semanal.- El pasado lunes, 4 de abril, el economista y politólogo Vicenç Navarro enviaba una carta a la publicación digital Kaosenlared con la que pretendía “responderme” y “denunciarme” por una alusión hecha a su persona en nuestro artículo “El diario Público o la estafa ideológica del social liberalismo”. Referencia que – según el profesor Navarro – fue hecha en “términos claramente injuriosos y maliciosos” y construida a base de “mentiras y manipulaciones”. Mucha enjundia atribuye el Sr. Navarro, desde luego, a lo escrito en la breve alusión que se le dedica en dicho artículo. Su misiva, no obstante, lejos de contestar a lo que en ella se afirma, constituye un ejercicio de hermenéutica literaria tan libre que, finalmente, se convierte en una réplica sin auténtico destinatario. Salvo, acaso, los propios fantasmas del profesor. Tengamos, pese a todo, la suficiente paciencia como para escudriñar el texto de la polémica a la búsqueda de las supuestas “calumnias” apreciadas por el Sr. Vicenç Navarro en su original exégesis.
“Al tiempo -escribimos en el artículo de marras- el diario de "izquierdas" (Público) ha contribuido también a aumentar la popularidad de autores sin duda serios y rigurosos pero declaradamente socialdemócratas, como el economista y politólogo Vicenç Navarro. Sin que prácticamente nadie parezca caer en la cuenta de la evidente paradoja que ello supone, Navarro - que tiene a gala haber trabajado para la secretaria de Estado de EE.UU. Hillary Clinton -, y otros analistas de su misma tendencia, se han ido convirtiendo en los referentes teóricos de un buen número de anticapitalistas y conquistando un espacio privilegiado en las publicaciones electrónicas alternativas”.
Afirmar que el Sr. Vicenç Navarro es un “socialdemócrata declarado” no equivale, precisamente, a descubrir el Mediterráneo. Se trata tan solo de un hecho conocido que –sin ser necesario – él mismo reafirma en la respuesta que nos dirige. En ella, el profesor Navarro asegura que “no le ofende” ser socialdemócrata, “aunque es consciente (de) que Cristóbal García Vera intenta ser ofensivo en su descripción”. Obviamente, nada podemos hacer para modificar una percepción tan subjetiva como ésta, después de haber acompañado nuestro enunciado -meramente descriptivo- con el reconocimiento del carácter “serio y riguroso” de la producción teórica del Sr. Navarro. Tal reconocimiento, empero, no es óbice para subrayar otra evidencia que hemos podido constatar como consecuencia de nuestro trabajo. Actualmente, son abrumadoramente mayoritarios en las publicaciones digitales de izquierda los análisis sobre la crisis económica mundial realizados desde una perspectiva keynesiana. La paradoja de la que, en efecto, pocos parecen haberse apercibido, salta a la vista. Los anticapitalistas de diverso signo que acuden a estas publicaciones encuentran como principal referente las interpretaciones de una escuela nacida para tratar de resolver los “defectos” del Sistema, con la intención de que éste se sostenga indefinidamente. Aprovechando una visita que realizó a la isla de Gran Canaria el pasado verano, tuvimos la oportunidad de departir sobre este particular con el economista y marxista argentino Jorge Beinstein. Coincidiendo con nuestra apreciación, Beinstein consideraba este hecho como un “desfase” habitual entre el creciente movimiento social y político que cuestiona radicalmente el capitalismo y la traducción teórica de estas aspiraciones. En nuestra opinión, no resulta descabellado conjeturar que –al menos en el Estado español – tal desfase es un reflejo ideológico de la propia debilidad política y organizativa de la izquierda que no se conforma con intentar remendar “lo que hay” o con recuperar un Estado del Bienestar edificado sobre la explotación de tres cuartas partes de la población mundial y la depredación creciente de los recursos del Planeta. También en este punto nuestra referencia fue estrictamente descriptiva. Añadimos ahora –sin descartar otras plausibles causas - que si la demanda de explicaciones sobre la naturaleza de la Crisis es cubierta por autores keynesianos es, muy posiblemente, porque - al contrario de lo que sucedía en décadas pasadas- hoy escasean los análisis sobre la sociedad española efectuados por economistas o sociólogos marxistas. Uno de los retos pendientes de la izquierda anticapitalista es, creemos, el de rearmarse teóricamente - asumiendo también, de manera crítica, los aportes efectuados por cualquier tradición de pensamiento-. Objetivo que -la aclaración debería resultar a estas alturas innecesaria- no se alcanza ejerciendo ningún tipo de censura sino, por el contrario, fomentando el estudio, la publicación y el debate abierto. Nada más se puede añadir acerca del breve texto en el que se menciona al Sr. Navarro y en el que éste ha visto “insidias” “que traspasan cualquier criterio ético”. No quisiéramos, sin embargo, dejar sin respuesta ninguna de las acusaciones infundadas que nos dirige el profesor.
Parece haber provocado una especial ira en el Sr. Vicenç Navarro la acotación en la que mencionamos que “tiene a gala haber trabajado para la secretaria de Estado de EE.UU. Hillary Clinton”. Demostrando poseer una extraordinaria imaginación, el economista asegura que con ella “hemos insinuado de una manera francamente repugnante que ha estado asesorando al departamento de Estado de EE.UU., con el objetivo de hacerlo cómplice de las políticas de este departamento”. Verdaderamente, el Sr. Navarro puede llegar incluso a sostener, si lo desea, que nuestra aviesa intención era hacerlo cómplice de los ataques de la OTAN contra la antigua Yugoslavia. Lo cierto es, no obstante, que la frase que lo indigna dice exclusivamente lo que cualquiera puede leer en ella. Que el profesor Navarro tiene a gala haber trabajado para Hillary Clinton, quien es hoy Secretaria de Estado de los EE.UU. Este trabajo para la administración de Bill Clinton lo llevó a cabo, algo efectivamente bien conocido, como miembro de la comisión para la reforma sanitaria presidida por la belicosa política del Partido Demócrata. A este respecto, apunta el Sr. Navarro que “hay una distinción” entre aquella Clinton con la que él colaboró y la Clinton secretaria de Estado de EE.UU. “demasiado compleja para mi entendimiento”. Asumimos, en parte, su aseveración. Nuestra incapacidad para establecer este tipo de dicotomía no es, sin embargo, de tipo analítico, sino esencialmente moral.
Somos incapaces, en efecto, de asumir tales distinciones. De aceptar, por ejemplo, que exista una “diferencia” entre los partidos del tripartito catalán que desempeñan su actividad en esta región – y que han recibido el reiterado apoyo público del Sr. Navarro (1) - y estos mismos partidos cuando se suman al carro de la agresión imperialista contra Libia. O una diferencia entre el Zapatero de la Ley de Dependencia y el que envía las tropas españolas a Afganistán, al citado país africano u ofrece el puntal diplomático español a la ocupación marroquí del Sáhara Occidental. Es esta sana intransigencia moral, lo confesamos, la que no nos permite concluir – con el Sr. Vicenç Navarro – que los responsables de semejantes tropelías constituyan la “izquierda” española y catalana.
Por último, el Sr. Navarro – que nos acusa también gratuitamente de “identificarlo con el socioliberalismo” – supone que desconocemos su “extensa bibliografía criticando el comportamiento de la socialdemocracia”. Yerra en este caso el profesor. Seguimos con interés cuanto publica pues, al contrario de lo que parecen suponer algunos, la crítica a los planteamientos socialdemócratas – que por otro lado no realizamos en el artículo que ha provocado esta polémica – no es sinónimo de “sectarismo”. La nuestra, por supuesto, no es una lectura reverencial –tampoco lo es con los autores de tradición marxista –. Sin negar el incuestionable valor de muchas de las aportaciones del Sr. Vicenç Navarro, discrepamos de sus supuestos básicos y de sus principales conclusiones teóricas y políticas. En cuanto a estas últimas, no creemos –como el profesor– que el previsible declive del PSOE, si no cambia sus políticas neoliberales, sea “un hecho sumamente negativo para el país”, que “debilitará a todas las izquierdas durante mucho tiempo”. (2) Por el contrario, nos parece que hay evidencias suficientes para contra argumentar, fundadamente, que las izquierd
Acotaciones finales sobre algunas respuestas esperadas y otras imprevisibles
Para concluir esta breve contrarréplica, una última aclaración sobre las reacciones provocadas por nuestra alusión al Sr. Navarro. A la hora de escribir el artículo “El diario Público o la estafa ideológica del social liberalismo”, no se nos escapó que la somera mención no panegírica al reconocido politólogo podía suscitar el rechazo de una buena parte de nuestros potenciales lectores. Tuvimos en cuenta, incluso, la posibilidad - afortunadamente falsada por los hechos –de que las revistas digitales a las que fue enviado el texto decidieran no publicarlo. Y es que, también en la izquierda, es abrumadoramente dominante la concepción de que determinadas figuras icónicas se han ganado el derecho a estar más allá de cualquier crítica. De acuerdo a esta perjudicial creencia, no es ético que el común de los mortales ose cuestionar en lo más mínimo a dignidades académicas, líderes revolucionarios, autores consagrados o secretarios generales. Tal “privilegio”, en todo caso, estaría reservado a otros tribunos del pueblo situados a su misma altura. No nos sorprendió, pues, la legión de comentaristas que en Kaosenlared decidió lanzarse al ruedo, indignados por el atrevimiento y haciendo suyas todas las acusaciones del Sr. Vicenç Navarro sin analizar si realmente su agria “denuncia” estaba justificada.
El Sr. Navarro nos acusa, nada más y nada menos, que de ser un “sectario” “agente de (la) represión”. Y lo hace justamente antes de sugerir a los compañeros de Kaosenlared que “sean más exigentes con sus colaboradores”. Es decir, que veten a señores cuyos “comportamientos - apunta finalmente - debieran erradicarse sin ningún tipo de tolerancia dentro de las izquierdas”. Ninguno de sus incondicionales, por supuesto, logró apercibirse de la inconsistencia argumental de quien pretende representar la moderación y el pluralismo, frente al “fanatismo izquierdista”, echando mano de la tristemente conocida “tolerancia 0”. En cualquier caso, insistimos, contabamos con tales reacciones.
Confesamos, en cambio, la enorme sorpresa que nos produjo comprobar como el Sr. Manel Márquez – fundador de Kaosenlared – decidía bajar también a la arena para ejercer como fiscal acusador de un “reo” al que ni siquiera conoce. Si su intención era defender la pluralidad de Kaos – sin duda una de sus principales virtudes – hubiera bastado que el Sr. Márquez aclarase al profesor Navarro que quien escribe estas líneas no es más colaborador de ese digital que cualquiera de las miles de personas que auto publican en él sus artículos. Sin embargo, el Sr. Manel Márquez consideró necesario tomar partido, asegurando que “la dignidad que ha demostrado Vicent Navarro respondiendo a estos insultos en nuestra web, que es la suya, ya la querrían para sí algunos componentes de la izquierda “viejuna” incapaz de encajar una crítica y reconocer un error”. La “dignidad”, en este caso, podría traducirse como la encomiable modestia demostrada por el Sr. Vicenç Navarro al rebajarse a contestar a un “nadie”, ya que en su misiva el profesor hace cualquier cosa menos “encajar la crítica” o “reconocer algún error”. En lo referente a los “insultos”, solo se nos ocurre que el Sr. Márquez considere como tal el atrevimiento antes mencionado.
Lo más sorprendente de la diatriba del Sr. Manuel Márquez, con todo, viene después:
“Parece mentira – afirma el fundador de Kaos - que estas gentes después de ver fracasar su "socialismo" de cuartel autoritario y burocrático y de aplaudir incluso al capitalismo chino con tal de seguir creyendo en unas razones finiquitadas, vengan ahora a dar lecciones a una persona que jamás ha ocultado sus planteamientos socialdemócratas de izquierda y que ha sido capaz de defenderlos con coherencia y notable capacidad analítica”.
Resulta incluso desolador observar la ligereza con la que el Sr. Márquez categoriza, refiriéndose a “estas gentes” - ¿los comunistas, los anarquistas, los discrepantes? -, en un tono que recuerda, lamentablemente, al de quienes han tratado de criminalizar a Kaosenlared. Aunque no menos preocupante se nos antoja que el fundador de una web que se caracteriza por posibilitar el contraste libre de ideas estime que sólo los defensores del “socialismo de cuartel autoritario” y, por si fuera poco, del “capitalismo chino”, pueden ser hoy tan “viejunos” como para atreverse a cuestionar los planteamientos socialdemócratas. Estamos seguros de que el Sr. Márquez - que concluye su comentario de adhesión al profesor Navarro aclarando a los “honestos socialdemócratas de izquierda que su anticapitalismo también tiene cabida en esta casa”, como si alguien hubiera solicitado que se les excluyese- será capaz de reconocer lo apresurado de sus consideraciones.
Por nuestra parte, seguiremos ejerciendo la crítica respetuosa desde una óptica anticapitalista, con nuestras modestas fuerzas y desde la trinchera en la que por el momento nos ha tocado lidiar contra la barbarie del Sistema. Así como tratando de convencer, siquiera a los más próximos, de que esta actividad no debe ser lujo reservado a unos pocos académicos, sino un derecho de todo militante, activista social o simple ciudadano que realice el esfuerzo de informarse y formarse. Como un gaje más del “oficio” aceptamos las posibles incomprensiones y los ataques inherentes a este empeño. Y estamos dispuestos a defender nuestra falible labor allí donde sea necesario.
Notas y referencias bibliográficas:
(1) Ver, como muestra de este apoyo, los artículos: “La campaña mediática contra el tripartito en Catalunya (y en España)”. El plural. 8 de noviembre de 2010. "El Tripartito, buena gestión con mala prensa". Diario Público. 12 de noviembre de 2010 “¿Qué ha pasado en Catalunya?” Diario Público. 6 de diciembre de 2010.
(2) De esta manera concluye una crítica a la deriva derechista del Ejecutivo del PSOE realizada por el profesor Vicent Navarro en el artículo “¿Es el gobierno Zapatero socialdemócrata?”.
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Fuente: http://www.canarias-semanal.com/ravicentnavarro.html
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