Eugenio Fernández / Artículo de opinión.- “Les conmino a retirar el libelo en menos de una hora. En caso contrario iniciaré acciones legales contra ustedes. Recurriré a los tribunales”, dice Santiago.
Con no escaso asombro recibí, en la mañana del lunes 23 de marzo, un aviso de los compañeros de la redacción de Canarias-semanal sobre las amenazas del Secretario de Refundación y Movimientos Sociales de IU, Enrique Santiago, de "iniciar acciones legales" contra esta revista, por un artículo que yo escribí y se publicó el pasado lunes 21 de marzo.(1) De manera casi inmediata, me vinieron a la mente aquellos desdichados mensajeros de la Antigüedad que eran pasados inmisericordemente por el filo de las espadas por el mero hecho de transmitir noticias poco gratas a los mandamases de turno. Y es que, como cualquiera puede comprobar fácilmente, en dicho artículo me limito a reproducir informaciones recogidas en su momento en la prensa estatal, así como las opiniones que le merecen tanto el Sr. Santiago, como el Secretario de Organización de IU Federal Miguel Reneses a un sector de sus correligionarios de Izquierda Unida y el PCE. Es comprensible, desde luego, que a ambos políticos les desagrade sumamente que -como resultado de las luchas intestinas que se han desatado en esa organización política- algunos de sus circunstanciales oponentes los califiquen como “paracas con un opaco historial político que pretenden dar un golpe contra la dirección nacional de IUC”. Se entiende, igualmente, que en esa trifulca interna -que no podría resultarnos más ajena-, la acusación, cierta o falsa, provoque algún tipo de reacción contra estos oponentes. No es de recibo, en cambio que -a falta de otra cabeza visible sobre la que descargar sus mandobles- el Sr. Santiago decida arremeter, con todo el peso del mastodóntico Estado burgués que presuntamente combate, contra quien se ha limitado a recoger una noticia con indudable interés periodístico y previamente publicada -no sobra en esta ocasión la redundancia- en diversos diarios de ámbito estatal. En el caso de que lo publicado le resulte verdaderamente punible, parecería lógico que el dirigente federal de IU dirigiese “sus acciones legales” contra esos todopoderosos diarios y no contra una modesta revista digital de izquierdas del lejano archipiélago canario.
Poco más se puede decir, en realidad, en relación al contenido sustancial del texto que el Sr Santiago exigió que se retirase “en menos de una hora, eliminando totalmente su huella en Internet”, si no queríamos vernos -no ya este humilde plumilla, sino Canarias-semanal- ante los tribunales. En ese artículo se recuerda - no se descubre - que la Intervención General del Estado “detectó importantes irregularidades en las cuentas” de CEAR referidas al año 2005, cuando estaban al frente de esta entidad el Sr. Enrique Santiago y Delia Blanco, actual presidenta de los socialistas madrileños”. Lo más contradictorio de la reclamación es que el Sr. Santiago reconoce en su amenazante misiva que, efectivamente, hay unas subvenciones recibidas por esta entidad que la Intervención General del Estado exige que sean devueltas porque “no acepta” su justificación. Alega, sin embargo, en su ataque contra el mensajero, dos peculiares “argumentos”. En primer lugar, según el Secretario de Refundación de IU la cantidad real de dinero de la que se estaría hablando no asciende a “los 300.000 euros que en su día dijo el diario ABC”, sino justamente a la mitad. Unos 25 millones de pesetas. Además, sostiene Santiago que esta cantidad sin justificar en realidad “no se extravió”, sino que fue a parar a inmigrantes irregulares. Afirmación en la que se puede diferenciar fácilmente una parte contrastable -el dinero sin justificar indebidamente- de otra cuya posible verosimilitud, a falta de nuevas evidencias, depende de la confianza que cada cual deposite en los administradores de esos fondos públicos. Sea como fuere, si tiene elementos para hacerlo fundadamente y lo estima oportuno el Sr. Santiago debería dirigir sus dardos legales -insistimos en ello- contra éste y otros periódicos que -según afirma- “han difundido un libelo lanzado por el PP”. ¿No cree que esa sería una actitud más coherente que la de sugerir -como hace en su imperativo correo- que quizá queremos ejercer sobre usted la misma “pinza” que en su día -decían los medios afines al PSOE- aplicaba el respetable Julio Anguita, en presunta coyunda con el Partido Popular, contra los socialdemócratas españoles?
En suma, Sr. Santiago, quien esto escribe ni inventó ni tergiversó ningún dato sobre el episodio en el que usted se vio envuelto por sus responsabilidades en CEAR. Su esfuerzo intimidatorio, por tanto, resulta - además de moralmente deleznable - absolutamente inapropiado. Sí soy responsable, en cambio, de una consideración política incluida en mi artículo, que quizá pueda tener más interés para los lectores que nuestro particular diferendo. Me refiero, por supuesto, al fragmento del mismo en el que escribí que, “como compensación” por haber abandonado usted los CJC -la organización juvenil del PCPE- para migrar al PCE, fue posteriormente elegido Secretario General de la UJCE. Sobre este particular, aduce el Sr. Santiago que “fue elegido para este cargo en un Congreso democrático de dicha organización”, “tras derrotar su candidatura a la presentada por los defensores de posiciones eurocomunistas”. Aseveraciones que merecen al menos dos comentarios. El primero, sobre un hecho evidente para cualquiera que haya militado en un partido político o tenga ligeras nociones acerca de su funcionamiento. La existencia de elecciones internas -sólo faltaría que hubieran aplicado el método del “dedazo” en el PCE- no es óbice para que unos u otros candidatos sean promocionados previamente por el aparato de la organización. Ni para que esto suceda, frecuentemente, sin que la valía personal de los promocionados sea la única o la principal virtud que los aúpa finalmente a los cargos directivos. Pero es la segunda parte de su “defensa”, Sr Santiago, la que se me antoja más extravagante. ¿Sostiene usted que abandonó un partido marxista-leninista para ingresar en otro eurocomunista y luchar contra esta tendencia desde el interior? La pirueta, se lo confieso, sería digna de un campeón olímpico de gimnasia. Pero, sinceramente, la pretensión ya se torna inverosímil después de escucharle a usted defender públicamente -en el vídeo reproducido por Canarias-semanal sobre su intervención en la Asamblea celebrada el 13 de marzo en el municipio grancanario de Jinámar- los pactos realizados recientemente en la isla de Tenerife por IU con socialiberales escindidos del PSOE -por disputas internas relacionadas con ambiciones personales- como un ejemplo de la dirección en la que debería dirigirse Izquierda Unida para llevar a cabo su “refundación”. Y ello queriendo que nos traguemos la gigantesca “rueda de molino” de que los Viciana y Corrales “han rechazado la política neoliberal de Zapatero” ¿No constituye acaso la más lamentable verificación de hasta dónde ha llegado el proceso de socialdemocratización del PCE iniciado formalmente con el “eurocomunismo” escuchar a dirigentes como usted, o su compañero Reneses, defender que la prioridad de su organización “transformadora” es hoy hacerse con un buen pedazo del “espacio electoral” de la socialdemocracia? Meterse en el zurrón un considerable puñado de votos del PSOE, aprovechando que los “socialdemócratas consecuentes” - dicen- “se han quedado sin referente político”.
Ya en otro orden de cosas, parece haber indignado también al Sr. Enrique Santiago que no incluyésemos en su “historial” una serie de méritos de los que se siente especialmente orgulloso. En su misiva, él mismo se encarga de ensalzarlos oportunamente, utilizando con insistencia la primera persona del singular. Tan ajena a la tradición comunista -donde siempre ha primado lo colectivo- como característica de los políticos institucionales del Sistema necesitados de hacer méritos para medrar en sus carreras particulares. Sobre este asunto, y aunque la omisión haya herido el ego del Sr. Enrique Santiago, debo aclarar que en ningún caso pretendí escribir su biografía política y profesional. Me limité a dar cuenta de la información antes mencionada. Confieso, además, que desconocía algunos hitos especialmente significativos del historial del Sr. Enrique Santiago hasta que -llevado por la curiosidad de saber quién amenazaba con mandarme de cabeza a la “trena”- realicé un somero recorrido por la indiscreta Internet. Lo que descubrí, debo reconocerlo, no fue nada “opaco”, sino absolutamente diáfano y esclarecedor. Una de las pocas cosas que conocía sobre el Sr. Santiago es que disputó el puesto de Coordinador General de Izquierda Unida a Gaspar Llamazares en la VIII Asamblea Federal de esta organización. Mientras estaba inmerso en esa batalla, Santiago firmaba durísimas soflamas contra el “llamazarismo”, denunciando que IU se hubiese convertido “en un partido subsidiario del PSOE” y las buenas relaciones del entonces Coordinador con José Luis Rodríguez Zapatero. “Esta es -escribía entonces Enrique Santiago- una política que pone los intereses particulares por delante de los intereses del conjunto de IU y que llevará, a corto plazo a su extinción”. (2) Para salvar a la izquierda de tan trágico destino el Sr. Santiago se proponía, lógicamente, a sí mismo. Prometía, entre otras muchas cosas, estimular “la democracia participativa, la corresponsabilidad y la transparencia en la toma de decisiones, aboliendo las anteriores formas y métodos de la organización”.
Todas estas promesas se veían obligados a recordárselas amargamente quienes habían apoyado su candidatura cuando, después de las elecciones de la Asamblea Federal, Santiago maniobró a sus espaldas llegando a un acuerdo con el antes denostado Gaspar Llamazares. En un comunicado, el actual Secretario General del PCE José Luis Centella, Manuel Monereo, Francisco Frutos, y otros 27 desencantados, salían al paso de las críticas que la operación realizada por Santiago les estaba acarreando.
“El 25 de junio (del 2006), sin consultarnos, el compañero Enrique Santiago, en nuestro nombre, llegó a un acuerdo con Gaspar Llamazares, integrándose en la en la nueva dirección de la coalición a título personal y sin el apoyo mayoritario de su candidatura. Mostramos nuestra sorpresa porque se hable en nuestro nombre sin habernos consultado... la actitud de una minoría de compañeros y compañeras de la candidatura nos retrotrae a los métodos y formas que pretendemos abolir en el funcionamiento de Izquierda Unida... Que no hablen en nuestro nombre, en el de los que nos opusimos por coherencia al documento y a la propuesta de dirección y seguimos pensando que no todos los medios sirven para conseguir lo que se quiere... Que no hablen tampoco en nombre del PCE, nadie se lo ha pedido…”. (3)
El comunicado, que no tiene desperdicio, era publicado en la República.es y reproducido por Kaosenlared, donde otros militantes de IU y el PCE desahogaban su frustración denunciando el maniobrerismo mediante al cual, traicionando todo cuanto había defendido previamente, Enrique Santiago se había colado en un puesto de la dirección. ¿Tiene intención de querellarse contra todos sus “camaradas” y contra estos dos medios de comunicación, Sr. Santiago? Los historiales personales, Don Enrique, no pueden “borrarse” de la memoria colectiva a golpe de aparato represivo. Y el suyo, en esto sí tiene razón, parece estar “bastante nutrido”.
Para concluir, una última consideración. Rebuscar en las hemerotecas y conocer algo más sobre sus pasadas y actuales contiendas, vendettas, traiciones, componendas y chalaneos me ha servido para confirmar lo distante que se encuentra la formación política de cuya dirección usted forma parte de ser un auténtico referente para la izquierda revolucionaria que se necesita en el Estado español. Algo que, ahora ya no me cabe la menor duda, no variará sea cual sea el resultado de sus batallas internas entre facciones sin ninguna diferencia ideológica fundamental. Y menos aún, obviamente, por los hipotéticos “éxitos” que puedan alcanzar en los próximos comicios electorales.
Notas y referencias bibliográficas:
(2) “Izquierda Unida en la encrucijada”. Enrique Santiago y otros. Kaosenlared.
(3) “Comunicado de la mayoría de los miembros de la candidatura encabezada por Enrique Santiago. Este mismo comunicado”. Kaosenlared”. “La mayoría de los miembros de la candidatura de Enrique Santiago se desmarca de la decisión de éste”. La República.es.
Eugenio Fernández
Canarias-Semanal
http://www.canarias-semanal.com/amenazasdeenriquesantiago.html
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