Fernando Báez / Artículo de opinión.- Cuando tantos premios se dan, y esto en el Gobierno, en el cabildo, en los Ajuntas y mientos, en mil otros sitios, y te los hacen hijos adoptivos, y les dan el título de hijos predilectos, y figuras un millón, con diploma y discursos de rigor, con fotos y biografías –anodinas en la mayoría de los casos, y en el que por el simple cumplimiento de su deber, en alguno- según la profesión, digo y repito sorprende, que nunca –que uno sepa- y en ningún lugar –aquí en el Tabaibal (antes Canaria)-, jamás haya recaído, ni por casualidad un premiecito en un arqueólogo. ¿Es que tan poco meritoria es la actuación del colectivo?, ¿es que como ciencia e investigación, con nada hayan dado?, ¿es que....
¿No hay nadie que elogie la labor de estos pobres hombres volcados sobre la tierra arañándola con escobilla y espátula, cargados de sol sobre sus pobres espaldas? Muy contrario, por todo ello, un servidor, sí que censura y critica la ceguera de tanto repartidor de premios, que se hayan olvidado de estos pobres, para premiar a cualquier otro con menos méritos. ¿O acaso, es tan miserable –tal vez por meter las planchas de hierro en los yacimientos, no son merecedores de distinción alguna, en cuyo caso ni censuro ni critico la labor de los jurados a la hora de premiar?
No obstante, a un servidor, le sigue llamando la atención, que un catedrático, un investigador, un doctor, varios licenciados, profesores, alumnos, etc., de la cosa esta (para no repetir), no hayan llamado la atención, para ser premiado por la labor desarrollada,y así estimular a otros y al mismo, a que sigan en ello; o, ¿es que no hay nada que reconocer en lo desarrollado por ellos?, ¿por qué cualquier mequetrefe es condecorado y ensalzado y colocado en el podio y a estos pobres del patrimonio (llamémosle así), nadie se acuerda de ellos? ¿Es así, como se apoya a este arte y profesión?
Y es que piensa uno –¡uno piensa!-, que: profesores, investigadores, gentes metida en la cultura-cultura (la Historia y antes de ella), no merecen este desprecio absoluto, a pesar de sus investigaciones o/y descubrimientos, o por el simple mantenimiento (por más que lo hayan hecho mal, pero algunas cosa –aunque pocas- han hecho medianamente bien). No se puede ni debe ignorar, el trabajo realizado por un colectivo tan numeroso, aunque suene tan poco; pero ello es consecuencia de una actuación muy burda, por parte de los señores de la administración y demás, que ciegos, no ven sino veleidades y no lo serio y enraizado en el ayer.
Sí, creo que en esto, los responsables políticos, tienen la mayor culpa, que no aprecian ni estiman esta labor científica de verdadera investigación (¿o es que temen esto desemboque en un nacionalismo canario, que les haga tambalear en sus poltronas?, ¡mucho me temo que así sea!, así es). Razón por la cual –y esta es la explicación de tanto silencio- por la indiferencia en el momento de excavar, guardar o/y preservar, como publicar sobre el tema. Total, que no se premia a los mejores (y si no repasen sus vidas y obras). Pero queda muy bonito, y mejor en el periódico, en portada e interior y por largos días, nos los van desgranando, pero a los arqueólogos los tienen relegados al almacén, juntos con y donde los restos que ellos excavan.
El Padre Báez, crítico con los arqueólogos, no deja de comprender se está haciendo con ellos, una gran injusticia, porque entre tantos malos, alguno debe destacarse por su buen hacer o decir (o éste es el problema, porque decir, decir, como si la tierra se les hubiera tragado sus lenguas); pues a pesar de ello, creo se maltrata a los arqueólogos, tanto como profesionales, como por los trabajos –que algunos- han realizado.
Fernando Báez
Comentarios