El centenario de la Residencia de Estudiantes / Tiempo de Historia.- Por Colin Edward Donaldson*. Finalizado el año 2010, se ve que el centenario de la Residencia de Estudiantes ha pasado con una mediocridad impropia de esa institución, a pesar del presupuesto multimillonario (hasta el Ministerio de Vivienda ha aflojado, ¿no es increíble?) que la directora, Alicia Gómez Navarro, y José García Velasco, el exdirector que continúa con ella al mando reconvertido ahora en comisario del centenario, han malgastado sin lucimiento alguno. Repasémoslo. De las exposiciones se esperaba mucho más. El año empezó con el típico refrito sobre el 27 que tanto les gusta, y continuó con una ininteligible acumulación de planos de Le Corbusier, culminando con el gran fasto "100% Residencia: un tradición traicionada", perdon, "recuperada". La exposición no estuvo mal, el atleta rubio por aquí, una foto de Severo Ochoa y cuatro pipetas por allá, mucho espíritu de la casa por todas partes, Juan Ramón Jiménez, Buñuel boxeando en calzones, un par de dibujos chiquititos de Moreno Villa, las típicas fotos de Einstein y Marie Curie, vamos lo de siempre y más bien poco de todo. Quizás era mucho pedir rigurosidad, que al mencionar los laboratorios no se olvidasen del doctor Calandre, ¡mecachis!, que nos explicasen algo más de lo que se hacía en ellos, que nos dijesen si eso de los putrefactos sólo tenían gracia o eran de verdad parte de las vanguardias internacionales, y básicamente algo de la idea de cambiar la universidad española creando colleges como los británicos, vamos, lo que vendrían siendo menudencias si no fuera porque fue a lo que se dedicó básicamente la Residencia de Jiménez Fraud. En su lugar, García Velasco prefirió hablar de otras cosas en la exposición. De la guerra no, ni mencionarla, no vaya a ser que la nieta de Calandre les volviese a preguntar qué han hecho con el refugio antiaéreo, y por qué no se habla de uno de los científicos cardinales de la Residencia.
Mejor será pasar, tras un documental lacrimógeno, a las fotos de Franco y Serrano Suñer brazo en alto, que nos ponen los pelos de puta para pasar, acto seguido, a la tranquilidad y el ¡hay que ver lo bien que ha acabado todo! con las fotos de los conferenciantes de la actual Residencia. De eso sí que se les llenan las manos a García Velasco y Gómez Navarro, una pared entera con las fotos de los intelectuales que han hablado allí en los últimos años (lástima que no hayan puesto también las de las folclóricas, ministras, consejeras, banqueros y propietarios de farmacéuticas), y en frente, mezclados como si fuesen lo mismo, la revista Residencia de los años veinte y el triste boletín que hicieron en los ochenta, las obras de Ortega y Machado editados por Juan Ramón Jiménez con los libelos infumables de Gonzalo Menéndez Pidal, Soledad Salinas o Andrés Soria que publican últimamente. ¿De verdad se creen que están a la misma altura? Entre tanto delirio, a García Velasco le viene pequeño Jiménez Fraud y ya se cree que es Giner de los Ríos reencarnado, cuando solamente es un conocido secuestrador de archivos que ahora se ha metido a historiador aficionado. Por lo menos nos han ahorrado el catálogo de la exposición. [Sigue]
Del pastiche de la habitación de la Residencia "histórica" no diremos mucho, porque supongo que lo han hecho para salir en las guías turísticas de Madrid.
Y de la última sobre las batallitas de los Viajeros por el conocimiento, me perdonarán que no haga comentarios, que ya entiendo yo que la mano de Estrella de Diego en El País les venía muy bien para conseguir un par de artículitos piadosos sobre el centenario.
Han hecho también un documental que domingo sí y domingo no nos vienen repitiendo en La 2 de TVE, en el que uno no sabe si se quiere contar algo de la historia de la Residencia, o es sólo una sucesión de carteles electorales parlantes en la que los candidatos y sus curriculums aparecen sobreimpresionados entre un par de postales de la Residencia, para acabar celebrando lo bien que ha quedado el chiringuito de gafapastas que tienen ahora montado. Como la cosa no debió quedar muy cultural, la directora de la Residencia le encargó a su marido, sí, sí, a su marido, que hiciese un film sobre Lorca y Dalí, y Gutiérrez Aragón se cogió a un par de actores de series españolas para adolescentes, les puso un bigotito surrealista y quedó aquello la mar de posmoderno.
En la página web de la Residencia anunciaban que iban a republicar los libros de las sobrinísimas sobre la Resi, pero al final se les ha ido el centenario al cielo y los refritos de Margarita Saénz de la Calzada (sobrina de un residente) y Isabel Pérez Villanueva Tovar (sobrina del líder falangista Antonio Tovar) se han quedado en el tintero. ¡Menos mal!
Es una lástima que no se les hubiese quedado también en el tintero el Congresillo que montaron en junio con el dinero de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, que no fue una Nueva mirada sobre Alberto Jiménez Fraud y la Residencia, porque todos repitieron lo de siempre, sin empacho de que su conferencia tuviese o no que ver con la Residencia, o sólo repitiesen un artículo publicado hace años incluso por otro autor. Lo más sorprendente es pensar como, con la crisis que existe en España una universidad puede financiar un cursillo como este, con cuarenta o cincuenta conferenciantes, en el que se matricularon sólo 2 alumnos, sí, sí, 2 alumnos. Se ve que la presencia de exministras y escritores famosos lo compensa todo, aunque el principal experta elegida sobre la Residencia de Señoritas fuera Almudena Grandes. De las actas, bueno, todavía no se han publicado las del centenario de la JAE que fue en 2007.
Como no parece que ninguna de estas actividades vaya a pasar a la historia, ni que hayan enseñado nada nuevo sobre la Residencia, de todas las actividades del centenario me voy a quedar con la obra de teatro de José Ramón Fernández La colmena científica o el café de Negrín. Me perdonará el autor que no fuese a verla, pero no me encontraba entonces en Madrid y la foto de musical me echó para atrás. Sin embargo compré el libro y lo leí, y es justo decir que me parece una obra muy conveniente y emocionante, aunque no sé porque aparecen el profesor Ángel Llorca en el laboratorio de Negrín, y la maestra Justa Freire.
¿Exigencias del guión?
Visto el asunto yo me pregunto: ¿En qué se han gastado los millones de los proyectos de los ministerios dirigidos desde hace años por Mainer, Fussi y Sánchez Ron?
Fuera de los actos organizados por la aclamada fundación, tampoco ha cabido mucho más que destacar. Unos cuantos artículos de Cristina Calandre defendiendo la figura de su abuelo el médico Luis Calandre y del Hospital de Carabineros que este dirigió en la Residencia durante la guerra, para el que se construyó un refugio antiaéreo que al aterrizar en la Residencia García Velasco y Gómez Navarro lo derribaron sin pestañear. Esta, además ha creado una plataforma para defender la memoria de la JAE y la ILE que con la ayuda de Carmen Negrín ha conseguido que el gobierno socialisto retire al fin las inscripciones de alabanza a Franco del CSIC. Bueno, solamente han tardado treinta y cinco años de nada, y por mandato judicial.
Otro artículo de Isabel Zulueta Calvo ha retratado la pertenencia al Opus Dei de Gómez Navarro, García Velasco y la cúpula del CSIC, y las tretas con las que estos han hecho fortuna mientras manipulan la historia de la Residencia. Luis M. Ayala ha explicado la chapuza con la que se gobierna hoy en día la Residencia, una fundación bien conocida por dedicarse a secuestrar archivos y manipular la historia de la institución cuyo nombre usurpa, mientras que otra plataforma con muchos miles de intelectuales, se ha creado también este año para evitar que el nuevo Giner reencarnado derribase los edificios de la Institución Libre de Enseñanza, pero sin mucho éxito, porque al final han derribado todo.
Entre lo peor de centenario está la exposición de Dalí, Lorca y la Residencia de Estudiantes que han montado en el Caixaforum. Es tal el desatino, apenas un puñado de cuadros puestos de cualquier forma, sin sentido ni explicación alguna, sin comparar las obras de ambos ni explicar su vida en la Residencia ¿por qué estos dos se hicieron amigos allí o algo, no?, ni nada de nada, que es mejor no entrar en detalle porque sino habría que acabar llevando a juicio al señor de la Huerta. ¿Es posible que no haya leído a mi amigo Gibson?
En la Universidad Complutense se ha aprobado una tesis doctoral de Alvaro Ribagorda Esteban sobre la Residencia de Estudiantes. Yo había tenido noticias de ella hace años, y ya pensaba que me lo había imaginado porque ha pasado mucho tiempo. Ribagorda había escrito ya muchos artículos sobre la Residencia y un libro sobre la Edad de Plata con una conveniente capítulo acerca de la Residencia. Recientemente el profesor Javier Zamora escribía en la Revista de Occidente que al final la tesis de Ribagorda es el estudio mas exhaustivo sobre la historia de la Residencia, una obra espléndida fruto de muchos años de trabajo. Seguramente alguna editorial ande ya preparando el lanzamiento, pero el centenario se le ha escapado también a Ribagorda.
Lo más destacado del centenario es para mi el documental de radio La Residencia de Estudiantes: Cambridge en la Colina de los Chopos que Juan Carlos Soriano y Modesta Cruz hicieron para programa Documentos Radio Nacional de España, en el que se podía revivir lo que fue la Residencia de Estudiantes, escuchar a Severo Ochoa, Dalí y Pepín Bello, y durante una hora se podía sentir lo que debió vivirse en la Residencia en esos años. Todavía pueden escucharlo en la pagina web de Radio Nacional: http://www.rtve.es/mediateca/audios/20100903/residencia-estudiantes-cambridge-colina-chopos/866911.shtml.
En resumen, salvo tres pequeñas excepciones, los fastos del centenario de la Residencia han sido tan tremenda decepción, digan lo que digan en el grupo Prisa. Tanto el hispanista Ian Gibson como Alvaro Ribagorda han rechazado participar en tales fastos. Otros especialistas como Luis Palacios, José Luis Abellán o Agustín Sánchez Vidal también han preferido quedar fuera, y Juan Carlos Mainer y José Manuel Sánchez Ron están cada día más lejos de la Residencia. Es un centenario para olvidar.
Además la nieta de un antiguo residente ha conseguido que la Unión Europea retire a la Residencia el sello de Patrimonio Europeo que al parecer consiguió de forma ilegal y ahora tendrá que volver a solicitar.
Para terminar voy a comparar el centenario de la Residencia con otro como el de Miguel Hernández, que se ha celebrado también en 2010. Nada que ver con las numerosas y floridas actividades del centenario de Miguel Hernández. Diversas reediciones de sus obras; varias biografías y estudios literarios; varios bonitos documentales y muchas jugosas tertulias y debates radiofónicos y en televisión; una espléndida exposición en la Biblioteca Nacional con conferencias todas las semanas; lectura obligatoria de sus obras en todos los colegios; y un centenar de conferencias y exposiciones en la mitad de los centros culturales de España. Bueno, una puesta al día en toda regla de la figura de Miguel Hernández, frente a la insulsa mediocridad del centenario de la Residencia. Menos mal que anunciaban "una tra(d)/(h)ición recuperada".
* Hispanista
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