La libertad dignifica / Voto en blanco.- Algunos estudios médicos recientemente publicados sostienen y demuestran con estadísticas que la libertad, al igual que la felicidad, es saludable y que en los países libres y felices existe menor incidencia de cáncer y de otras enfermedades letales y mayor esperanza de vida que en los paises sometidos. Ser libre, además de aportar dignidad, es muy saludable, mientras que la esclavitud envilece y genera enfermedades.
La libertad, descrita por muchos filósofos como el mayor bien del ser humano, junto con la vida, no se consigue por decreto o porque lo diga un político manipulador. La conquista de la libertad requiere un importante esfuerzo diario que comienza con la información. El derecho a informar y a ser informado es uno de los derechos fundamentales del hombre porque la información libre y veraz es la única puerta por la que se penetra en los ámbitos de la libertad. Sin conocer la realidad, el ser humano se convierte en fácil presa de manipuladores y sátrapas y nunca puede ser libre.
Si usted consume prensa libre y crítica con los poderes aprenderá a conocer la realidad en su plenitud podrá tomar decisiones correctas, con conocimiento de causa, y se sentirá una persona autónoma y cargada de dignidad y derechos, además de evitar ser engañado y manipulado. Pero si únicamente consume periodismo sometido, usted será un esclavo en construcción, preparado para ser adormecido, manipulado, engañado y esclavizado. La información adulterada aplasta, limita y fabrica esclavos, mientras que la libre eleva el espíritu y engrandece, abriendo el camino hacia la libertad.
Someterse al "pensamiento único" que se estimula desde el poder y militar en las filas de lo "políticamente correcto" es, además de triste, degradante y ajeno a la dignidad humana, poco saludable porque, además de comprar cada día un trozo de alma de esclavo, usted, probablemente, acortará su vida.
Si hoy, por ejemplo, lee la prensa sometida, creerá que el socialismo español, una vez garantizada la retirada de Zapatero, se recupera y se convierte en alternativa real de un Partido Popular que parecía dirigirse hacia la victoria en las urnas, sin obstáculo alguno. Es la información dominante en una prensa cuyo interés máximo es reactivar el sistema y seguir manteniendo viva esa pugna a muerte entre los dos bandos de España, gracias a la cual ellos venden periódicos y ganan audiencia para sus noticieros de radio y televisión. Sin embargo, si usted lee prensa libre y crítica, como Voto en Blanco, podrá asomarse a otra tesis mucho más real y certera: los problemas de España no se solucionan alimentando el sistema o logrando una alternancia, sino realizando una auténtica revolución que elimine el poder desmesurado de los partidos políticos, la marginación del ciudadano y el exilio de la ética y la decencia. Descubrirá que la prensa sometida quiere que todo siga igual y que los cambios sean cosméticos, mientras que la prensa veraz le dirá que los cambios que se necesitan para crear una sociedad justa y decente son profundos y casi revolucionarios. Con un poco de suerte, también descubrirá que la información que abunda en la prensa sometida tiende a amedrentar al ciudadano y a inyectarle la necesaria dosis de miedo que les impida criticar al poder y cambiar los injustos fundamentos de la sociedad.
Otro ejemplo: si usted lee prensa controlada por el poder, creerá que Rajoy tiene un proyecto para gobernar España, pero si consume prensa libre e independiente sabrá que ese proyecto, si existe, es secreto y que los ciudadanos están siendo estimulados a votar al PP simplemente porque odian al PSOE, cuyo gobierno ha sido deleznable, sin que se les ofrezcan propuestas concretas, ni programas globales, ni ideas motrices.
Y así ocure con toda la actualidad. Cada hecho tiene un doble lectura: la libre y la esclava, la que conviene al poder y la que conviene al ciudadano.
Si la libertad dignifica y, además, es saludable, la esclavitud envilece y, además, acorta la vida.
Un último ejemplo: si usted sólo consume prensa sometida, creerá que vive en una democracia, pero si incursiona en los escasos medios libres que existen comprenderá que la democracia ha muerto en España y que ha sido sustituida, en silencio y a traición, por una oligocracia de partidos, que, sin la menor duda, es el régimen que nos gobierna en la actualidad.
11 de abril de 2011
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